Fotografía:
Franisco Javier Mojica Mendieta
La invisibilización como metáfora:
una categoría de análisis para identificar el proceso de invsibilización en problemáticas sociales
Irma Hernández López
Revista Trama
Volumen 9, número 1
Enero - Junio 2020
Páginas 100-131
ISSN: 1659-343X
https://revistas.tec.ac.cr/trama
1. Lic. En Psicóloga, Maestra en Criminalística. Doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Chihuahua, México. C.P. 32310.
Correo electrónico: psicóloga.criminalista@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8033-4988
Invisibility As A Metaphor:
A Category Of Analysis To Identify The Invisibility Process In Social Problems.
Irma Hernández López 1
Fecha de recepción: 12 de marzo, 2020
Fecha de aprobación: 1 de junio, 2020
La invisibilización como metáfora:
una categoría de análisis para identificar el proceso de invisibilización en problemáticas sociales
Hernández, I. (2020). La invisibilización como metáfora: Una categoría de análisis para identificar el proceso de invisibilización en problemáticas sociales. Trama, Revista de ciencias sociales y humanidades, Volumen 9, (1), Enero-Junio, págs. 100-131.
DOI: https://doi.org/10.18845/tramarcsh.v9i1.5271
Resumen
El término invisibilización en ciencias sociales ha sido ampliamente utilizado como una metáfora para darle voz a los grupos vulnerables. En este trabajo, se realiza un ejercicio hermenéutico a partir de textos que hacen referencia a este término. Se pone de manifiesto el impacto que tiene esta metáfora en la investigación en Ciencias Sociales. Como resultado, se logró hacer una reconstrucción de cómo se desarrolla el proceso de invisibilización, así como las circunstancias bajo la cuales se decide hacer visible lo invisible. Además, se identifican los agentes, motivaciones, razones para el ocultamiento. El proceso identificado sigue un patrón común en los textos analizados. Se concluye que el proceso de invisibilización es dialéctico, que hay un patrón para invisibilizar y uno para hacer visible lo invisible. Se espera que los resultados de este artículo sean un catalizador para reflexionar sobre el potencial que tiene la metáfora invisibilización para ser considerada una categoría de análisis para entender, explicar y atender problemáticas sociales.
Palabras clave: metáfora; grupos vulnerables; visibilización; hermenéutica; ciencias sociales.
Abstract
The term invisibility has been widely used, in the social sciences, as a metaphor to give voice to vulnerable groups. In this work, a hermeneutic exercise is undertaken based on text that refer to this term. The impact of this metaphor, in social science research, is revealed. As a result, it was possible to reconstruct how the invisibility process develops, as well as, the circumstances under which it is decided to make the invisible visible. In addition, the agents, motivations, and reasons for the concealment are identified. The identified process follows a common pattern in the analyzed texts. It is concluded that the process of invisibility is dialectical, and there is a pattern to enhance invisibility and one to make the invisible visible. The results of this article are expected to be a catalyst to reflect on the potential of the invisibility metaphor to be considered as a category of analysis to understand, explain and address social problems.
Keywords: metaphor; invisibility; visibility; hermeneutics; social sciences.
I. Introducción
2. Se ha utilizado la metáfora para denunciar, exponer, visibilizar a los excluidos, marginados, rechazados, olvidados, etc. Detrás del término invisibilización como metáfora hay una realidad social que deja ver la desigualdad, la pobreza, la marginación, la falta de políticas públicas. El término invisibilización es usada para grupos y situaciones muy específicas.
Este trabajo tiene como propósito dar cuenta del uso metafórico que, desde las Ciencias Sociales, se le ha dado a la expresión “invisibilización”2. Son muchos los teóricos que han recurrido a ella como una herramienta para la comprensión y explicación de la realidad social. Se ha retomado en estudios de género (Gamboa, 2014), migrantes (Reyes, 2013; Morales, 2014), indígenas (Herner, 2014), violencia (Roncken, 2015), trata de personas (Defensor del Pueblo (2012); siempre haciendo referencia a las minorías o grupos vulnerables como son personas en situación de pobreza, migrantes, mujeres, niñez, entre otras. La metáfora ha sido utilizada para hacer visibles a los grupos para quienes no es fácil hacerse escuchar o ser escuchados. Por lo que también la invisibilización hace referencia a darle “voz a los sin voz”. En este sentido, se entiende que esta metáfora es un recurso que puede explicar y describir la realidad (Palma, 2005), una realidad social.
Las realidades que observan los científicos sociales sin duda tienen múltiples formas de ser miradas y es así como se van reconociendo diferentes narrativas. Estas narrativas implican recurrir a diferentes campos de cocimiento: antropología, sociología, lingüística, política, entre otras. García Canclini3 sostiene que ello “implica ocuparnos de las narrativas y metáforas que vienen construyéndose para abarcar lo que queda suelto en las grietas e insuficiencias de las teorías políticas” (2000 p. 14). Los cabos sueltos o también llamados vacíos teóricos resultan ser indicios útiles para los científicos sociales. El objetivo de la metáfora como apunta Lizcano (1999) es el poder de tener una forma de nombrar los acontecimientos, problemas, hechos que, por su falta de claridad, porque no es percibido fácilmente o es un hecho desconocido se recurre a la metáfora para poderle dar un nombre y reconocer el hecho como tal. Esta forma de nombrarlo proviene del conocimiento que se tiene en otro ámbito. Se recurre a la metáfora porque se considera que es la mejor forma en que se explica la problemática, el fenómeno, hecho. La metáfora hace alusión a lo que no se deja atrapar por conceptos unívocos (García Canclini, 2000).
Para este estudio, la hermenéutica representa una herramienta fundamental, la cual es entendida como la “explicación en el sentido de aclaración de hacer llano lo confuso, claro lo no claro” (Bauman, 2007, p.7). La hermenéutica es el eje rector del análisis interpretativo de este trabajo y se sustenta en las posturas de Bauman y Alexander. Se retoman en su mayoría, diferentes aportaciones teóricas que de manera implícita hacen referencia al término y en menor medida las aportaciones que lo abordan de forma explícita, esto por la escasez de trabajos teóricos como empíricos, lo cual representa un importante vacío en este campo de estudio y al mismo tiempo justifica la razón de ser este artículo.
Para lograr el objetivo planteado, este trabajo está estructurado de la siguiente forma. En primer lugar, se hace referencia de forma general al uso de la invisibilización como metáfora dentro de las Ciencias Sociales. Cuando hablo de metáfora me refiero al uso retórico de nombrar algo sin nombrarlo directamente, a una descripción indirecta de un hecho. Se deja ver que el uso de la metáfora no se restringe al ámbito literario, económico, político, sociológico y en la divulgación científica (García Canclini, 1999; Lizcano, 2000; Palma, 2005; García Canclini, 2004). En el segundo apartado se describe la hermenéutica como una herramienta para el abordaje del objeto de estudio. La hermenéutica resulta ser el instrumento que guía la interpretación de los casos analizados. En el tercer apartado, se hace un análisis de los textos objetos de estudio. Se exploran, a modo de estado del arte, las primeras aproximaciones de la noción de invisibilización con la finalidad de conocer las diferentes variantes en que ha sido utilizado el término y el significado que se le ha atribuido. No se pretende hacer una comparación de las vertientes, visiones o posturas teóricas. Estoy en el entendido de que existe una divergencia en el pensamiento filosófico, teológico o social por lo que una comparación entre posturas muy diferentes sería un error analítico. El objetivo es analizar esas posturas en torno al término de invisibilización para su análisis y síntesis con el propósito de aplicar dicho análisis a grupos sociales como víctimas, migrantes, indígenas, grupos que han sido invisibles. Se hace una revisión de categorías como: lo invisible y las relaciones sociales, lo invisible y la ciencia⁴, estructuras sociales e invisibilización, la invisibilización como medio de control, contexto reciente de la noción de invisibilización y la metáfora de la invisibilización en el contexto institucional mexicano, internacional y desde la sociedad civil organizada. En un cuarto apartado, se presentan los resultados y se intenta dar cuenta del alcance de la invisibilización como metáfora. Se esquematizan tanto el proceso de invisibilización; el cómo se manifiesta; cómo, cuándo y en qué condiciones, se hace necesario hacer visible lo invisible. Finalmente se enuncian las conclusiones, aportes y retos. Una de las principales conclusiones a las que se llega es que el proceso de invisibilización se caracteriza por ser dialéctico, se reconocen los agentes, motivaciones y mecanismo para hacer visible lo invisible. Por otro lado, también se reconocen las limitantes de este estudio, por lo que es recomendable poner a prueba el modelo que se propone para identificar el proceso de invisibilización en problemáticas sociales, es decir, es recomendable ampliar el número de textos analizados.
3. El autor hace un análisis metafórico de la globalización desde diferentes miradas analíticas.
4. Es claro que existen sustanciales diferencias epistemológicas entre ciencia y la fe. Por ello, lo que pretendo no es contraponer las visiones, sino enunciarlas y recocer que la metáfora ha sido utilizada en ambos ámbitos.
ii. La Metáfora en las Ciencias Sociales
La metáfora ha sido utilizada, no solo como un recurso literario o filosófico. Para Kuhn (1993), la metáfora tiene un rol fundamental en el establecimiento de conexiones entre el lenguaje científico y el mundo. Su carácter simbólico, entre otros aspectos, ha sido explotado por las ciencias sociales como una expresión para dar cuenta de una realidad o problemática social. Tiene el poder de presentar de una manera diferente la forma en cómo se visualizan los fenómenos, es un lenguaje alternativo para expresar lo que se tiene lugar en el mundo. Garza (1998) señala que:
Las metáforas son indispensables para dotar de nueva vitalidad a lo que tenemos que decir día con día… Cuando queremos dar una idea nueva, distinta y que nos parece sorprendente, en general, empleamos metáforas, porque son muy efectivas y llaman la atención particularmente sobre lo que queremos poner en relieve… la metáfora es un instrumento significativo, incluso de uso científico sumamente valioso que nos permite decir exactamente lo que queremos, de manera precisa y sintética (p. 26).
Una de las riquezas de la metáfora, es que ayuda a comprender y expresar situaciones complejas. Sin embargo, debido a su carácter polisémico no siempre es precisa y sintética, como lo afirma (Garza, 1998), también tiene “el poder de ocultar y esto está en función de la perspectiva (Serrano, 2016). Esta perspectiva se ve permeada por la conciencia histórica que caracteriza a las personas (Gadamer, 1999). En este sentido al conceptualizar la metáfora como “interpretar es tomar algo por algo” (Gadamer, 1990), el tiempo y lugar en que se interpreta la metáfora son fundamentales (Gadamer, 1999). Incluso señala, que el prejuicio media la percepción que se tiene del fenómeno. Canclini (2000) señala que existen múltiples narrativas sobre la significación de un hecho. Lo importante es identificar la compatibilidad entre ellas. Esto implica “discutir las teorías sociológicas y antropológicas, y también ocuparnos de las narrativas y metáforas que vienen construyéndose para abarcar lo que queda suelto en las grietas e insuficincias de las teorías políticas” (Canclini, 2000, p. 14). En este sentido adquiere relevancia indagar la invisibilización desde diferentes saberes.
No se puede negar que la metáfora resulta ser didáctica, explicativa (Paz, 2009), además de ser un agente eficaz para la divulgación científica (Palma, 2005). Especialistas en ciencia sociales han recurrido a la invisibilización como metáfora para dar cuenta de fenómenos sociales que se ignoran, se obvian, no se hablan o se intentan ocultar, pero son fenómenos latentes (Merton,1992) que requieren ser analizados. La metáfora de la invisibilización sirve para reconocer una característica común en determinados grupos. Es decir, la invisibilización hace referencia a los grupos marginados, vulnerables o minorías: migrantes, mujeres, homosexuales, indígenas, entre otros, por lo que parece natural su invisibilización (Spivak, 2009).
De esta manera, la metáfora invisibilización es trasladada por los investigadores sociales a la realidad, con el objetivo de facilitar su comprensión y también para llamar la atención. Le da un aspecto desconocido a lo cotidiano, de secreto, misterioso y distanciado de lo evidente, pues finalmente al ser un recurso literario, filosófico y como lo describe Spivak (2009), se estudian los contextos, las ideas y los temas que surgen en la interpretación. Es entonces que la metáfora invisibilización tiene un elemento alegórico.
iii. La hermenéutica, una herramienta para el abordaje al objeto de estudio
Para abordar la comprensión de la invisibilización como un recurso metafórico es necesario partir de la hermenéutica. La invisibilización está impregnada de interpretación. El origen de los estudios hermenéuticos se centra en la teología como una respuesta ante los constantes descuidos en las traducciones manuscritas que se tenían de textos sagrados. Se encontraban versiones contradictorias de copistas anónimos. Es así como la hermenéutica surge para dar respuesta a estas problemáticas y se vale de un método para revisar críticamente los contenidos de los textos (Bauman, 2017).
Alexander (1993) instaura una teoría del pensamiento y concibe a la hermenéutica como un proceso de generación de conocimiento y/o teorías que están estrechamente ligados por la “intersubjetividad” de quien las propone pues esto dará cuenta de las intenciones del autor. Tanto Alexander (1993) como Bauman (2017) muestran dos formas de conceptualizar la hermenéutica, de practicarla y aplicarla para la generación de conocimiento social. Mientras una hermenéutica es producto de un largo proceso social, la otra es producto del proceso personal de quien genera el conocimiento.
Lo que se estudia, no se ve, pero se manifiesta en conducta, en actitudes. En tanto, la invisibilización no es una metáfora visual sino en el sentido del lenguaje, de dar voz a los sin voz. Hacerse oír. Lo visible entre lo que se dice y no se dice, entre lo visible y lo enunciable Foucault (Citado por Díaz, 2005), entre lo dicho y lo no dicho.
Por su parte Merton (1992) distingue dos formas de acercamiento a la realidad social: por un lado, se encuentran los fenómenos que son perceptibles y reconocidos por el investigador y denomina funciones manifiestas y; por otro, aquellos fenómenos que no se ven, pero que están ahí y que no son fácilmente visibles para el investigador, son las funciones latentes. El autor señala que:
las funciones manifiestas, [son] entendidas como las consecuencias reconocidas e intencionadas de los patrones sociales; para transitar a las funciones latentes, las cuales, hacen referencia a las consecuencias no reconocidas y no intencionales de los patrones sociales. El concepto de función latente amplía la atención del observador más allá de la cuestión de si la conducta consigue o no su finalidad confesa… (Merton, 1992, p.140).
Además, enfatiza
[La función de] un sistema conceptual es orientar la observación hacia elementos destacados de una situación y evitar el olvido inadvertido de esos elementos, parecería justificable designar esa distinción con un conjunto adecuado de vocablos. Ésta es la razón de distinguir entre funciones manifiestas y funciones latentes, las primeras relativas a las consecuencias objetivas para una unidad especificada (persona, subgrupo, sistema social o cultural) que contribuyen a su ajuste o adaptación… se las segundas, relativas a las consecuencias inesperadas y no reconocidas del mismo orden. (Merton 1992, p. 138-139).
La forma en cómo los científicos sociales se aproximan a los fenómenos que le interesa investigar dice mucho del cómo entienden, cómo observan y cómo abordan esos fenómenos (Gadamer, 1999).
iv. Primeras aproximaciones de la noción de invisibilización
Al hacer un recorrido histórico desde la religión judeocristiana, la cual hace referencia a lo visible y lo invisible en diferentes liturgias y pasajes bíblicos. Desde esta perspectiva se conciben dos mundos paralelos: lo visible relacionado con lo material, lo que se ve con lo humano y; lo que no se ve, representado por la omnipresencia de un Dios que está en todas partes. Para Balthasar (citado por Méndez-Gallardo, 2014), lo visible y lo invisible tienen una correspondencia de significados, no son opuestos, sino complementarios. En este sentido habría que retomar la pregunta que plantea Méndez-Gallardo (2014) ¿cómo puede existir la “visión” de lo “invisible”? (p. 128) ¿cómo se puede tener la imagen visible del Dios invisible? (Pérez, 2014). Una posible respuesta es que se intenta hacer ver lo incorporal y lo invisible mediante lo visible y lo comparable.
Lo invisible y la religión judeo cristiana. Elías y Scotson (2016), denotan el uso del término en la siguiente cita: “La clase sacerdotal dirigente, los brahmanes, usaron de manera sistemática su monopolio de los medios de orientación y de control de los poderes invisibles como un instrumento de gobierno y un arma de exclusión” (p. 67). Es decir, aquí se le da una connotación de metáfora haciendo alusión al poder y superioridad de lo que representa lo invisible, el Dios y cómo esto es aprovechado por un pequeño grupo que domina, que quiere controlar a otro grupo que posee características diferentes al grupo dominante.
Desde el catolicismo, por ejemplo, han hecho visible lo invisible recurriendo a imágenes. Al respecto Tomás de Oriente señala “que la imagen, al ser un ser doble, tanto de sustancia intelectual y sensible, como de naturaleza visible e invisible, aun desde su materialidad es capaz de dar a conocer y expresar lo invisible e inmaterial de la divinidad” (citado por Méndez-Gallardo, 2014, p. 128). Es así como las imágenes encierran toda una simbología de omnipresencia, de estar en todos lados. Incluso en ocasiones ya no es necesaria una representación visual de aquello que no se ve, ya que esta tan interiorizados en los creyentes que se tiene la capacidad de visibilizar lo que no se ve porque existe en la conciencia de las personas y se refuerza mediante la imagen de un ser superior que no necesita hacerse presente porque ya lo está. Esto es posible por el poder omnipresente y superior que posee esta figura en el imaginario de las personas. Las imágenes representan lo invisible, otorgándoles un carácter de referencialidad “objetiva”, incluso cuando la realidad referida sea invisible tal como lo señala (Méndez-Gallardo, 2014). De esta forma se denota el poder y control que rodean a esa figurara mítica y superior a lo humano es la forma que tiene de existir de ser visible ante lo invisible. Las imágenes son “modelos de representación de las presencias siempre ausentes” (Méndez-Gallardo, 2014, p.124).
Hasta aquí, se puede señalar que desde una perspectiva católica y judeo cristiana lo invisible tenía dos perspectivas: 1) lo que se quiere hacer ver es lo real del ser humano con todas sus aristas y caras cargado de bondad, pero también de maldad, representante de la vida, pero también de la muerte y pecador por naturaleza. Por el otro lado, 2) se encuentra lo que se quiere dejar dentro de un misticismo como símbolo de poder y dominio de bondad ilimitada, poseedor de lo eterno, con una tremenda capacidad de perdonar y con un poder supremo, gracias a él existe la humanidad, el mundo y todo lo que ello implica. Lo invisible es aquello omnipotente, visible e invisible. De acuerdo con De Lagos, (2017) “Una vez más la naturaleza, lo visible y en definitiva lo terrenal, es visto por la mentalidad cristiana como algo maligno y negativo en contraposición a lo celestial, invisible o sobrenatural” (p. 35).
Lo invisible y las relaciones sociales. Por su parte Goffman (1997), en un apartado hace referencia a los costos de hacer visible lo invisible y señala que “El trabajo que debe ser realizado por aquellos que ocupan cierto estatus está, con frecuencia, tan pobremente proyectado como expresión de un significado deseado, que, si el beneficiario quisiera dramatizar el carácter de su rol, debería desviar para ello una cantidad apreciable de su energía” (p. 44). Es decir, se tiene que hacer un doble esfuerzo o quizás triple cuando no se posee un estatus reconocido socialmente para hacerse presente. El autor, deja ver entre líneas, que hay quienes de forma ‘natural’ son visible y además superiores. Por ejemplo, los varones, heterosexuales; tienen cierta superioridad y dominación en relación con las mujeres, u homosexuales, respectivamente. Hay grupos que viven una doble o triple invisibilización, por ejemplo: mujeres, migrantes e indígenas. Esta condición de las personas las coloca en una posición doblemente vulnerable y aún más invisibles, son lo invisible de lo invisible. Esta invisibilidad se traduce en menores oportunidades y mayores desventajas y riesgos como: problemas de salud, maltrato, discriminación, exclusión, violencia, en general menos oportunidades en todos los ámbitos de su vida.
Lo invisible y la ciencia. Kuhn (2013) en su libro Estructura de las Revoluciones científicas, recurre a dicha metáfora para dar nombre a su capítulo XI, el cual denominó “La invisibilidad de las Revoluciones”. Él plantea, el cambio de paradigma de una ciencia que se considera lineal y acumulativa por una ciencia cíclica que da cuenta de las revoluciones científicas, lo cual representó una crítica y poca aceptación por la comunidad científica. Las ideologías, se ven mermadas, ya que los nuevos acontecimientos implican un rompimiento y un desequilibro de lo que se conocía, de un modelo ya dominado de ciencia.
Este cambio de paradigma pone en evidencia la crisis por la que está pasando la ciencia, lo cual resulta incómodo porque pone en entredicho los paradigmas dominantes. Que ante el cambio lo ocultan o no reconocen los nuevos postulados e incluso niegan su existencia, no dándole valor a las revoluciones científicas. Es precisamente lo anterior, que ilustra la invisibilidad de las revoluciones a las que hace referencia Kuhn en el capítulo XII.
La invisibilización ocurre a partir de que hay una autoridad representada por una parte de la comunidad científica, que niega sistemáticamente la existencia y significado del fenómeno (las revoluciones científicas) que puede deberse a una resistencia al cambio. En este sentido hace referencia a cómo en los libros de texto se aborda el fenómeno. En ellos se presenta el avance científico como algo acumulativo, no se da cuenta del proceso histórico total de la construcción del saber científico. Al momento de reescribir los libros se va desechando el proceso en que tuvieron lugar los hallazgos científicos, de esta forma se oculta e invisibiliza las revoluciones científicas. En la obra de Kuhn, este ocultamiento sistemático incluye tres aspectos: 1) comunicar, dar a conocer por medio del lenguaje escrito el vocabulario científico del fenómeno descubierto, es decir, nombrarlo. 2) acercar el conocimiento a las mayorías mediante un lenguaje común. Finalmente, 3) la filosofía de la ciencia estudia la estructura lógica de los conocimientos científicos.
Argumenta que los libros pedagógicos son el vehículo más cercano para hacer llegar el conocimiento científico y de los cuales un grupo tiene control. Lo que significa que algunas personas decidirán qué contenidos se muestra. Hay quien decide cuáles son los contenidos idóneos para divulgar y que responde a ciertos cánones establecidos de una época, de un grupo dominantes.
Estructuras sociales e invisibilización. Spivak (1985) en su escrito “¿Puede hablar el sujeto subalterno?”, así como el análisis que realiza en su libro En otras palabras, en otros mundos (2013). En ambos textos ella hace alusión a los alternos como aquellos grupos que se encuentran en una situación de desventaja como los migrantes, mujeres, clase trabajadora, campesino, y todos aquellos grupos que se encuentran en una situación de subordinación, de subalternos. Entendiendo por subalternos a aquellos grupos oprimidos y sin voz. Pues si bien es cierto que los subalternos pueden hablar, eso no significa que sean escuchados, pues no tienen derecho a ser tomados en cuenta por el mismo lugar que ocupan en la sociedad, no tienen el estatus requerido para ser escuchados. En este sentido, la autora hace una fuerte crítica al legado colonialista de la cultura occidental y su postura radica en darle visibilidad y centralidad a los discursos de aquellos marginados por la cultura occidental.
¿Habría que preguntarse si este ocultamiento es intencional, si tiene una finalidad, un interés, si es consciente? Desde una perspectiva Kuhniana, la respuesta es afirmativa, se sostiene que hay fines e intereses detrás del ocultamiento y enmascaramiento voluntario de las revoluciones; sin embargo, no precisa cuáles son esas razones. Lo que sí señala es que los científicos de las ciencias exactas que se niegan a reconocer las revoluciones científicas. En este caso se puede decir que la invisibilización es un acto consciente y más bien se recurre a la negación de este. La invisibilización es un acto, una acción.
El poder invisible. Bobbio (2013), introduce la metáfora “el poder invisible”, en un primer momento la retoma para hacer referencia al actuar del gobierno italiano con miras a la masacre en la Plaza Fontana. Este actuar por parte del Estado italiano es descrito como “la operación invisible de trasfondo turbio que operaba en silencio: era un entrelazarse de aparatos desviados, de poderes ocultos, de cuerpos separados” (2013, p. 8). Posterior a ello y retomando la connotación que se le atribuye al poder invisible, se da pauta para hablar del doble estado o estado dual. Con este término se pretende señalar las dos caras del Estado: el estado normativo, de derecho y el estado discrecional, el que tiene la libertad de fuera de los principios legales. También se retoma para dar cuenta de la dualidad de las formas de gobierno democráticos: al exterior se muestran democráticas y constitucionales y en el interior son imperialistas. Se puede resumir que para Bobbio la dualidad implica lo visible y lo invisible. Para referirse a lo invisible retoma algunos adjetivos: oculto, secreto, aparente, misterioso y enmascarado que dan como resultado el “velo de la invisibilidad” (Bobbio, 2013, p.17).
La visibilización como medio de control. Elías y Scotson (2016) a lo largo de su libro Establecidos y Marginados, hacen alusión a lo invisible para dar cuenta de que cuando no hay una identificación con el otro, cuando no se comparte algo con ese otro o con un grupo, no es reconocida su existencia. Ese otro ignorado es estigmatizado y excluido, ignorando las razones u origen de ello. La invisibilización está en función de la falta de cohesión entre grupos establecidos y los no establecidos en una comunidad, es decir entre los nuevos vecinos de un vecindario y los vecinos autóctonos del mismo. La invisibilización en este sentido, “no tiene que ver con la raza, estado migratorio, sexo como sugieren diferentes estudios” (Elías y Scotson, 2016 p. 203). De acuerdo con este autor, la aceptación y reconocimiento del otro está en función del tiempo en que llevan establecidos en la colonia o barrio y es así como se ejerce el poder de un grupo sobre otro. Sin embargo, esto es cuestionable, la literatura marca que la invisibilización de ciertos grupos sociales está directamente asociada a los rasgos del grupo al que pertenecen las personas.
Los autores aluden a que la invisibilidad se manifiesta por medio de la poca o nula participación en la comunidad, “no participaban de manera activa en la vida comunitaria” de Winston Parva. Sus vidas transcurrían entre los muros invisibles que suelen encerrar a las familias de clase media en áreas residenciales (Elías y Scotson, 2016, p.100). La pregunta sería ¿cuáles son esos muros o barreras invisibles a las que hacen referencia los autores y que separan a las personas? Los autores lo conciben como los estereotipos, ideas que se forman con respecto a un grupo, “los urbanizados” como un factor que limita la integración y convivencia, sobre todo por las consecuencias que implica, perder el prestigio, estatus o respeto por parte de los miembros del grupo al que se pertenece.
Adhesión Silenciosa. En el libro Comunidades imaginadas de Anderson (1993) se advierte que el impacto de la imprenta es una de las causas principales del nacionalismo. En este sentido señala que “los materiales impresos alentaron la adhesión silenciosa a causas cuyos defensores no podían localizarse en ninguna parroquia y que se dirigían a un público invisible desde muy lejos” (p.60). La invisibilización es cotidiana, el mundo imaginado está visiblemente arraigado en la vida diaria y no nos damos cuenta de ello. La exposición y exhibición excesiva puede llevar a la naturalización del fenómeno y por ende a su invisibilización, como es el caso de la violencia. González (2002) se plantea a qué se debe la invisibilización ¿será por costumbre, tradición, rutina, la cotidianidad?
Los autores expuestos nos van dando chispazos para ir desentrañando e interpretando el término invisibilización. Dejan ver entre líneas las causas, procesos de la invisibilización y las características de los invisibilizados, ya sea personas, grupos o fenómenos. Desde sus diferentes saberes contribuyen a construir la “maquinaria” de cómo se construye la invisibilización de los fenómenos sociales en un contexto contemporáneo.
Contexto reciente de la noción de invisibilización
Una nueva perspectiva del uso de la metáfora es proporcionada por Martínez (2011). La utiliza como referencia para visibilizar nuevos objetos de estudio o problemáticas desde un enfoque científico y señala
El objeto científico se esconde a la vista no porque esté oculto, sino porque es invisible, a pesar de que está al alcance de nuestra mirada. El acceso directo de nuestra mirada es el principal obstáculo epistemológico para deshacer la invisibi-lidad del objeto científico. (Martínez, 2011, p. 29).
De tal manera, los investigadores tendríamos que darnos a la tarea de recurrir a otros medios y desarrollar habilidades para aprovechar y entender esa invisibilización, por ejemplo, la estimulación de la reflexión podría ser una habilidad potencial. También sería necesario desarrollar la observación, la capacidad crítica, la problematización de lo cotidiano, de lo evidente y por supuesto no dar nada por hecho.
Es importante cuestionar constantemente lo que se naturaliza, por ejemplo, la violencia, la corrupción, la pobreza, la impunidad para que llegue a un estado de invisibilización. Así mismo Martínez (2011) señala que aun cuando hay demasiada evidencia de un hecho empírico sobre un objeto de estudio, lo vuelve epistemológicamente invisible. Es decir, la sobre exposición de un fenómeno social provocará invisibilizarlo, de tal manera que no tendrá ningún efecto el re-visibilizarlo. Es esto, precisamente sería lo que ha sucedido con problemáticas sociales que tanto la sociedad como los gobiernos han naturalizado, por la sobreexposición de las problemáticas (feminicidios, delincuencia organizada, corrupción, entre otros) desde diferentes medios como son las redes sociales, televisión, periódico. Este efecto también se provoca con los datos estadísticos, no es lo mismo hablar de millones de pobres a hacer referencia a historias, personas, rostros y nombres de aquellos que están en condición de pobreza.
Bastidas y Torrealba (2014) definen la invisibilización como
los procesos culturales dirigidos por un grupo hegemónico, para omitir la presencia de un grupo social (considerado) minoritario, con la finalidad de suprimir su identidad, y así reducir su resistencia a la dominación y mantener el poder político (toma de decisiones) y el control sociocultural (coerción) sobre el mismo (p.516).
Bastida y Torrealba (2014) utilizan un esquema para explicar algunos fenómenos sociales que tenían lugar en Venezuela y enfatizan que hay un proceso de invisibilización (figura 1).
Fuente: Elaboración propia.
Imagen 1. Estadios de proceso de invisibilización, retomado de Bastida y Torrealba.
(2014, p.517).
En este esquema se entiende que la invisibilización es la desvalorización que hacen los miembros de una sociedad a quienes considera inferiores. Un proceso, que consta de tres etapas: 1)Estereotipación, tiene que ver que con los estereotipos y son entendidos como “las creencias más o menos estructuradas en la mente de un sujeto sobre un grupo social” (Paéz, 2004, p. 760). Los estereotipos son estructuras cognitivas porque reflejan el conocimiento que se tienen de los individuos, así como de las creencias que se tiene sobre ciertos grupos sociales (migrantes, homosexuales). Los estereotipos tienen una carga valorativa y son precogniciones que se tiende a generalizar y se da por hecho que los grupos estereotipados tienen ciertas características específicas las cuales perduran en el tiempo y genera perjuicios contra ciertos los grupos sociales, por ejemplo, los grupos indígenas (Bastidas y Torrealba, 2014). 2) La violencia simbólica hace referencia a la violencia indirecta y no física que ejerce el dominador en contra de los dominados. Los dominados son inconscientes de esa violencia. La violencia simbólica no es percibida, evidenciada o reconocida (Bourdieu, citado en Fernández, 2005). 3) Deslegitimización. Los autores proponen un protocolo de Instrumentación para realizar investigación sobre procesos de invisibilización, ver tabla 1.
Tabla 1. Retomado de Bastidas y Torrealba (2014, p. 526).
La metáfora de la invisibilización en el contexto institucional nacional, internacional y de la Sociedad Civil Organizada
En México, el Instituto Nacional de las Mujeres (2017) define la invisibilización como “la desvalorización que hace la sociedad de las actividades realizadas por las mujeres, consideradas como naturales” (p. 88). Por ejemplo, se considera natural que las mujeres realicen el trabajo doméstico y sean las cuidadoras, por su misma condición de mujer. Como se puede observar, esta definición se enfoca específicamente a mujeres. Mientras la ONU destaca que los niños y personas con VIH son de los grupos más invisibilizados.
La invisibilización se ha utilizado de forma específica para denotar la falta de reconocimiento social por parte de las autoridades gubernamentales. Por ejemplo, en México, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, liderado por Javier Sicilia, da cuenta de uno de los movimientos sociales más amplios cuyo objetivo es, “la visibilización de las víctimas” (Bárcenas González, C. Et. al 2016, p. 33), lo cual resulta una paradoja, considerando que las cifras de víctimas en México son alarmantes. Lo mismo sucede con los migrantes centroamericanos que son víctimas de las organizaciones criminales, en su paso por México, cuyo destino es Estados Unidos. Lo mismo pasó con los indígenas de Chiapas y que el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional se encargó de visibilizar su sufrimiento y discriminación de la que eran y siguen siendo objeto. Cabría preguntarse ¿Cómo es que fenómenos sociales tan evidentes como son las víctimas, en México, tienden a ser invisibilizadas?
Una posible respuesta al planteamiento anterior es lo referente a las víctimas producto de la llamada “Guerra contra el narcotráfico”, implementada por el expresidente Felipe Calderón en México durante su sexenio (2006-2012), dejando alrededor de 70 000 personas ejecutadas (Rosen y Zepeda, 2015). Ante la escalada de asesinatos y atrocidades en el país, para lograr la anuencia política y social, ante esta espiral de violencia estatal desproporcionada y de violencia criminal permitida, el Estado nos puso frente al falso dilema entre la seguridad de la población y el respeto de los derechos humanos. A través del miedo y la incertidumbre apeló al conservadurismo de la sociedad para legitimar su estrategia represiva, a la que denominó guerra contra el narcotráfico, y bajo este concepto construyó el imaginario social, la idea de un enemigo interno que debía ser aniquilado a toda costa (Argüello, 2016). “Así, lograron invisibilizar y criminalizar a las víctimas, normalizando una realidad que hubiera sido intolerable desde la percepción pública… Las pocas voces que pedían justicia fueron acalladas o neutralizadas…” (González 2016, p. 236).
En tanto, existe un vacío en la conceptualización general de la invisibilización como categoría de análisis acorde a las problemáticas sociales actuales.
v. ¿Cómo se desarrolla el proceso de invisibilización?
Hasta aquí se ha intentado dar cuenta de los alcances de la invisibilización como metáfora y se ha demostrado que ha sido muy explotada por las ciencias sociales. Es evidente que la metáfora cada vez adquiere más fuerza. Es amplia la investigación que la utiliza en un intento de explicar el fenómeno que se estudia. En muchas de estas aportaciones el significado de la metáfora está implícito y pareciera que queda sobrentendido en el texto. Sin embargo, el uso reiterativo e indiscriminado que se le ha dado ha dejado de tener impacto real para poner en la mesa de debate de lo invisible que es necesario visibilizar.
En la Figura 2, se propone un esquema del proceso de invisibilización de acuerdo con la literatura revisada y la utilización que los autores hacen del término invisibilización.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 2. Proceso de invisibilización
Como se puede observar, el proceso inicia con la de invisibilización (algo oculto, aquello que es un secreto), la cual es llevada a cabo por un agente que puede ser una persona, una sociedad, una comunidad, un gobierno o la sociedad en general. Los motivos que pueden llevar a cabo estos agentes a realizar conductas o actitudes de invisibilización pueden ser de tipo económico, cultural, religiosos, políticas o sociales, lo cual puede ser consciente o inconsciente, intencional o no intencional y cuya finalidad o consecuencia es ocultar, negar, esconder o ignorar para dominar, reprimir o controlar a ciertos grupos de personas que son denominadas grupos vulnerables, víctimas, marginados sociales, etc. La invisibilización provoca desigualdad, que implica no reconocer o negar de derechos humanos y finalmente al no ser reconocidos estos grupos hay una falta de políticas públicas. El proceso de invisibilización es dialéctico, es decir dinámico, está en constante cambio y movimiento, sus elementos están en contraposición de arriba hacia abajo y viceversa, están en constante diálogo e interacción, influyéndose entre sí.
De acuerdo con la figura 3, la invisibilidad de ciertos grupos o fenómenos sociales no es un hecho fortuito, no es una cuestión de percepción; sino un acto racional y consiente de negar la existencia de los otros que tiene que ver con la defensa del estatus quo de grupos hegemónicos, de personas que tienen el poder y control desde lo político, económico y social, ya sea a nivel nacional e internacional. Alrededor de esto, existe un doble discurso que por un lado promueve la visibilización de grupos olvidados por la sociedad, los llamados vulnerables y la importancia de generar políticas públicas para atender y dar respuestas a sus necesidades; y, por otro lado, las acciones que se implementan nos son contundentes y podría afirmarse que son simulaciones, esto es característico de lo que Bobbio llamó “poder invisible” (2014).
¿Cómo se hace visible lo invisible?
Es un hecho que, en la actualidad, los procesos de invisibilización son más sutiles, por lo que es importante preguntarnos ¿Cuándo se hace visible lo invisible?, ¿Cuál es el mecanismo para visibilizar la invisibilidad? ¿Cómo visibilizar los mecanismos que invisibilizan? Para responder a estos planteamientos, nos apoyamos en la revisión y análisis de la investigación empírica de Fierro (2007), Del pueblo (2012) y Careaga-Coleman (2015). Estos autores hacen referencia a la invisibilización de problemáticas sociales. Con base en la revisión de estos materiales, se puede señalar que se hace visible una problemática social cuando se presenta una crisis, ya sea de tipo económico, social, cultural o político.
Los agentes que tienen el poder deciden hacerlo, ya sea por un interés o beneficio personal, para la reivindicación y solución del fenómeno, para tener un chivo expiatorio o para llamar la atención de los grupos. Estos pueden presentarse individualmente o relacionados. Un ejemplo de esto lo encontramos en el artículo de Grimson (2006) y señala que la visibilización de la presencia de grupos minoritarios, como son los migrantes en territorio argentino se evidenció a raíz de del desplazamiento “forzado” por razones económicas a otras áreas del país, visualizando a estos grupos como una amenaza y se empezaron a hiperventilar las diferencias a través de un discurso xenofóbico que manifestaba la necesidad de tener un chivo expiatorio a raíz de la crisis económica que tuvo lugar en los años 90´s.
Por mucho tiempo se creyó que Argentina era un país homogéneo; sin embargo, la crisis económica puso en evidencia los estereotipos y prejuicios, el no reconocimiento de la multiculturalidad hacia sectores minoritarios de la sociedad como eran los indios y los migrantes. Empezaron a surgir argumentos en relación con el acceso al trabajo entre nativos y migrantes y las disputas entre estos sectores de la población. En este sentido el autor señala “no es que los inmigrantes empezaran a competir con los argentinos por los puestos de trabajo; sino que los argentinos eran quienes empezaban a competir con los inmigrantes por los puestos de trabajo tradicionalmente de los inmigrantes” (Grimson, 2006, p. 7). Esto significa que, bajo condiciones económicas precarias del estado, los nativos empezaron a solicitar trabajos que anteriormente rechazaban y una vez iniciada la crisis tenían la necesidad de emplearse en ellos, lo que originó una disputa y un enojo por parte de los nativos. Ello se acrecentó por los discursos políticos xenofóbicos y acciones del gobierno. Incluso se les adjudicó la responsabilidad en los problemas sociales, económicos, sanitarios, seguridad y delincuencia. En este sentido los migrantes constituían una amenaza para la población argentina.
En el ejemplo anterior se pueden observar tanto las motivaciones como los mecanismos utilizados para hacer visible lo invisible, siempre que esto sea conveniente para el grupo hegemónico. En la Figura 4, se representa gráficamente el proceso.
Imagen 1. Muestra el proceso para hacer visible lo invisible y los mecanismos utilizados para lograrlo.
Una forma de hacer visible lo invisible es mostrarlo por medio de imágenes, el lenguaje, sin llegar a la sobrexposición para no caer en la invisibilización, pues como lo menciona Martínez (2011), esto puede resultar contraproducente. Adoptar estos mecanismos de exposición controlada, en dosis adecuada como un recurso para atraer la mirada y atención hacia aquellos fenómenos que pasan desapercibidos en nuestra sociedad moderna y representan una problemática social, podrían resultar útiles. En esta misma línea, una alternativa sería utilizar los diferentes medios de comunicación, el arte, la literatura, entre otros, algunos recursos que se tienen a la mano para mostrar a los invisibles.
Fuente: Elaboración propia.
vi. conclusiones
El ejercicio hermenéutico sobre los textos teóricos de los autores que han abordado la invisibilización como metáfora, en combinación con la evidencia empírica han sido de gran utilidad y alcance. El resultado obtenido son dos propuestas que hemos denominado: 1) “proceso de invisibilización”, aquí se logró detectar patrones específicos en la forma en cómo es utilizada la metáfora. Se enfoca a explicar el cómo se desarrolla el proceso de invisibilización. 2) “Proceso para hacer visible lo invisible” y los mecanismos que tienen lugar para lograrlo. Se propone una explicación sobre bajo qué circunstancias se decide hacer visible o invisible, los mecanismos que llevan a una invisibilización del fenómeno en cuestión.
Estas aportaciones se sustentan con base en el análisis de las perspectivas teórica-empírica las cuales coinciden en que la invisibilización está íntimamente ligada con mecanismos culturales que legitiman la supuesta superioridad de unos grupos con respecto a otros. La sociedad está dividida en escalas sociales jerarquizadas que se sustentan en lo legítimo/ilegítimo, bueno/malo, igualdad/desigualdad, (Habermas 1999). La descalificación que se manifiesta mediante la negación, ocultación e invisibilización de un grupo social se basa en prejuicios, estereotipos que determinan los grupos dominantes, hegemónicos y son estos grupos quienes deciden dar voz o no a ciertos sectores sociales que se quiere dominar. En otras palabras, un cierto grupo social, determina hacer visible o invisibilizar a un cierto grupo por sus características físicas, sociales, ideológicas, económicas, e incluso la cohesión del grupo (Elías y Scotson, 2016).
Queremos enfatizar que coincidimos plenamente con la propuesta de la Bastidas y Torrealba (2014) con relación a los “Estadios del proceso de invisibilización", con la reserva de que es necesario aplicarlo en una mayor cantidad de casos empíricos para tener evidencia de su viabilidad, así como para ponerlo a prueba o mejorarlo. Las mismas observaciones son pertinentes para los procesos que proponemos en este estudio; lo recomendable es comprobar su eficiencia teórica-metodológica para reafirmar, rechazar o complementar la propuesta que se presenta en este artículo. Aquí se presenta un mecanismo para el estudio de la invisibilización. Sin embargo, consideramos no es el único, por lo que sería importante identificar otros mecanismos para la visibilización de fenómenos sociales. Podemos afirmar que, de acuerdo con los modelos que proponemos, la invisibilización está en función del objetivo por lo que se pretende invisibilizar, de la finalidad: la marginación, el rechazo o el reconocimiento del grupo invisibilizado, siendo este último el caso menos común. Se puede hacer uso de un mecanismo o diversos al mismo tiempo.
Otra de las conclusiones a las que se llega, es la viabilidad de que la invisiblizción como metáfora sea considerada como una categoría de análisis para el estudio de problemáticas sociales que son ignoradas consciente o inconscientemente. La invisibilización es una acción que tiene un componente cognitivo. La práctica de la invisibilización se crea y se reproduce en un marco institucional. Y es precisamente dentro de las instituciones en dónde es importante identificar estos procesos de invisibilización para proponer acciones encaminadas a erradicar estas prácticas que laceran a las personas, así como a las propias instituciones.
En esta investigación se reconocen las limitantes, una de ellas es la diversidad de los textos, así como los enfoques teóricos revisados, lo cual limitó la profundidad en su tratamiento, pero al mismo tiempo representó una ventaja porque el interés se centró en mostrar la diversidad. En un segundo momento es recomendable centrarse en la profundidad del tema abordado.
Queda abierta la invitación para seguir contribuyendo y desde la perspectiva presentada en este texto, el reto es legitimar la metáfora como una categoría de análisis identificando indicadores, dimensiones que la hagan medible y cuantificable y podemos explicar el fenómeno desde dos dimensiones de análisis: lo cualitativo y lo cuantitativo. Sin duda la utilización de la invisibilización como metáfora ha logrado poner en la mesa de debate importantes problemáticas sociales latentes.
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AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se desarrolló en el marco de los estudios de doctorado en Ciencias Sociales, como becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, México), por lo que agradezco su apoyo por ser beneficiaria del programa becas nacionales.