bre de 2022). Why People Trust Wikipedia Articles:
cional. Como bien señalan Claes y Tramullas (2021) en
Credibility Assessment Strategies Used by Readers.
la conclusión de su trabajo, preguntarnos acerca de la
The 18th International Symposium on Open Collabo-
credibilidad simplemente señalando respuestas absolu-
ration. Madrid, Spain.
tas como “sí” o “no” es un error si consideramos que
Espinosa, J. (29 de noviembre de 2021). Patricia Díaz,
las plataformas evolucionan y constantemente cambian.
directora de Wikimedia Chile: “Wikipedia no es ci-
En este sentido, la conclusión de este trabajo se sitúa en
table, lo ideal es ir a la fuente”. ADN. Recuperado
lo que actualmente es Wikipedia (o lo que podría ser,
de https://www.adnradio.cl/tecnologia-y-videojue-
con una sana predicción). No obstante, a futuro debemos
gos/2021/09/29/wikipedia-por-accion-de-provoste-
volver a verificar si la pregunta por la fiabilidad de la
no-somos-fuente-citable.html
plataforma puede ser respondida de otra manera o si es
adecuada y/o relevante para las necesidades del mañana.
Fallis, D. (2012). Wikipistemology. En Goldman, A. y
Whitcomb, D. (Eds.), Social Epistemology: Essential
A pesar de lo dicho, de disquisiciones se desprenden
Readings (pp. 297- 313). Oxford: OUP.
también otras interrogantes filosóficamente interesantes,
a saber, ¿otras ‘wikis’ (i.e, enciclopedias similares a Wi-
Faulkner, P. (2011). Knowledge on Trust. Oxford: OUP.
kipedia en formato, pero con un tópico acotado) poseen
las mismas propiedades que Wikipedia?, ¿la fiabilidad
Frost-Arnold, K. (2019). Wikipedia. En Chase, J y Co-
general de Wikipedia suscita que debamos permitir su
ady, D. (Eds.), The Routledge Handbook of Applied
uso en contexto académicos como la elaboración de eva-
Epistemology (pp. 28-40). NY: Routledge.
luaciones en educación superior? o ¿qué determinacio-
nes epistemológicas debemos inferir de nuestra relación
———————(2021). The Epistemics Danger of
con Wikipedia desde la perspectiva del agente epistémi-
Context Collapse Online. En J. Lackey (Ed.), Applied
co en cuanto a su carácter en contraposición al rol de la
Epistemology (pp. 437-456). Oxford: OUP.
fuente de conocimiento? Estas incógnitas quedarán pen-
Giles, J. (2005). Internet encyclopaedias go head to head.
dientes, pero deberán ser estudiadas para una compren-
Nature 438, 900-901
sión más precisa y adecuada tanto de los alcances como
de las limitaciones de Wikipedia desde la epistemología
Goldman, A. (2012a). Why Social Epistemology is Real
social analítica.
Epistemology. En A. Goldman (Ed.), Reliabilism and
Contemporary Epistemology (pp. 248-279). Oxford:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFÍCAS
OUP.
Chase, J. y Coady, D.. (2019). The Routledge Handbook
—————. (2012b). A Guide to Social Epistemology.
of Applied Epistemology. NY: Routledge.
En A. Goldman (Ed.), Reliabilism and Contemporary
Epistemology (pp. 221-247). Oxford: OUP.
Claes, F. y Tramullas, J. (2021). Estudios sobre la cre-
dibilidad de Wikipedia: una revisión. Área Abierta,
Gunn, H. y Lynch, Michael. (2021). The Internet and
21(2), 187-204.
Epistemic Agency. En J. Lackey (Ed.), Applied Epis-
temology (pp. 389-409). Oxford: OUP.
59
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 52-60) Hardwig, J. (1985). Epistemic Dependence. The Journal
of Philosophy 82(7), 335-349.
Hwang, T.J. Bourgeois, F. Pahrm, S. (2014). Drug Safety
in the Digital Age. New England Journal of Medicine
370 (26), 2460-2462.
Magnus, P. D. (2009). On Trusting Wikipedia. Episteme
6, 74-90.
Moran, R. (2006). Getting Told and Being Believed. En
Lackey, J. y Sosa, E. (Eds.), The Epistemology of Tes-
timony (pp. 272-306) . Oxford: OUP.
Nature. (2006). “Nature’s Response to Encyclopae-
dia Britannica”. Recuperado el 28 de mayo de 2023.
https://www.nature.com/nature/britannica/eb_advert_
response_final.pdf
Read, B. (2006). “Can Wikipedia ever make the grade?”
Chronicle of Higher Education, 53(10): A31.
Rosenzweig, R. (2006). Can History be Open Source?
Wikipedia and the Future of the Past. The Journal of
American History Volume 93(1), 117-146.
Searle, J. (2010). Making the Social World. Oxford:
OUP.
Sierra, A y González, N. (2021). “Percepción de los es-
tudiantes sobre la fiabilidad de la wikipedia”. Bordón:
Revista de pedagogía, 73(1), 111-128.
Soler-Adillon, J. Pavlovic, D. y Freixa, P. (2018). Wi-
kipedia en la Universidad: cambios en la percepción
de valor con la creación de contenidos”. Comunicar,
26(54): 39-48
Thi Nguyen, C. (2021). How Twitter Gamifies Commu-
nication. En J. Lackey (Ed.), Applied Epistemology
(pp. 410-436) . Oxford: OUP.
60
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) ENSAYO
Los que comen oro
Recibido: 26 de setiembre, 2022
Aceptado: 18 de mayo, 2023
Por: Isabel Ducca Durán1, Universidad Nacional, Costa Rica,
ORCID: https://orcid.org/0009-0008-3635-7905
Isabel Ducca Durán. Los que comen
Resumen
oro. Revista Comunicación. Año 44,
volumen 32, número 1, enero-junio, 2023.
El ensayo revisa la metáfora del oro en diferentes testimonios de la conquista de Instituto Tecnológico de Costa Rica. ISSN:
América para realizar un análisis ideológico. Dichos testimonios se estudian desde 0379-3974/e-ISSN1659-3820
el cuadrado ideológico del análisis crítico del discurso y la teoría del fetichismo del materialismo histórico, con el fin de ubicar la idolatría del oro en el marco de relaciones capitalistas de producción. Como conclusión, se establece un paralelismo entre la obsesión por el oro y los proyectos extractivistas, y sus consecuencias en los territorios tanto campesinos como de pueblos originarios.
Abstract
The Gold Eaters
The paper reviews the metaphor of gold in different testimonies of the conquest of America to carry out an ideological analysis. These testimonies are considered from the ideological perspective of critical discourse analysis and the fetishism theory of historical materialism, aiming to establish the idolatry of gold within the framework of capitalist relations of production. In conclusion, a parallelism is established between the obsession with gold and extractive projects and their conse-quences for peasant territories and native communities.
PALABRAS CLAVE:
oro, análisis del discurso, fetichismo,
materialismo histórico, extractivismo.
1
Isabel Ducca Durán es Licenciada en Filología Española de la Universidad de Costa Rica.
Jubilada de la Universidad Nacional, Heredia. Ha realizado investigaciones y publicacio-KEY WORDS:
nes en el área de la literatura infantil, la lectura creativa, la literatura testimonial, la vida y gold, discourse analysis, fetishism,
obra de Carmen Lyra; el análisis crítico del discurso y la ideología. Es autora de los tex-historical materialism, extractivism.
tos De Odiseo a Obama. Masculinidad hegemónica y relaciones asimétricas (2012) y Promesas paradisíacas. Infiernos terrenales (2014) ambos publicados por la EUNA. Contacto:
61
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) AYER FUE EL ORO, HOY…
una de las formas de acercarse a la identidad de un gru-
po es trabajar su perspectiva sobre sí mismo y sobre sus
¡Vos sos el medio!
oponentes. La definición de sí mismo tiende a ser posi-
Grafiti callejero.
tiva y la del enemigo u oponente se compone general-
mente de rasgos negativos. En el proceso de la conquista
Es necesario destacar dos aspectos globales de la con-
e invasión de América, es evidente que esos “recién lle-
quista y colonización de América como punto de partida.
gados” recibieron rápidamente una acusación acerca de
El primero lo enuncia Enrique Dussel con respecto a la
su capacidad destructora. En ese contexto, interesa saber
fecha de 1492. Es el momento inicial del proceso me-
cómo se estructuró ese rechazo y por qué. Algunos de los
diante el cual el “ego europeo” construye la alteridad; es
testimonios que se citarán están mediatizados por quien
decir, un conjunto de pueblos y sujetos convertidos en
escribió la crónica.
objetos e instrumentos están ahí para satisfacer los prin-
cipios de la civilización europea, considerada a sí misma
Bartolomé de Las Casas describe con minuciosidad los
como la portadora de la racionalidad y de la fe verdade-
maltratos y las crueldades realizados por los “recién lle-
ra. La modernidad es un proyecto europeo que se tradu-
gados”. Según su crónica, en 1511, Diego Velázquez
jo en imposición, por la persuasión o por la fuerza, de
parte a poblar la isla de Cuba. En esa narración, destaca
normas y creencias para poder reducir a esos “otros” en
el papel de Hatuey, quien había huido con toda su gente
simples recursos útiles.
de los conquistadores españoles para establecerse en un
lugar más resguardado. Al saber de la presencia española
Aunque se han realizado múltiples estudios para abor-
en su nueva morada, se dirige a sus coterráneos y esta-
dar las formas con que se instrumentalizó dicha alteri-
blece, según Las Casas, el siguiente diálogo:
dad, este escrito revisa cómo esos otros “incivilizados”
vieron la llegada y, sobre todo, la insaciable búsqueda
¿ Vosotros sabéis por qué todas estas persecuciones
de oro con que se inauguró la conquista. Hasta donde
nos causan o por qué fin lo hacen?”. Respondieron
los testimonios dan cuenta, la primera mirada con que
todos: “Hácenlo porque son crueles y malos”. Res-
los pueblos aborígenes focalizaron a esos intrusos fue
pondió el señor: “Yo os diré por qué lo hacen y, y
con dos rasgos fundamentales: la codicia y siervos del
esto yo os demostraré”. Tenía luego allí encubierta
oro. Según Silvia Rivera, en Ch’ixinakax utxiwa. Una
una cestilla hecha de palma, que en su lengua lla-
reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores,
maban haba, llena, o parte de ella, con oro, y dice:
la metáfora del oro es el eje central de la interpretación
“Veis aquí su Señor a quien sirven y quieren mucho,
realizada por quienes sufrieron en su cuerpo, así como
y por lo que andan; por haber este Señor nos angus-
en toda su cosmogonía, la conquista y la colonización.
tian, por éste nos persiguen, por éste nos han muerto
El oro aparece citado una y otra vez desde los primeros
nuestros padres y hermanos, y toda nuestra gente,
escritos de Colón. Hay un ansia por el metal y las pie-
y nuestros vecinos, y de todos nuestros bienes nos
dras preciosas para justificar su empresa. Hernán Cortés
han privado, y por éste nos buscan y nos maltratan,
le escribe al rey dándole cuentas de la “pacificación”,
y porque, como habéis oído ya, quieren pasar acá y
apropiación de tierras y oro.
no pretenden otra cosa sino buscar este Señor, y por
buscarlo y sacarlo han de trabajar de nos perseguir y
fatigar, como lo han hecho en nuestra tierra de antes,
UNA MIRADA ACUSADORA
por eso hagámosle fiesta y bailes, porque cuando
Para un primer nivel de análisis, se procederá a describir
vengan les diga o les mande que no nos hagan mal.
esa focalización con el cuadrado ideológico planteado
(Las Casas, citado por Matus, 1990, p. 22).
por Teun van Dijk. Según el análisis crítico del discurso,
62
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Cuadrado ideológico 1.
Nosotros (indígenas)
Ellos (españoles)
Indagamos el porqué de la persecución.
Son crueles y malos.
Buscamos una solución.
Sirven y quieren mucho al Señor (oro).
Rogamos al Señor (oro) protección.
Nos persiguen.
Preparamos un ritual al Señor (oro).
Matan a toda la gente.
Acudimos a una estrategia espiritual.
Nos quitan lo nuestro.
Conjuramos el peligro de muerte.
Buscan al Señor (oro).
Continuarán con la persecución por el Señor (oro).
Fuente: elaboración propia.
El cronista continúa su relato y ofrece algunos detalles
por lo que se acordó echarlo al agua en señal de protec-
del baile emprendido en honor del Señor. Después de
ción. La estrategia falló, Diego Velázquez arribó hasta terminada la danza al amanecer, se dirigió Hatuey otra
ese lugar. De sobra es conocida la manera de invadir,
vez a los habitantes originarios y les previno acerca del
saquear, perseguir indígenas por los montes y matar, por
peligro de guardar ese Señor cerca de ellos, pues así lo
lo que no hay detenerse en esos aspectos.
guardasen en sus tripas, se las sacarían para obtenerlo, Cuadrado ideológico 2.
Buscamos protección del Señor (oro).
Ellos son capaces de matar por el Señor (oro).
Nos protegemos del peligro
(el oro e invasores).
Ellos destruyen la estrategia.
Nos deshacemos del peligroso Señor (oro).
Fuente: elaboración propia
Hatuey no logró escapar al poderío español, fue des-
que se dirigían quienes habían sido buenos. Concluyó, cubierto y sentenciado a morir en la hoguera. Estando
según Las Casas, negándose a la conversión con tal de
amarrado al palo previo a la quema, se acercó a él un
no encontrarse más con los cristianos. Reitera el cronista
fraile con el fin de convertirlo para que muriese cristiano
la posición de Hatuey: “¿Qué otra cosa fue decir que no
y bautizado; es decir, para salvarle el alma. Hatuey pre-
quería ir al cielo, pues allá iban cristianos, sino argüir
guntó por qué había de hacerse cristiano, si eran malos;
que no podía ser buen lugar pues a tan malos hombres
a lo cual el sacerdote respondió que era el único camino
se les daba por eterna morada?” (Las Casas, citado por
para irse al cielo. De nuevo, indagó si al cielo iban cris-
Matus, 1990, p. 24).
tianos, a lo que obtuvo, como respuesta, la afirmación de
Cuadrado ideológico 3.
Yo (Huatey)
Ellos (españoles)
No quiero ser cristiano/ser malo.
Son malos.
Çuestiono la religión.
Prometen una eternidad aterradora.
No quiero encontrarme después de muerto
Son mala compañía aquí y en el cielo.
con los cristianos.
Veo el cielo como morada eterna de malos
hombres.
Rechazo la conversión.
Fuente: elaboración propia
63
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Evidentemente, todo el discurso de Las Casas se estruc-
¿Qué clase de cielo es ese, sino un infierno y un perpetuo
turó como una denuncia para conmover al rey y al poder
suplicio? ¡El cielo anunciado por los españoles estaba
acerca de lo que acontecía en las tierras “descubiertas”.
plagado de seres malvados! Los dioses de los evangeli-
Por lo tanto, la anécdota podría interpretarse como una
zadores habitaban un espacio organizado según sus pro-
más para persuadir sobre la crueldad utilizada y la ino-
pias coordenadas; esa es la percepción de una mente lú-
cencia del indígena. En el peor de los casos, haciendo
cida que no se ha dejado engañar, pues no se ha detenido
eco de las voces afines a la leyenda negra surgida, su-
en el discurso, sino que se ha centrado en los resultados
puestamente, alrededor de España, se podría admitir que
devastadores y genocidas. Por otra parte, la conversión
fuera “ficción”, sin embargo, la relata tal y como si él
liberaría al victimario de toda culpa. Salvando el alma
hubiera sido un testigo de los acontecimientos, elemen-
de los “infieles”, se lavaba la culpa de toda la conquista
to que no deja de ser también discursivo. La narración
y la colonización. En este caso, no hubo purificación del
está pensada como un episodio cuya trama incluye las
victimario, ya que la víctima no aceptó el chantaje espi-
secuencias completas de acción interesante, complica-
ritual. Hatuey enjuicia y condena a sus verdugos. Desde
ción y resolución. Incluso, se puede visualizar a Hatuey
su lógica, no podría ser diferente un cielo o una eternidad
y su gente en un éxodo para escapar de la vejación y el
a lo que le depararon en vida. La mirada de este indígena
ultraje, cuya resolución final es catastrófica para ellos.
podría estar, como se vio, mediatizada por el discurso de
El relato está tan bien sistematizado con sus secuencias
Las Casas. Sin embargo, existen otros testimonios.
que podría prestarse para un guion cinematográfico o
una puesta en escena dramática. El involucramiento de
En la Visión de los vencidos, Miguel León de Portilla
quien lee como testigo, se logra al emplear el presente de
(1972) recupera la voz de las víctimas o de testigos de
indicativo en algunas acciones y diálogos. En síntesis,
la conquista de México y Tenochtitlan. Entresacado del
hay una fuerza emotiva para conmover en favor de las
Códice Florentino, los informantes de Sahagún relatan
víctimas.
el “hambre” de oro de Hernán Cortés y los suyos, frente
a los presentes enviados por Motecuhzoma:
Realizado este distanciamiento de la persuasión discur-
siva, interesa detenerse en la mirada de Hatuey sobre los
Les dieron a los españoles banderas de oro, bande-
conquistadores. La acusación por idólatras, con que se
ras de pluma de quetzal, y collares de oro. Y cuando
justificó la conquista y la evangelización, la lanza tam-
los hubieran dado esto, se les puso risueña la cara,
bién el habitante originario contra sus opresores: su ido-
se alegraron mucho (los españoles), estaban delei-
latría es el oro. Su rechazo se centra en la ambición, en
tándose. Como si fueran monos levantaban el oro,
la búsqueda desesperada de su señor. Lo único que los
como que se sentaban en ademán de gusto, como
diferenciaría sería el objeto de idolatría, los originarios a
que se les renovaba y se les iluminaba el corazón.
sus dioses, los españoles al oro. Y, como si se tratara de
Como que cierto es que eso anhelan con gran sed.
un sarcasmo histórico, le danzan para que los proteja de
Se les ensancha el cuerpo por eso, tienen hambre
sus seguidores, pero el oro no tiene oídos para este tipo
furiosa de eso. Como unos puercos hambrientos an-
de plegarias.
sían el oro.4
La conversión de la víctima no se realizó, pues rechazó
Y las banderas de oro las arrebatan ansiosos, las agi-
el sitial de honor ofrecido en una posada celestial. La
tan a un lado y a otro, las ven de una parte y de otra.
víctima invierte las coordenadas: la propuesta tan apre-
Están como quien habla lengua salvaje: todo lo que
ciada no es tal, tendría que continuar en presencia de esos
dicen, en lengua salvaje es. (León de Portilla, 1972,
criminales para el resto de la eternidad. Si hubiera sido
p. 74).
pensada como una burla y una ironía, no podría haberse
ideado mejor. A la víctima le prometen un cielo donde
permanecerá con sus victimarios y los de toda su gente.
4
El traductor anota lo siguiente: “Puercos: el texto náhuatl dice
pizome, “puercos de la tierra”.
64
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Cuadrado ideológico 4.
Después, cuando los españoles entran a Tenochtitlan, la
capacidad de lectura va ampliándose gracias a sus actua-
Nosotros (indígenas)
Ellos (españoles)
ciones con respecto al oro como frente a los demás obje-
Dimos regalos
Se alegran con los
tos. El interés por el oro priva sobre cualquier otro aspec-
(sagrados).5
presentes.
to. Cuentan los informantes que, una vez instalados los
Nos sorprendimos con Poseen un lenguaje
españoles, asediaban a Motecuhzoma acerca de recursos
la respuesta de ellos: gestual con respecto
y reservas de la ciudad: las insignias guerreras, los es-
ansiedad por el oro.
al oro.
cudos; mucho les rebuscaban y mucho le requerían el
Los comparamos con Necesitan con ansia el
oro. El azteca, como respuesta, los conduce7 al lugar del
monos.
oro.
tesoro, se detalla:
Los comparamos con
Tienen hambre
Todos los artefactos tejidos de plumas, tales como
puercos.
desenfrenada de oro.
travesaños de plumas de quetzal, escudos finos, dis-
No comprendemos sus Su felicidad depende
cos de oro, los collares de los ídolos, las lunetas de
códigos.
del oro.
la nariz, hechas de oro, las grebas de oro, las ajorcas
de oro, las diademas de oro. (León de Portilla, 1972,
Fuente: elaboración propia.
p. 99).
La mirada de Hatuey se centra en la idolatría. Frente al
oro, los conquistadores se comportan como esclavos.
Desprenden el oro de todas las piezas, hicieron una gran
Solo a él obedecen; se trata de la sujeción a la ley de la
bola de oro y dieron fuego, encendieron, prendieron
acumulación. En la cita de los informantes de Sahagún,
llama a todo lo que restaba por valioso que fuera. Al
no hay una propuesta categórica en cuanto a la identidad
final, el oro queda reducido a barras. La búsqueda no
de los conquistadores. Dos afirmaciones encabezan el
termina ahí, el texto indica cómo se dedicaban a hurgar
texto, la dádiva y el efecto de esta en su ánimo: reciben
y a rebuscar por todo lado, y se apropiaban de cuanto
con alegría los regalos; sin embargo, el resto se enuncia
consideraban valioso. La siguiente ilustración (Figura 1)
como una posibilidad, pues el símil domina la caracteri-
del códice refuerza lo descrito acerca de la fundición. Un
zación de los españoles frente al oro, ya que semejan un
primer momento es la dádiva; el segundo, la fundición:
mono por el júbilo y las piruetas realizadas, y un puerco
El relato continúa y describe el saqueo del recinto donde
por la ansiedad con que lo reciben. Es una comparación
se guardaban las pertenencias de Motecuhzoma, llama-
descalificadora, pues son incapaces de apreciar el valor
do Totocalco. Una vez más, se da la comparación con
simbólico de la dádiva ni siquiera guardan compostura
bestezuelas por el modo de llevarlo a cabo y por la ale-
y, diplomáticamente, había que esperar a que finaliza-
gría que los embargaba.
ra el acto oficial para el festejo del tesoro encontrado.
Se centran en las banderas de oro. Por último, hay, apa-
Las diferentes crónicas reunidas en la antología citada se
rentemente6, incomprensión de tal comportamiento. No
refieren reiteradamente a las búsquedas del oro. Se cita
poseen códigos para interpretar esa conducta frente al
la obligación de darlo e incluso requisas que se hacían en
oro, por esa razón se alude a la lengua salvaje; es decir, los caminos para hurgar en los cuerpos de quienes huían
desconocida. Pero lo imposible de descodificar no es el
espantados, con el fin de saber si portaban oro escondi-
lenguaje articulado, sino el lenguaje gestual y las actua-
do. Hay alusiones a la indagación incesante de Hernán
ciones. Hay una incomunicación acerca de los valores
Cortés acerca del oro perdido por los españoles en el ca-
asignados en la cultura que ofrece y en la cultura que
nal de los toltecas, cuando tuvieron que salir huyendo.
recibe; esta última discrimina el resto en favor del oro;
Una muestra elocuente de contar el rastreo es:
no logra percibir el gesto de dádiva, la generosidad.
5
En otro momento, el texto aclara que se trata de presentes con-
7
La descripción del lenguaje gestual se hace presente una vez
siderados sagrados.
más, dice: Lo rodeaban, se apretaban a él. Él iba en medio,
iba delante de ellos. Lo van apretando, lo van llevando en cerco 6
El análisis realizado se centra, como se ha visto, en el texto y en ( León de Portilla, 1972, p. 99). No queda claro si Motecuhzoma una traducción. Desconociendo la cultura y la lengua náhuatl, se
toma la iniciativa de conducirlos o lo obligan a hacerlo. Por la
plantean posibilidades de interpretación, como frente a cualquier
descripción anterior, se podría inferir que fue obligado y muy vigi-otro discurso.
lado.
65
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Figura 1. Los españoles funden los presentes de oro
Fuente: Códice Florentino. Reproducido por León-Portilla, M. (1972).
A estos cinco hizo descender el capitán Hernando
perseguidos por los mejicas). Se les preguntó por el
Cortés. Los ataron y los llevaron a Coyoacan. Tan
oro que había sido reunido en el palacio, en forma
sólo Panitizin no fue atado. Allá en Coyoacan fue-
de ocho barras y que había quedado al cuidado de
ron encerrados, fueron conservados prisioneros.
Ocuitécatl, que era mayordomo real. (León de Por-
Allá se les quemaron los pies. Además a los sacer-
tilla, 1972, p. 184).
dotes Cuauhcóhuatl y Cohuayhuitl, Tecohuentzin y
Tetlanmécalt se les inquirió acerca del oro que se
Además de la destrucción de los obsequios, valiosos
había perdido en el Canal de los Toltecas (cuando
para quienes los ofrecían, recibieron persecución, casti-
huyeron los españoles por la Calzada de Tacuba,
gos físicos y tortura psicológica.
66
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) En la Visión de los vencidos, se contraponen el dolor
Por otra parte, lo que queda visible, lo no triturado en su
colectivo de parte de los mexicas por la pérdida de su
totalidad, son partes muy frágiles del cuerpo y difíciles
mundo, la indiferencia y la crueldad, frente a la destruc-
de desprender: el cabello y la masa encefálica; es la ima-
ción causada por los españoles, encabezados por Cortés,
gen de la violencia del ataque. ¿Dónde fue a dar el resto?
al llevar a cabo la gesta. La diferencia adquiere un tono
La destrucción es superlativa, pues los cabellos difícil-
verdaderamente dramático, si se comparan las dos des-
mente se desprenden de las cabezas, lo mismo sucede
esperaciones. Son dos angustias realmente antagónicas.
con los sesos.
Unos deploran el mundo que perdieron. Los otros se
afligen por el oro. El duelo colectivo de los aztecas tuvo
De los cuerpos pasamos a las moradas, también fue-
manifestación poética. La expresión de asombro, estu-
ron deshechas y perdieron también su cabeza, quedaron
por, sufrimiento y dolor por la destrucción de su mundo
destechadas.9 El derramamiento de sangre aparece como
recorre un poema, pero constituye, al mismo tiempo,
huella impresa en los muros y tinta en el agua. La sangre,
una crónica del duelo personal y social. Citando a Ángel
fluido vital vertido, lo inundó todo. Quedaron sin vivien-
Ma. Garibay, Miguel León de Portilla (1972) sitúa los
da y sin alimento, pues el agua estaba contaminada. La
siguientes versos en el año 1524:
vida en su totalidad fue aniquilada, se veían únicamente
trazos de lo que fue. Todo aparece en fragmentos: vi-
En los caminos yacen dardos rotos,
vienda por cultura, cabeza y cabellos por cuerpos y vida.
los cabellos están esparcidos.
La desesperación era colectiva, pues la voz es en primera
Destechadas están las casas,
persona plural. El pegarle a una pared siempre se da
enrojecidos tienen sus muros.
porque se espera una respuesta; se reitera la ruina, ya
Gusanos pululan por calles y plazas,
que responde el vacío; una pared que es una red de agu-
y en las paredes están salpicados los sesos.
jeros, una metáfora más que elocuente para designar lo
Rojas están las aguas, están como teñidas,
que no se sostiene en pie; heredan el derrumbe de lo que
y cuando las bebimos,
fue; esa pared evoca también el combate con armas de
es como si bebiéramos agua de salitre.
fuego. Las armas inician y cierran el poema. Los dardos
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
sustituyen a los seres humanos combatientes; el verbo
y era nuestra herencia una red de agujeros.
yacer ubica la personificación de esas armas derrotadas.
Con los escudos fue su resguardo,
Esos escudos, al cierre, dejan de cumplir su misión, por-
pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad.8
que no fueron creados para proteger de la desolación;
(p. 23).
no hubo escudo que protegiera de esa derrota, en la cual
La desolación recorre el poema, es tan así que los seres
solo queda el silencio, la ausencia de diálogo y compa-
humanos no aparecen. Están descuartizados: las cabelle-
ñía. La desaparición de lo que fue, lo conocido, lo vivido
ras desperdigadas, no se nombran las cabezas; la destruc-
y amado. Esos escudos no protegen de la desesperación.
ción llegó a tal nivel que hasta los cabellos se separaron
El trauma de la conquista, como lo califica Miguel León
de sus cabezas; lo más difícil de destruir son los cráneos
de Portilla (1972), no encuentra consuelo. ¿Lo habrá en-
y también fueron triturados, pues los sesos salpicaron las
contrado alguna vez?
paredes. La profundidad del dolor y la pérdida es tal
que desaparecieron completamente los cuerpos. Estas
La búsqueda del oro recorre el tiempo y el espacio. En
metonimias nombran “la parte por el todo” y al mismo
los testimonios mayas, vuelve a aparecer como móvil de
tiempo señalan la desaparición física por exterminio, el
los conquistadores. En la mayoría de los casos, sin nin-
aplastamiento de los cuerpos.
gún nivel metafórico; es la amenaza abierta y directa:
9
Según Silvia Rivera, para el mundo andino, la pérdida de la cabeza, el corte de cabello o el destechado de una casa constituyen símbolos de una enemistad irreconciliable, pues representan
8
Miguel León de Portilla en El reverso de la conquista ofrece una una afrenta terrible; es el grado máximo del agravio. Ella conversión de este poema con algunas variantes : y est án las pa-sidera dicha metáfora como un juicio moral y político sobre la
redes manchadas de sesos / Rojas están las aguas, cual si las
devastación de que fueron víctimas (Rivera, 2010, pp. 31-32). No
hubieran teñido,/ y si las bebíamos, eran agua de salitre. / Gol-nos es posible confirmar si para el mundo mexica representaba
peábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad / y nos que-
lo mismo. La coincidencia es total para ser simple parecido. El
daba por herencia una red de agujeros. / En los escudos estuvo
historiador costarricense Ricardo Fernández Guardia alude tam-
nuestro resguardo, / pero los escudos no detienen la desolación bién al corte de cabellos como una agresión irreparable en el
( León de Portilla, 1980, p. 21).
simbolismo indígena de esta zona.
67
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) el oro o la vida. En el relato sobre la conquista de los
colonia una y otra vez.11 ¿Conocerían estos autores anó-
zutujiles, se narra la llegada de Pedro de Alvarado, lla-
nimos de la matanza que ostentaba ya en su currículum
mado Tunatiuh, a Yximchée, en 1524, y su demanda del
dicho señor?
preciado elemento:
Acerca de la metáfora del oro, el historiador costarricense
Quería que le dieran montones de metal, sus vasijas
Ricardo Fernández alude a una hazaña no solo triunfal,
y coronas. Y como no se las trajesen inmediatamen-
sino de un gran sarcasmo de parte de la resistencia indí-
te, Tunatiuh se enojó con los reyes y les dijo: “¿Por
gena. Entre 1541 y 1544, en uno de los varios intentos
qué no me habeís traído el metal? Si no traéis con
fallidos de conquistar el territorio de la actual Costa Rica,
vosotros todo el dinero de las tribus, os quemaré y
se dio un enfrentamiento entre los españoles comandados
os ahorcaré... les dijo a los Señores.
por Diego Gutiérrez, quien es el primero en morir, y unos
habitantes originarios. De los cuarenta soldados pereció
En seguida los sentenció Tunatiuh a pagar mil dos-
la mitad y dos esclavos negros. El resto escapó por los
cientos pesos de oro. Los reyes trataron de obtener
montes, algunos retomaron la ruta recorrida y:
una rebaja y se echaron a llorar, pero Tunatiuh no
consintió y les dijo: “Conseguid el metal y traedlo
En su retirada fueron a dar contra un grupo de vein-
dentro de cinco días. ¡Ay de vosotros si no lo traéis!
ticinco caciques y principales, armados de lanzas,
¡Yo conozco mi corazón!” Así les dijo a los Señores.
que no llevaban pinturas12 y tenían un manto pues-
(León de Portilla, 1980, p. 104).
to sobre el hombro. Rompieron los fugitivos por
entre estos señores y a poco correr encontraron al
Cuadrado ideológico 5.
P. Francisco Bajo, quien en unión de dos soldados
Nosotros (indígenas)10
Él (español)
había huido desde el comienzo del combate. Dos
horas después toparon a Alonso de Pisa que venía
Fuimos complacientes.
Era impaciente.
con un socorro de veinticinco hombres. Enterándole
Fuimos sumisos.
Amenaz ó con matar.
estaban del desastre y muerte de su tío, cuando de
pronto se vieron rodeados por más de cien indios,
Pedimos clemencia y
Castigó con tributos en
portadores de espadas, rodelas y ballestas, trofeos
compasión.
oro.
de su victoria, que se pusieron a bailar de alegría,
Fuimos víctimas.
Amenazó constante-
gritándoles algunos en lengua castellana: “¡ Toma mente.
oro, cristiano! ¡Toma oro!”; pero no se atrevieron a
Tuvo un corazón cruel.
atacarlos al ver el refuerzo de Alonso de Pisa. (Fer-
Fuente: elaboración propia.
nández, 1975, p. 73).
La amenaza se hizo realidad en más de una ocasión pese
La imagen del oro dio más de una fantasía y ensueño
a haber entregado el tributo. Lo que más interesa de este
entre los conquistadores. De hecho, el bautizo de Costa
testimonio es la aseveración de Alvarado acerca de su
Rica, sustituyendo el nombre de Veragua, se debe a la
propio corazón. Independientemente de si estas palabras
obsesión, primero, de Cristóbal Colón y, después, de sus
fueron pronunciadas o no, revelan la mirada de la vícti-
descendientes por la, supuesta, abundancia del material
ma. Se trata de un corazón que late por el oro; su sensi-
en este territorio.
bilidad, sus sentimientos se mueven por la acumulación.
En el mundo andino también se aludió a la codicia y al
Es la víctima que visualiza la sensibilidad de quien la
ansia de oro, en la Figura 2 se observa el retrato hecho
oprime. La voz de narración deja con su testimonio una
por Guaman Poma de un encuentro entre un español y
acusación implícita contra Alvarado. La víctima no jus-
un indígena:
tifica la opresión. Su corazón era capaz de todo por el
oro, como lo demuestra la historia de la conquista y la
11 En la misma narración, se lee, poco después, acerca de ese
mismo corazón: Durante este año se impusieron terribles tribu-
tos. Se tributó oro a Tunatiuh; se le tributaron cuatrocientos hombres y cuatrocientas mujeres para ir a lavar oro. Toda la gente extraía el oro. (León de Portilla, 1980, p. 108).
10 Aunque el relato está en tercera persona, la voz de la narración 12 Según este historiador, los colores de la guerra eran el negro y se identifica con el dolor del pueblo originario.
el rojo.
68
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Figura 2. Encuentro entre un conquistador
cesidad vital. Podría interpretarse que el inca se interesa
y un indígena
el saber qué necesita el otro. El español responde con dos
lenguajes: el articulado y el gestual; refuerza su respues-
ta con el gesto indicando lo que desea. En la imagen, se
perciben diferentes objetos que, aparentemente, no todos
serían de oro y plata. ¿Habría en la muestra alguna pre-
sencia de alimentos y el español los discriminó en favor
del oro? Por otra parte, el conquistador responde en pri-
mera persona plural, un colectivo que prefiere el oro al
alimento. Desde cierta perspectiva, la imagen y el texto
que la acompaña muestran el ansia desmesurada de los
conquistadores: su obsesión por el oro está por encima
del alimento. El conquistador escoge entre una gama de
objetos ofrecidos por el anfitrión. La imagen focaliza la
libertad para escoger. Una vez más, y en espacios geo-
gráficos distantes, se encuentra “el hambre de oro” como
caracterización de los españoles; una imagen hiperbólica
que señala el móvil de todos sus actos.
En la visión de la conquista, Guaman Poma reitera el
tema de la codicia. Cuando relata la salida y el viaje de
Francisco Pizarro y Diego de Almagro de España para
emprender la conquista del Perú, señala:
Todo Castilla ubo grandes alborotos; era de día y de
noche entre sueños. Todo decía: “Yndias, yndias,
oro, plata, oro, plata del Pirú.” Hasta los múcicos
cantauan el rromanse “Yndias, oro, plata.” […]
Fuente: (Guaman Poma, 1615, dibujo 147)
Que ci la rreyna le dejara uenir, me parese que todo
Castilla se beniera con tan rrica nueua deseada oro y
La imagen pertenece al apartado Las primeras noticias
plata, que la gente andaua bestido todo de oro y pla-
de Guayna Capac Ynga de la llegada de los españoles,
ta, y todo el suelo lo que pizauan era todo oro y plata
el texto que le sigue corresponde al entorno explicativo
macizo, que como piedra amontonauan oro y plata.
de la imagen:
Aún hasta agora dura aquel deseo de oro y plata y
Y preguntó al español qué es lo que comía; rrespon-
se matan los españoles y desuella a los pobres de los
de en lengua de español y por señas que le apun-
yndios […]
taua que comía oro y plata. Y acinab dio mucho oro
Y procuraron traer otros rregalos y rropa blanca pero
en polbo y plata y baxillas de oro. Con todo ello le
de hazienda pobre. No quicieron traer nada, cino ar-
mandó tornar otra ues con el chasque al puerto de
mas y escopetas con la codicia de oro, plata, oro y
Sancta. Quando llegó, dizen que el compañero se
plata yndias, a las Yndias, Pirú […]
abía muerto y ancí se fue este dicho Candía a Espa-
ña con su oro y plata y rrequiesas. (Guaman Poma,
Y no quicieron descansar ningún día en los puer-
1615, p. 372).
tos. Cada día no se hazía nada, cino todo era pensar
en oro y plata y rriquiesas de las Yndias del Pirú.
En la cita anterior, se reproduce un diálogo en el cual
Estauan como un hombre desesperado, tonto, loco,
ambos son iguales jerárquicamente, pues están a la mis-
perdidos el juycio con la codicia de oro y plata. A
ma altura y se miran a los ojos. El inca abre la conversa-
ueses no comía con el pensamiento de oro y plata.
ción e indaga acerca del alimento; es decir, sobre una ne-
A ueses tenía gran fiesta, pareciendo que todo oro y
69
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) plata tenía dentro de las manos. A cido como un gato
ansiedad los hizo arriesgados y valientes, daban la vida
casero quando tiene al rratón dentro de las uñas, en-
por el oro.
tonces se huelga. Y ci no, cienpre azecha y trauaja
y todo su cuydado y pensamiento se le ua allí hasta
Por otra parte, no es gratuita la referencia a lo que traían.
coxello; no para y cienpre buelbe allí.
Se focaliza en los regalos. Priorizaron en traer armamen-
to para lograr combatir por el oro, en lugar de cargar pre-
Ací fue los primeros hombres; no temió la muerte
sentes valiosos, portaban “hacienda pobre”. Esta alusión
con el enterés de oro y plata. Peor son los desta uida,
a los obsequios permite visualizar una vez más su codi-
los españoles corregidores, padres, comenderos.
cia; hay una comparación implícita entre lo que daban
Con la codicia del oro y plata se uan al ynfierno.
los habitantes originarios y lo que portaban los conquis-
(Guaman Poma, 1615, pp. 372-374).
tadores. En todos los relatos, aún de los conquistadores,
se resalta la capacidad indígena para la dádiva, ofrecían
La cita es extensa; sin embargo, permite explicar la ima-
lo mejor que tenían; en muchos casos, sus ofrendas for-
gen acerca de la inversión entre el alimento y el oro. La
maban parte de su mundo sagrado; los conquistadores
víctima, desde su subjetividad doliente, invierte la lógica
respondieron siempre con baratijas -así llamadas por
del opresor. La conquista se alimentó de oro. El conquis-
ellos mismos o por los historiadores-, armas, despojo y
tador en la iconografía de Poma personifica la conquis-
matanzas. Cierra con la alusión a su momento histórico,
ta, el dibujo es el primero del capítulo de la conquista;
para dar un juicio categórico sobre corregidores, padres
por lo tanto, puede interpretarse como una síntesis que
y comenderos. ¡Esos perdieron la posibilidad de salva-
va ampliándose a lo largo de su desarrollo. Incluso, la
ción! Pues la codicia es el camino hacia el infierno. Un
referencia a Castilla está aludiendo a la sensibilidad do-
juicio ético al igual que el de Hatuey.
minante de aquel momento histórico. No solo Castilla,
toda Europa pensaba en el oro y las riquezas del Nuevo
La obsesión y la falta de juicio aparecen en otros testi-
Mundo. La imagen señala implícitamente el proceso. El
monios; por ejemplo, en la Historia General de la In-
conquistador constituye una metonimia, pues el proceso
dias, de Francisco López de Gómara, hay una anécdota
de dominio y avasallamiento fue ejecutado por este me-
en la cual el buen juicio del indígena retrata la locura del
diante sus actuaciones.
conquistador. Incluso, la opinión del propio historiador
equipara el oro con el alimento:
Guaman Poma está narrando una historia desde las des-
trezas que posee, su propia creatividad y sensibilidad de
Escogió ciento y treinta españoles, y llevando con-
víctima. Las referencias históricas apuntan en su trabajo
sigo a Colmenares, fue a Coiba a buscar de comer
siempre al calendario mediante los datos de años de pa-
para todos, y oro también, que sin él no tenían pla-
pado y reinado. Prolonga el dominio de la codicia hasta
cer.
sus días, cuando alude a la matanza entre los mismos
españoles y al desuelle de indios. Dos elementos funda-
Panquiaco, hijo mayor de Comagre, dio a Balboa
mentales de dicho proceso histórico: la competencia y
setenta esclavos hechos a su manera, para servir los
la brutalidad entre los mismos españoles y el exterminio
españoles, y cuatro mil onzas de oro en joyas y pie-
indígena por explotación.
zas primamente labradas. Él juntó aquel oro con lo
que antes tenía, fundiólo y, sacando el quinto del rey,
El párrafo más extenso pretende describir la locura y
repartiólo entre los soldados. Pesando las suertes a
la obsesión del opresor. Lo compara con la pérdida del
la puerta de palacio, riñeron unos españoles sobre la
juicio. Percibe un desequilibrio en la conducta de este:
partición: Panquiaco entonces dio una puñada en el
sueña, respira, sufre o se alegra por el oro; sin embargo,
peso, derramó por el suelo el oro de las balanzas y
como en el caso mexica, no pronuncia un juicio categó-
dijo: “Si yo supiera, cristianos, que sobre mi oro ha-
rico, usa el símil, parece un juicio perdido. Una última
bíades de reñir, no vos lo diera, ca soy amigo de toda
comparación, la del gato con el ratón, alude a una rela-
paz y concordia. Maravíllome de vuestra ceguera y
ción infatigable alrededor del objeto deseado, no existe
locura, que deshacéis las joyas bien labradas por ha-
otro motivo para vivir. La descripción psicológica de ese
cer de ellas palillos, y que siendo tan amigos riñáis
conquistador no se agota con la comparación, pues re-
por cosa vil y poca. Más os valiera estar en vuestra
conoce que, por su búsqueda, no le temieron a nada. La
tierra, que tan lejos de aquí está, si hay tan sabia y
70
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) pulida gente como afirmáis, que no venir a reñir en
ta gana de oro tenéis, que desasoguéis y aun matéis
la ajena, donde vivimos contentos los groseros y
los que lo tienen, yo os mostraré una tierra donde os
bárbaros hombres que llamáis. Mas empero, si tan-
hartéis de ello”. (López de Gómara, 1999, p. 89).
Cuadrado ideológico 6.
Yo (Panquiaco)
Ellos (españoles)
Di 70 esclavos y 4.000 onzas de oro.
Fundieron las joyas.
Soy amigo de paz y concordia.
No valoraron la belleza de las joyas.
Me sorprendió la ceguera y locura de los espa-
Se pelearon por la repartición.
ñoles.
Soy capaz de acusarlos.
Fueron egoístas.
Soy capaz de enseñarles buenos modales.
Valoran más el oro que la amistad.
Soy capaz de reprenderlos.
Se desesperan por el oro.
Comparo su comportamiento con el nuestro.
No tienen buenos modales.
Soy capaz de enjuiciar a los españoles.
Nos humillan como groseros y bárbaros.
Somos mejores que los españoles.
Los groseros y los bárbaros son los españoles.
Fuente: elaboración propia
La cita es de un cronista repudiado por Bartolomé de
que vimos en La voz de los vencidos se repite en este
Las Casas y Bernal Díaz del Castillo por su glorificación
episodio, ya que los españoles no valoran el valor estéti-
a Hernán Cortés. La crítica a Vasco Núñez de Balboa
co o moral del regalo y lo transforman frente a los habi-
no es personal, pues generaliza el gusto por el oro. En
tantes originarios. Implícitamente, se compara asimismo
la réplica de Panquiaco, se manifiesta, una vez más, la
las dos sensibilidades: la que ofrece lo mejor y la que
incapacidad para valorar la dádiva de los indígenas. No
destruye lo que toca.
eran capaces de apreciar la belleza. La fundición del oro
Cuadrado ideológico 7.
Acerca de sí mismos
Acerca de los españoles
Son dadivosos y ofrecen regalos valiosos
Matan y se pelean o se matan por el oro.
por su valor estético o social.
Emiten un juicio ético sobre los españoles.
Son egoístas y carecen de buenos modales.
Comparan a los españoles con bestias por su Aman y luchan por el oro como su señor.
comportamiento con respecto al oro.
Acusan a los españoles por su
Son esclavos de la codicia.
capacidad destructiva.
Rechazan y cuestionan la religión cristiana.
Están condenados al infierno por su codicia y crueldad.
Visualizan los efectos de las
Visualizan únicamente los medios
actuaciones de los españoles.
para acumular riqueza.
La generosidad funda la relación.
La ley de acumulación y la
competencia funda la relación.
Fuente: elaboración propia.
EL FETICHE DEL ORO
que Huatey, Goman Poma y las voces anónimas
denunciaban es la idolatría del oro. Todas esas voces,
La mirada acusadora acerca de la ética de esos primeros
sufrientes por la victimización que estaban padeciendo,
españoles que se obsesionaban por el oro posibilita
describieron la aureola mística del oro con sorpresa
dar un salto cualitativo en el análisis, por cuanto lo
y juicios morales. Hicieron visible lo invisible: lo que
71
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) los españoles no podían o no querían ver. El ansía
europeas. Y estas cifras, cortas, no incluyen el con-
compulsiva y obsesiva por el oro los sorprende, porque
trabando.
esas sociedades originarias estaban estructuradas sobre
la base de la producción de objetos con valores de uso;
La Corona estaba hipotecada. Cedía por adelantado
es decir, la producción de objetos se llevaba a cabo por
casi todos los cargamentos de plata a los banqueros
medio de relaciones sociales transparentes, en el sentido
alemanes, genoveses, flamencos y españoles. (2004,
de que tanto los artesanos como los joyeros que los
pp. 40-41).
confeccionaban no estaban sometidos al valor de cambio
El oro era el valor supremo para una sociedad que ya se
de las mercancías. Eran trabajadores que pertenecían a
estructuraba sobre la base de relaciones mercantiles; de-
una sociedad cuya base no era la apropiación privada de
trás del hambre de oro estaba la banca europea. Sin em-
la fuerza de trabajo. Si bien pertenecían a algún escalón,
bargo, lo que los pueblos originarios no podían vislum-
alto o bajo, de la jerarquía social, esa situación social no
brar era que ellos estaban, a su vez, siendo presa de una
estaba distorsionada por los valores ideológicos de una
división del trabajo que no existía en estos confines hasta
sociedad capitalista, en la cual se le oculta y soslaya al
ese momento. Tal incorporación como parte de una divi-
trabajador que el valor total de su fuerza de trabajo no
sión internacional del trabajo se realizaba por una doble
se repone en la paga, sino que el dueño de la empresa se
conversión. Por una parte, una conversión religiosa, es
queda con un alto porcentaje del valor de lo producido.
decir, una incorporación a una conciencia fetichizada de
La acumulación de bienes en esas sociedades no se ba-
la historia mediatizada tanto por el ocultamiento como
saba en ese ocultamiento básico. La aureola mística del
por la opacidad de las intenciones sociales y económicas
oro fue parte del análisis del fetichismo de la mercan-
de la conquista y la colonización: fuerza de trabajo gra-
cía en Marx, tal y como lo plantea Franz Hinkelammert
tis, esclava o semiesclava, servidumbre y tributos, solo
(1983): “Para destacar su concepto de fetiche del dinero,
que incorporados a ese mercado internacional bajo la
Marx cita a Cristóbal Colón: ‘¡Cosa maravillosa es el
promesa de salvar el alma y ganar el paraíso. Pero, en
oro! Quin tiene oro es dueño y señor de cuanto apetece.
realidad, esa incorporación significaba que toda la vida
Con oro, hasta se hacen entrar las almas en el paraíso’”
humana y de la Madre Tierra se transformaba en propie-
(p. 22).
dad privada. Para esto, se estableció un marco jurídico
que determinaba quiénes eran los propietarios y quiénes,
Lo que tanto sorprendió y alarmó a esas víctimas de la
los seres humanos “inferiores” o dominados que debían
conquista fue la forma en que los españoles mataron, lu-
pasar a ser propiedad exclusiva de cual o tal señor, o
charon y se dejaron matar por el oro; además que, una
bien, tributar para el reino de España.
vez conseguido, lo fundían para convertirlo en barras.
El proceso parece metafórico, pero no lo es. Observa-
La voz de los vencidos, es decir, de las víctimas de la
ban su compulsión y obsesión por poseerlo y, una vez
conquista, logró, con esa mirada acusadora y su juicio
alcanzado, miraban su transformación: lo despojaban
ético acerca de la eternidad ofrecida, invertir la lógica
de todo valor suntuario, estético o sagrado; es decir, lo
con que se revestía la empresa colombina al inicio y la
“desvestían” del valor de uso con que había sido creado,
de todos los conquistadores después. Antes de ser ejecu-
para convertirlo en una mercancía. El que fuera acumu-
tados o asesinados, alcanzaron a dejar testimonio -dentro
lado sobre la base de relaciones mercantiles, no iba con
de ellos algunos cronistas que los reprodujeron- de su
los valores de la sociedad que lo había ideado, pues se
estupor y asombro frente a lo que nunca habían obser-
sopesaba como el metal capaz de convertirse en mone-
vado. Su focalización se centró, como ya se advirtió, en
das para comprar reinos, religiones, conciencias y demás
los efectos devastadores de lo que acontecía. El proceso
mercancías intercambiables por este. Al respecto, Eduar-
lo pudieron medir en su totalidad, pues la invasión atro-
do Galeano aporta algunos datos:
pelló vidas y sociedades completas, y dejaron constancia
de la instrumentalización de que estaban siendo objeto.
Entre 1503 y 1660, llegaron al puerto de Sevilla 185
En ese sentido, colocaron el oro en el sitial debido: era
mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. La
el dios de esos recién llegados. Esa inversión básica es
plata transportada a España en poco más de un siglo
la que permite relacionar con el proceso fundamental
y medio, excedía tres veces el total de las reservas
para el análisis ideológico de una sociedad capitalista y
72
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) acercarse a algunos rasgos estructurales de lo que es el
original con la sumisión al poder patriarcal. Huatey de-
fetichismo.
bía expiar la culpa de no ser cristiano. En la culpabiliza-
ción, hay una dialéctica implícita: la visibilización y la
La opacidad de las relaciones mercantiles en una socie-
invisibilización.
dad capitalista se basa en la capacidad de apropiación,
bajo los mecanismos de la dominación discursiva, po-
Tal como lo analiza y describe Enrique Dussel (1994)
lítica, religiosa y económica, de toda aquella fuerza de
, no hubo descubrimiento, sino un encubrimiento.13 La
trabajo humana y de los recursos materiales necesarios
construcción de esos Otros se realizó mediante la invi-
e indispensables para la gran producción y acumulación
sibilización, despojo y desconocimiento de sus propias
de capital, pero cuya intencionalidad y, sobre todo, los
identidades; sin embargo, fueron encubiertos, o sea vi-
efectos depredadores, en las vidas humanas o en cual-
sibilizados, bajo las prerrogativas de quienes ostentaban
quier otra manifestación de la vida natural, se soslayan
el poder de las armas, de la “persuasión religiosa”, del
y se ocultan bajo una conciencia fetichista de la historia
ansia de dominación para “convertirlos” -ahí sí se dio
y la sociedad. La matriz fundamental del fetichismo la
una verdadera conversión- en objetos de explotación y
enuncia Marx en su análisis y la desarrolla Hinkelam-
despojo. La opresión se justificó bajo la mirada inquisi-
mert en la siguiente definición:
dora del racismo, eran seres inferiores; de la religión, no
tenían alma; eran salvajes; o no sabían pensar, y debían
Religión no es algo como una superestructura. Es
ser obedientes y sumisos a la ley de un dios que repre-
una forma de la conciencia social que corresponde
sentaba los valores de las leyes mercantiles. Al respecto
a una situación en la cual el hombre ha delegado la
Hinkelammert aporta: “Las imágenes religiosas tienen,
decisión sobre su vida o muerte a un mecanismo
por tanto, como esencia la negación del hombre y de su
mercantil, de cuyos resultados -siendo este meca-
posibilidad de vivir. Son portadoras de la muerte. Se tra-
nismo obra suya- no se hace responsable. Y esta
ta de una imagen de Dios que es anti-hombre” (1983, p.
irresponsabilidad la proyecta en un Dios con arbi-
17).
trariedad infinitamente legítima, que es el Dios de
la propiedad privada, de los ejércitos y de la “his-
Huatey y otros miles pagaron con su vida su rechazo
toria”. Pero la verdadera esencia de este Dios es la
a ser sometidos a la ley del dios mercado. Aunque no
renuncia del hombre a hacerse responsable de los
pudieran establecer un análisis teórico, tuvieron la gran
resultados de la obra de sus manos. (1983, p. 21).
capacidad para resistir y dejar un pensamiento que se
basa en su subjetividad, su sensibilidad y su propia vi-
La esencia del ocultamiento ideológico consiste en esa
vencia. Los vencidos que rechazaron “el cielo de los
proyección en un dios cuya “arbitrariedad infinitamen-
depredadores” no vieron hacia el más allá, observaron
te legítima” posibilita un devenir en las sociedades bajo
detenidamente los movimientos de las fuerzas que ocu-
el principio de la instrumentalización de la vida total,
rrían aquí en la tierra y en su presente, y pudieron sacar
para desarrollar al máximo el apetito de la acumulación.
conclusiones que nos alertan todavía hoy acerca de la
Tanto Huatey como Goman Poma y las voces anónimas
destructividad de los ídolos de la muerte; los fetiches que
advirtieron la idolatría que era el verdadero móvil del
juegan con la vida y la muerte de quienes habitamos en
proceder de los invasores.
América Latina.
La proyección mediante la cual la irresponsabilidad hu-
mana se traspasa a un dios es un proceso muy complejo,
HOY COMO AYER
pues implica diferentes aspectos que componen una sub-
jetividad social y, al mismo tiempo, individual. Dentro
Actualmente, los dioses de la muerte y sus estrategias
de esa amalgama de elementos, interesa destacar el prin-
de culpabilización varían los apelativos, aunque
cipio fundamental de la inversión. Hay una proyección,
prevalezcan el racismo y la discriminación. Por ejemplo,
pero es como si se tratara de un espejo invertido. Como
13 Un ejemplo de esa dialéctica, aunque no se le nombre así, lo
parte de la inversión y ese no hacerse responsable de las
aporta el historiador Juan Carlos Solórzano: “En realidad, du-
consecuencias de sus actos, se da un proceso de culpa-
rante la expedición que habían realizado con anterioridad De La
Cosa y Bastidas encontraron solo poblaciones de agricultores
bilización de la víctima. La víctima debe purgar alguna
pacíficos, pero ambos no dudaron en contarle a la reina fantásti-
culpa: Eva y todas las mujeres debemos expiar el pecado
cas y horripilantes historias de caníbales que abjuraban del nom-
bre de Cristo” (2014, p. 62).
73
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) quienes defienden los derechos humanos y a la Madre
y su espiritualidad. Son comunidades y familias comple-
Tierra están siendo criminalizados constantemente en
tas con una relación afectiva y cultural con la tierra de
América Latina bajo el amparo de un marco jurídico
sus ancestros.
con una “arbitrariedad infinitamente legítima”, para
entorpecer su lucha, desgastar física y psicológicamente,
Las muertes y sacrificios humanos se suman y se multi-
desprestigiar públicamente a la persona y llevarla a
plican por la idolatría del capital, pues requiere explotar
prisión bajo cargos falsos o inexistentes. Mientras
el tesoro del petróleo, el gas, el agua, las semillas, etc.
tanto, el dominio y el despojo continúan desplegando
Causa tristeza y pesadumbre no poder nombrar a to-
su codicia y depredación a lo largo y ancho de nuestro
das esas personas inocentes cuyo único delito es amar
continente.
y rendir culto a la Madre Tierra. Un pequeño homena-
je simbólico a la memoria de todas ellas es la siguiente
Los ejemplos se multiplican como si fuera una plaga;
evocación de Berta Cáceres, mujer lempa asesinada en
pero no es así, no se trata de un fenómeno de la naturale-
Honduras el 3 de marzo de 2016, cuyo legado es cada
za. Son las políticas de invasión que socavan las fuentes
más vigente:
de la vida misma y eliminan personas y comunidades
que, valientemente, defienden su territorio y a la Madre
En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de
Tierra. En casi todos los casos, cuentan con el beneplá-
la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos cus-
cito de los gobiernos de turno y de políticos influyentes.
todios ancestrales el pueblo Lenca, resguardados,
además, por los espíritus que nos enseñan que dar la
En un informe andino acerca de los proyectos extracti-
vida de múltiples formas, por la defensa de los ríos
vistas, se plantea la existencia de un corredor minero sur
es dar la vida para el bien de la humanidad y de este
andino, lo cual posibilita ver la magnitud de la interven-
planeta […]
ción. Una descripción general de la situación en Colom-
bia, Ecuador, Perú y Bolivia la ofrece dicho informe en
¡Despertemos! ¡Despertemos humanidad! Ya no
estos términos:
hay tiempo. Nuestras conciencias serán sacudidas
por el hecho de estar solo contemplando la auto des-
Las comunidades afectadas por el corredor minero
trucción basada en la depredación capitalista, racista
que articula distintos proyectos mineros e infraes-
y patriarcal […]
tructuras en las provincias de Cotabambas, Chum-
bivilcas y Espinar en el sur andino peruano (con-
El río Gualcarque nos ha llamado, así como los
flicto de convivencia y territorio amplio marcado
demás que están seriamente amenazados en todo
por distintos proyectos extractivos asociados); la
el mundo. Debemos acudir. La Madre Tierra mi-
resistencia campesina e indígena al proyecto mine-
litarizada, cercada, envenenada, donde se violan
ro Mirador en la Cordillera del Cóndor en Ecuador;
sistemáticamente derechos elementales, nos exige
las vulneraciones en la Tierra Comunitaria de Ori-
actuar. Construyamos entonces sociedades capaces
gen (TCO) Tacana II en Bolivia ante la exploración
de coexistir de manera justa, digna y por la vida.
petrolera (ambos conflictos de alternativas de vida);
Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo
y el del Movimiento Ríos Vivos frente a la cons-
y cuidando la sangre de la tierra y de sus espíritus.
trucción de la central hidroeléctrica Hidroituango
(Cáceres, 2015, pp. 1-2).
en Colombia (también conflicto de alternativas de
vida). Los cuatro procesos se ubican en espacios
RFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
rurales, con presencia de comunidades indígenas y
campesinas. (Hurtado y Hoetmer, 2018, p. 15)
Cáceres, B. (2015). Discurso por el Premio Goldman
2015. Social y solidaria. Recuperado de https://so-
Esos datos aportan información para esos países, pero,
cialysolidaria.com/wp-content/uploads/2021/09/Dis-
hay que repetirlo, el conflicto se repite en Chile, Argenti-
na, Brasil, Centroamérica y México. Aquí aparece como
un enunciado para dar la voz de alerta; sin embargo, se
De la Vega, I. G. (2009). Historia General del Perú.
trata siempre de personas que tienen su proyecto de vida
Lima, Perú: SCG. Recuperado de: http://shemer.
ligado a su territorio, pues este forma parte de su cultura
mslib.huji.ac.il/lib/W/ebooks/001531298.pdf
74
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 61-75) Dijk, T. (2003). Ideología y discurso. Barcelona, Espa-Solórzano, J.C. (2014). Costa Rica en el siglo XVI. San
ña: Ariel Lingüística.
José, Costa Rica: Editorial de la Universidad de Costa
Rica.
Dussel, E. (1994). 1492: El encubrimiento del
Otro. La Paz: Plural Editores. Recuperado de:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/
otros/20111218114130/1942.pdf
Fernández G., R. (1975). El descubrimiento y la con-
quista. Reseña histórica de Talamanca. San José,
Costa Rica: Editorial Costa Rica.
Galeano, E. (2004). Las venas abiertas de América Lati-
na. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno Editores.
Guaman Poma, F. (1615). Nueva crónica y buen go-
bierno. Recuperado de: http://www.kb.dk/perma-
link/2006/poma/371/es/text/?open=id3087888
Hinkelammert, F. (1983 ). Las armas ideológicas de la
muerte. San José, Costa Rica: DEI.
Hurtado, F. y Hoetmer, R. (Coords.). (2018). Abu-
sos de poder contra defensores y defensoras de los
derechos humanos, del territorio y del ambiente.
Informe sobre Extractivismo y Derechos en la Re-
gión Andin a. Recuperado de: https://cedib.org/wp-
content/uploads/2018/06/INFORME-ANDINO-
%C3%9ALTIMA-VERSI%C3%93N.pdf
León-Portilla, M. (1972). Visión de los vencidos. La
Habana, Cuba: Casa de las Américas.
León-Portilla, M. (1980). El reverso de la conquista.
México, México: Editorial Joaquín Mortiz.
López de Gómara, F. (1999). Historia General de las In-
dias. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/
servlet/SirveObras/02588400888014428632268/
p0000002.htm#I_45_
Matus, E. (1990). Literatura hispanoamericana de la
conquista y la colonia. Antología, Tomo I. La Habana,
Cuba: Editorial Pueblo y Educación.
Rivera C., S. (2010). Ch’ixinakax utxiwa Una reflexión
sobre prácticas y discursos descolonizadores. Bue-
nos Aires, Argentina: Tinta Limón. Recuperado de:
https://sentipensaresfem.wordpress.com/2016/09/10/
src2010/
75
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) RESCATE DE DOCUMENTOS
Las exploraciones botánicas
de Hermann Wendland en
Centroamérica (1856-1857) II.
En la región de Sarapiquí, Costa Rica
Recibido: 12 de febrero, 2023
Aceptado: 18 de mayo, 2023
Por: John Leslie Dowe1, James Cook University, Australia, ORCID: 0000-0003-1424-6725
Luko Hilje Quirós2, Centro Agronómico Tropical de Investigación y
Enseñanza (CATIE), Costa Rica, ORCID: 0000-0002-5171-5079
John Leslie Dowe, Luko Hilje Quirós.
Resumen
Las exploraciones botánicas de Hermann
Wendland en Centroamérica (1856-
El presente artículo corresponde a la segunda parte del relato intitulado Notas 1857) II. En la región de Sarapiquí, Costa
de viaje del jardinero de la corte Hermann Wendland, publicado en 1857 en la Rica. Revista Comunicación. Año 44,
revista Hamburger Garten- und Blumenzeitung, cuya primera parte fue tradu-volumen 32, número 1, enero-junio, 2023.
Instituto Tecnológico de Costa Rica. ISSN:
cida recientemente para la revista Comunicación. En 1856, el botánico alemán 0379-3974/e-ISSN1659-3820
Hermann Wendland fue enviado por el rey de Hannover a Centroamérica, con el fin de recolectar plantas para los Jardines Reales de Herrenhausen. Este artículo se concentra en Sarapiquí, en el noreste de Costa Rica, región muy rica en biodiversidad, pero entonces botánicamente inexplorada. Durante tres semanas de trabajo intensivo, Wendland recolectó especímenes de unas 200 especies vegetales, pertenecientes a 45 familias, de las cuales 90 fueron nuevas para la ciencia. En sus recolecciones predominaron orquídeas (Orchidaceae), palmeras (Arecaceae), gesneriáceas (Gesneriaceae), aroideas (Araceae), melastomáceas (Melastomataceae) y rubiáceas (Rubiaceae), las cuales representaron el 60% de todas sus recolecciones y el 82% de las especies nuevas. La mayor parte de su colección permanece en el herbario de la Universidad de Göttingen (GOET).
Esto convirtió a Sarapiquí en la región mejor conocida de Costa Rica en términos botánicos, por varios decenios. Afortunadamente, en el último medio siglo, la existencia de la Estación Biológica La Selva, de la Organización para Estudios Tropicales (OET), ha permitido que los investigadores que con frecuencia se ins-PALABRAS CLAVE:
talan ahí hayan podido acrecentar inmensamente el conocimiento de aspectos Hermann Wendland, Jardines de
taxonómicos, ecológicos, genéticos y evolutivos de la flora y la fauna que habita Herrenhausen, Universidad de Göttingen,
el bosque tropical muy húmedo, hasta convertirla en una de las zonas tropicales Sarapiquí, Costa Rica, Orchidaceae,
Arecaceae, Gesneriaceae, Araceae.
mejor estudiadas del planeta.
KEY WORDS:
Hermann Wendland, Herrenhausen
1
Australian Tropical Herbarium, James Cook University, Smithfield, Qld 4878, Australia. Con-Gardens, University of Göttingen,
tacto: john.dowe@jcu.edu.au
Sarapiquí, Costa Rica, Orchidaceae,
Arecaceae, Gesneriaceae, Araceae.
2
Profesor Emérito. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). Turrialba, Costa Rica. Autor para correspondencia. Contacto: luko@ice.co.cr
76
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Abstract
Hermann Wendland’s Botanical Explorations in Central America (1856-1857): II. In the Sarapiquí region, Costa Rica This paper corresponds to the second part of the account entitled Travel notes of the court gardener Hermann Wendland, published in 1857 in the magazine Hamburger Garten- und Blumenzeitung, of which the first part was recently translated for the journal Comunicación. In 1856, the German botanist Hermann Wendland was sent to Central America by the King of Hannover, to collect plants for the Royal Gardens of Herrenhausen. The current paper focuses on Sarapiquí, in the northeast of Costa Rica, a region very rich in biodiversity, but then botanically unexplored. During three weeks of intensive work, Wendland collected some 200 plant species, belonging to 45 families, of which 90 were new to science. Orchids (Orchidaceae), palms (Arecaceae), gesnerids (Gesneriaceae), aroids (Araceae), melastomas (Melastomataceae), and madders (Rubiaceae) predominated in his collections, which represented 60% of all his collections, and 82% of all new species. Most of his collections are held in the herbarium of the University of Göttingen (GOET). This made Sarapiquí the best botanically known region of Costa Rica for several decades. Fortunately, in the last half of a century, the establishment of the La Selva Biological Station, of the Organization for Tropical Studies (OET), has allowed researchers who frequently settle there, to greatly increase knowledge about taxonomy, ecology, genetics and evolutionary relationships of the flora and fauna that inhabit the tropical wet forest, making it one of the best studied tropical environments on the planet.
INTRODUCCIÓN
estaba recopilando información sobre la región norteña
del país, para una publicación que aparecería en 1862;
Como se indicó en el primer artículo de esta serie (Dowe
años después sería traducida al español con el título La
y Hilje, 2022), en 1856-1857 el botánico alemán Her-
ribera derecha del río San Juan; una parte casi desco-
mann Wendland (1825-1903) fue enviado a Centroamé-
nocida de Costa Rica (Biolley, 1895) y reeditada casi un
rica, para recolectar plantas vivas y ejemplares de her-
siglo después (von Frantzius, 1999).
bario para los Jardines Reales de Herrenhausen, con el
patrocinio del rey Jorge V de Hannover. Su diario de la
De hecho, en el primer artículo de esta serie (Dowe y
travesía, intitulado Notas de viaje del jardinero de la cor-
Hilje, 2022), él menciona algunas de las inquietudes y
te Hermann Wendland, publicado en la revista Hambur-
preocupaciones asociadas con su expedición a la región
ger Garten- und Blumenzeitung, fue traducido al inglés
de Sarapiquí, reputada como inhóspita y muy peligrosa.
recientemente (Dowe et al. , 2022), y ahora al español.
Tras las indagaciones y preparativos pertinentes, por fin
En el presente artículo se incluye la segunda parte de di-
Wendland acometió la aventura de explorarla.
cho testimonio, concentrado en la región de Sarapiquí,
en el noreste de Costa Rica.
Empezada su travesía el 7 de mayo de 1857 en San José,
junto con su ayudante Gerhard Jäger, después de pernoc-
Se ignora exactamente por qué Wendland eligió Costa
tar en la ciudad de Heredia y un día después en un alber-
Rica, así como esta región en particular, para efectuar la
gue gubernamental que había en Vara Blanca, el relato
mayor parte de sus herborizaciones en Centroamérica.
aquí transcrito corresponde al recorrido iniciado poco
Lo que sí es cierto es que —como él mismo lo confie-
después de superar la Cordillera Volcánica Central en
sa—, en Hannover había conversado con el naturalista
el Paso de El Desengaño. Lo esperaban terrenos suma-
polaco Josef von Warszewicz, quien había recolectado
mente escarpados, recubiertos de bosques de altura, para
en Costa Rica previamente (León, 2002; Grayum et al. ,
poco a poco descender hasta las muy extensas planicies
2004; Ossenbach, 2016). Además, había leído las suges-
donde la selva tropical alcanza su mayor esplendor.
tivas descripciones de Sarapiquí incluidas en el célebre
libro La República de Costa Rica, publicado en 1856
Dado el gran valor botánico y testimonial, su periplo por
(Wagner y Scherzer, 1974).
la región de Sarapiquí aparece narrado a continuación,
en su propia voz.
Ya en Costa Rica, buscó el consejo del médico y natura-
lista alemán Karl Hoffmann —para quien traía una carta
DIARIO DE VIAJE DE WENDLAND
de recomendación—, quien posiblemente le sugirió bus-
car a su colega Alexander von Frantzius (Dowe y Hilje,
Al día siguiente, domingo 10 de mayo, nos levantamos
2022). Es de suponer que para entonces von Frantzius ya
a las cinco de la mañana, bebimos un poco de café y
77
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) empezamos a movernos a las siete. El camino empeo-En relación con la catarata mencionada, posiblemente
ró un poco, y se proyectaba cuesta abajo, en dirección
se refiere a la de San Fernando (Figura 1A), que aún
noroeste. El conductor dijo: “¡Miren! San Miguel está
hoy no se ve con facilidad desde la carretera que con-
adelante, y el Muelle más adelante”. Pero uno no veía
duce a Sarapiquí. Se localiza cerca de Cinchona, un vi-
más que árboles y árboles, un dosel continuo de hojas,
llorrio establecido durante la Segunda Guerra Mundial
un verdadero mar de follaje.
para la producción de quinina, contra la malaria. Dicho
poblado fue arrasado por el terremoto ocurrido el 8 de
El camino avanza por el lado izquierdo de un valle, para
enero de 2009, tras lo cual se fundó el poblado de Nueva
después atravesarlo en su centro durante un extenso tre-
Cinchona, en Cariblanco.
cho, y hacia la derecha se hunde de manera tan abrupta,
de la misma manera que asciende por el flanco izquier-
Mientras uno cabalga cuesta abajo, la herborización no
do. Desde abajo emerge el sonido de un furioso arro-
se puede hacer sino desde el burro. A veces uno tiene
yo, que después se precipita en una hermosa cascada de
que olvidarse de este o aquel ejemplar, pero de inme-
unos 150 a 200 pies, la cual, por desgracia, no se puede
diato aparecen otros cien. Uno le dice a su compañero:
observar completa desde el camino.
“Por favor, coge esa hermosa Melastoma”. Y te detienes,
pero los animales de carga avanzan, y la bestia que estás
En cuanto a las unidades de medida citadas en el texto,
montando no tiene intenciones de detenerse ni de que
para evitar reiterarlas, se consignan aquí sus equiva-
sus compañeras la dejen rezagada, por lo que continúa
lencias por una sola vez: pulgada (2,54 cm), pie inglés
bajando. Como, de todos modos, la planta era un poco
(30,47 cm) y yarda (91,4 cm).
bultosa, le dices a tu compañero. “Bueno, olvídate. Ya
habrá otra”. Sí, pero quien no suele regresar, es el mejor
Figura 1. Cataratas San Fernando (A) y La Paz (B).
Fotos: Luko Hilje.
78
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) ejemplar. “Mira, está bien así”, te dices a ti mismo. “¿Por
A partir de aquí, el camino sube de nuevo un poco, pero
qué no cogiste la primera planta que viste, si sabes que si
tan solo para bajar pronto y de manera abrupta. El arro-
no tomas el primer ejemplar, ya no lo encontrarás más?”.
yo que acabamos de cruzar y otro que está a la derecha
Así es como funciona esto.
desaguan en el río Sarapiquí, el cual viene de aún más
lejos por la derecha y se le puede escuchar rugiendo en
Entonces uno mira alrededor, con una mezcla de
las espantosas profundidades.
entusiasmo y enojo, y quiere hacer lo que esté a su
alcance para reencontrar lo que omitió. Debido a esa
Desde el lado del valle por el que se transita, uno no ve
obsesión, no se percata de la presencia de tallos de Rubus
mucho, pues las copas de los árboles obstruyen la vista
y Solanum y, antes de darse cuenta, se ha rasgado las
a la distancia. Sin embargo, lo más impresionante para
manos y la cara.4 Para peores, ¡tu sombrero se queda
el espectador son ciertos lugares del valle en sí, sobre
enredado en algún arbusto, o cae en el barro! La sangre
todo donde ha habido deslizamientos en el lado donde
hierve, uno inculpa al burro de todo cuanto le sucede.
uno se halla, los cuales han arrastrado hacia el valle la
¿Por qué es que siempre busca lo que le resulta más
tierra, con todo y su vegetación, hasta dejar desnuda la
cómodo a él mismo?
roca madre. Uno se sobrecoge al escuchar el caudaloso
Hay que liberarse de la ofuscación, y el burro logra ha-
y rugiente río a apenas unos mil pies debajo de uno, y
cerlo. Sí…, ¡el burro! Él continúa avanzando sin tregua,
entonces se pregunta: “¿Cómo estará el suelo bajo mis
aunque el camino se torne aún más empinado cuesta
pies? ¿Será firme?”. ¡En realidad, un hermoso tobogán
abajo, y de súbito deba voltearse hacia un valle colateral,
de tierra, con un ángulo de 30 a 40 grados! Así que mejor
para poder vadear un arroyo. Se trata del río de los Ange-
te alejas rápido de tan espeluznante punto y, al hacerlo, te
les [río Ángel]. Después de media o una hora de cabalgar
percatas de que estabas sobre una franja de tierra de ape-
se llega al río de La Paz, que se desprende sobre enormes
nas dos a tres pies de ancho, desde la cual el camino se
rocas con rugiente prisa. El agua es espléndidamente
empina abruptamente por un lado, a la vez que se hunde,
cristalina, y lo invita a uno a tomar una bebida refres-
también de manera escabrosa, por el otro.
cante. Y, una vez que has alcanzado la margen opuesta,
No muy lejos de allí observé una pequeña palmera, que
serás recompensado con la vista de varias cascadas pin-
tenía semillas maduras, y me vi tentado a descender y
torescas (Figura 1B).
extraerla del bosque. Pero, ¡qué grande fue mi asombro
La catarata La Paz cae a un lado del camino, donde
cuando de inmediato encontré siete especies diferentes
hoy un puente permite soslayar el profundo cauce del
de palmas, juntas en un área de unas pocas varas cuadra-
río en ese punto, convertido hoy en un popular destino
das! Tan entusiastas estábamos ante tanto material halla-
turístico.
do, que el mulero tuvo que insistir en que partiéramos,
pues se acercaba una lluvia torrencial. El vasculum que,
Por insignificante que parezca este arroyo, se henchirá
de todos modos, ya estaba repleto, se hizo insuficiente
considerablemente cuando llueva, hasta tornarse inva-
para guardar valiosas muestras de palmas. La lluvia, que
deable y peligroso. Por eso han cortado un árbol aguas
cada vez se aproximaba más, me hizo apurar el paso, y
arriba, y colocado su tronco para que sirva como puente
apenas llegué al frente de la cabaña de Cariblanco (Figu-
para los peatones. Sin embargo, las cabalgaduras tienen
ra 2), que era nuestro destino para ese día, se precipitó en
que nadar para cruzar el río, por lo que debe sujetárseles
torrentes. Mi paraguas soportó bien el primer impacto de
con un mecate, para evitar que los arrastre la corriente y
la lluvia, y fue así como pude llegar a mi aposento no tan
sean arrojados diez pies aguas abajo, sobre una inmen-
mojado, poco antes de las tres de la tarde.
sa roca de veinte a treinta pies de profundidad. “Es una
pena —pensé— que no podamos quedarnos aquí por
Tan pronto como procesamos el material recolectado
una hora y refrescarnos con un vaso de cerveza o un sor-
y comimos algo, la curiosidad me llevó a salir, para
bo de leche agria. ¡Qué diferente uso se le daría a este
observar lo que había sobre el techo de un rancho
lugar si estuviera en Europa!”.
localizado frente a la cabaña donde dormiríamos. Estaba
densamente cubierto de plantas de hasta cuatro pies
4
De estas plantas espinosas, al primer género de estos pertenecen
de altura, y parecía más bien un jardín botánico, en el
las moras silvestres y al segundo la naranjilla ( Solanum
que las plaquitas de identificación de cada especie se
quitoense), aunque esta última es de origen suramericano.
79
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 2. Mapa de la ruta a Sarapiquí antes de 1854.
Fuente: Hilje (2006), redibujado de González (1976).
hubieran perdido de manera accidental. Al observar más
abundancia, además de musgos, líquenes, hepáticas y
de cerca, detecté una cantidad de especies inimaginable
setas.5
en Alemania para un área tan pequeña. Por ejemplo,
vi varias gesneriáceas diferentes, melastomáceas,
La cabaña en la que pernoctaríamos estaba bastante
rubiáceas, un montón de orquídeas pequeñas, entre
limpia, y sus propietarios también se distinguían por su
las que había hermosos ejemplares de Sobralia —por
desgracia sin flor—, así como también helechos en
5
El espécimen tipo de Sobralia lepida fue recolectado por él en esos días.
80
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) elegante ropa. La hija de la casa, una muchacha de 14 a
público, con el fin de transformar la trocha de montaña
15 años, fue una de las pocas mujeres realmente bellas
existente, en un camino apto para el tránsito de carretas,
que conocí en Centroamérica. Esa sería la última semana
y así aligerar las exportaciones hacia Europa (Gonzá-
que pasaría en casa de sus padres, pues a la semana
lez, 1976). Culminaría en Muelle, en la ribera del río
siguiente iría a casarse a la capital. La madre, que tararea
Sarapiquí, que funcionaba como atracadero, al igual
a Wagner, aún mostraba rastros de gran belleza. Me
que como puesto aduanal. De Muelle se podía navegar
impactó la hermosa tez blanca de ambas, algo muy poco
unos 45 km hasta La Trinidad, en la desembocadura del
común en los lugareños. Por un módico precio pudimos
Sarapiquí en el San Juan (Figura 3A), y de este punto se
obtener la comida nacional más básica, casi siempre
podía alcanzar el puerto caribeño de San Juan del Norte
compuesta por un par huevos, frijoles negros —el plato
o Greytown (Figura 3B), localizado a unos 55 km de
nacional, que no falta en la mesa de ricos o pobres—, un
distancia. Lamentablemente, este ambicioso proyecto no
plátano asado al fuego, y tortillas; éstas, que en este país
cuajó, por diversas razones. En todo caso, se mantuvo la
sustituyen al pan, son pequeñas tortas de maíz rallado,
ruta original, y fue por esa vía que Wendland regresó a
aplanadas, las cuales se hornean y asan.6
Alemania en agosto de 1857.
Llama mucho la atención que una mujer del mundo
A lo largo del camino aparecía una y otra vez una hermo-
rural conociera música del compositor alemán Richard
sa palmera, de delgado tronco y de 100-200 pies de altu-
Wagner (1813-1883), en una época en que no había
ra. Era la primera vez que la observaba en esta región, y
discos ni radio. Por entonces, el único posible acceso
pertenecía al género Iriartea.8 Me sorprendió cómo sus
a escuchar música clásica ocurría cuando la Banda
múltiples raíces aéreas descendían por hasta diez pies
Militar ofrecía algún concierto en la Plaza Principal o el
desde el tronco.
Teatro Mora, bajo la batuta de Manuel María Gutiérrez,
quien fuera el autor de la música del himno nacional.
El camino continuaba por el valle de nuevo, y pasamos
por algunos lugares tan peligrosos que a uno se le eriza
A la mañana siguiente, el 11 de mayo, partimos a las ocho
la piel. Sin embargo, pronto disfruta de nuevo de la her-
de la mañana. Don Camilo, nuestro guía, tuvo que retor-
mosa vista hacia el valle o hacia el lado opuesto, donde
nar a la capital, a buscar un pasajero, pero ahora el propio
al lado de los gigantescos árboles que dominan el bos-
don Manuel Sancho —que tiene nariz de halcón—, me
que, se elevan esbeltas palmeras. Llegamos a la Cuesta
llevó a su rancho. Tiene una hermosa propiedad en San
del Congo, el horror de todos los horrores. Es cierto que
Miguel, y es el dueño de las cabalgaduras, que él alquila.
escalar esta pequeña y escarpada montaña es muy difícil,
tanto para los humanos como para los equinos, pero des-
El camino, que hasta entonces había sido bastante bue-
pués de las horribles descripciones que había oído acerca
no, empeoró conforme nos acercábamos a las partes más
de ella, imaginaba que era mucho más peligrosa.
bajas y húmedas. Al principio era bastante plano, y los
árboles a ambos lados del sendero habían sido talados
La Cuesta del Congo no tiene relación con el cerro
para secarlo un poco, pero el suelo muy húmedo y rico
Congo, un volcán extinto localizado detrás del volcán
en humus permitía que una multitud de colocasias, con
Poás; de hecho, está a unos 7,5 km al noreste de la cima
sus gigantescas hojas, crecieran de manera magnífica e
del Congo. Alude a un ascenso muy pronunciado, poco
impidieran el paso casi por completo.7 Don Manuel se
después de San Miguel y hacia Cariblanco. El topónimo
sintió obligado a actuar como si fuera el gerente de la
ya no existe, y la topografía de ese paraje fue modifi-
ruta de Sarapiquí y, machete en mano, con destreza y
cada en el gobierno de José Joaquín Trejos Fernández
diligencia despejó la vía de tan exuberante crecimiento
(1966-1970), según el ingeniero Walter Vargas Benavi-
vegetal.
des, quien tiene una finca ahí cerca y frecuenta esa zona
desde la niñez.
Aunque Wendland alude a esto de manera jocosa, des-
de 1851 el gobierno había promovido la creación de la
En general, no hay un camino. Son las mulas las que eli-
Compañía de Sarapiquí, un ente privado pero de interés
gen los lugares más favorables para sobrellevar su carga,
y a menudo se ven obligadas a subir o incluso a saltar
6
En realidad, las tortillas se tuestan sobre un comal de hierro.
7
Acerca de esta planta hay una nota explicativa posteriormente.
8
En relación con esta especie, hay una nota explicativa después.
81
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 3. La Trinidad (A) y San Juan del Norte (B). En A, las flechas indican los extremos de ambas riberas del río Sarapiquí; al fondo se observa el San Juan, más el territorio de Nicaragua.
Fuentes: Luko Hilje (A) y Archivos del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría (B).
hasta un metro en el aire, para poder avanzar; si uno no
va (Figura 4A-B), pero todavía avanzando cuesta abajo
es lo suficientemente precavido, sufrirá fuertes y abun-
por senderos casi siempre malos y pantanosos, donde los
dantes golpes en las rodillas. Una vez que se alcanza la
animales se hunden hasta la mitad de sus patas en el sue-
parte superior, sí da la impresión de que alguna vez hubo
lo fangoso y pegajoso. Después, se percibe la presencia
un camino. Hacia el frente se sube y se sube de manera
de un sitio abierto, y emerge ante los ojos del viajero un
continua, para después descender abruptamente. Es ne-
amplio y bello espacio, verde y despejado.
cesario sujetarse con firmeza a la montura y permitirle
a la bestia que avance según le parezca, pues las mulas
A medida que nos acercamos, don Manuel emite un sil-
conocen el camino y su instinto las lleva siempre a elegir
bido tan fuerte, que perfora nuestros oídos, el cual rebota
los puntos menos peligrosos, de modo que, al final, uno
en su rancho, totalmente rodeado de plátanos. Te aproxi-
pueda superar felizmente las dificultades de la ruta.
mas y eres recibido por una familia bastante numerosa,
más diecisiete perros, todos los cuales conocen la voz de
Una vez que, finalmente, has llegado al fondo del abis-
su amo.
mo principal, continúas durante casi una hora por la sel-
82
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 4. Aspecto de la selva en esa zona en vistas externa (A) e interna (B). Fuente: Luko Hilje.
Desempaqué rápidamente y llevé las cosas al cuarto que
cual usaban como un fuete para montar a caballo. Gra-
me asignaron, es decir, el cuarto de huéspedes, y ahí or-
cias a ella hice entender a los perros, no sin esfuerzo, que
dené las pertenencias que traía, incluido el abundante pa-
no deseaba su compañía. Solo el uso rudo y reiterado de
pel absorbente para preparar muestras botánicas. De mi
esta faja mantuvo alejados a los perros, cada uno de los
mochila saqué y estiré mi hamaca, que sería mi lecho de
cuales tenía más hambre que el otro; parecían esqueletos
dormir en los próximos catorce días. Sin embargo, tuve
andantes, que de vez en cuando me atormentaban con su
que buscar un palo para espantar los perros, a quienes en
apremiante hambre.
los días previos quizás se les había permitido la entrada
irrestricta a ese cuarto. En vez de un palo, lo que encon-
A la hora del almuerzo, cuando el anfitrión y la ama de
tré fue una tira de cuero, cortada de la piel de un tigre, la
casa estaban presentes, traté de averiguar la tarifa diaria
83
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) de estadía. No obstante, en vez de responderme, habla-A todos los que quieran viajar por este país, les reco-
ron de otras cosas sin relación alguna con mi simple pre-
miendo que adquieran una cama tan cómoda como esta,
gunta, por lo que tuve que resignarme a no ver contesta-
en Inglaterra. Inicialmente yo no quería comprarla, debi-
da mi pregunta.
do a su alto precio, pero un “no importa, debes tenerlo”
me inclinó a hacerlo, y cuanto más la he usado, más con-
Durante la tarde me dediqué a colocar en la prensa las
vencido estoy de lo útil que es. Sin ella, habría que elegir
plantas que había recolectado por la mañana, así como a
entre dormir sobre el suelo desnudo o encima de un cue-
prensar y secar las de los días previos.
ro de res. La primera opción debe evitarse, por varias ra-
Para preparar las muestras vegetales (follaje, flores,
zones, ya que el sueño se torna imposible. No obstante, a
etc.) que recolectan, los botánicos utilizan las llamadas
menudo he tenido que soportar muchas noches seguidas
prensas. Para ello extienden las muestras entre trozos o
sin dormir bien, por no haber llevado conmigo la cama
láminas de material absorbente (cartones o papel perió-
inflable, con tal de que la mochila no me pesara tanto.
dico), una por una. Después las apilan y las comprimen
Sin embargo, no pude acostumbrarme, y al día siguiente
entre dos tablas o rejillas de madera o de metal —que
me sentía tan rígido, que se me dificultaba mucho traba-
sirven como tapas—, y todo el conjunto es amarrado
jar. Pero, cuando se cuenta con un animal de carga, como
con un cordel o una correa de cuero, para que no se des-
ahora, no es problema agregarle cinco libras al equipaje.
acomoden durante el traslado a un sitio seguro, donde
Al día siguiente, el 12 de mayo, hice dos excursiones
las muestras puedan ser secadas en una estufa u horno
al bosque. Ambas fueron muy productivas. Dondequiera
eléctrico, para evitar que se pudran. Como en aquella
que mirara o pisara, observaba algo increíble: una espe-
época no había electricidad, era necesario colocar las
cie de palma siguiendo a otra, y otra más, como si hubie-
prensas cerca de algún fogón, pero esto tomaba muchos
ran sido colocadas allí a propósito, para mí. Pero quedé
días, sobre todo en una zona tan lluviosa como Sarapi-
especialmente contento por una especie de Bactris de
quí.
hojas simples, así como una de Geonoma, que aparecía
Por la noche socialicé con los anfitriones. La gente con-
por miles y miles (Figura 5A-B).10
versó de una cosa y la otra, y preguntó sobre esto y aque-
Regresé muy cargado al rancho, y acondicioné bien las
llo. Como, además, yo traía una carta de recomendación
muestras. Como el cielo estaba ya muy nublado, los puse
y dos botellas de ginebra holandesa de un caballero de
a secar cerca de un pequeño fuego, que instalé con ese
San José que era muy amable conmigo y que estaba en
fin en mi aposento, que yo ignoraba que era la cocina
deuda con don Manuel, la familia me acogió muy bien y
del perro. El humo era desagradable, pero podía fluir y
satisfizo todos mis deseos.9
salir por cualquiera de los cuatro costados. Cuando todo
Una vez que encendí unas velas y me deleité con una
estuvo en orden, abrí las semillas recolectadas para que
taza de buen café nacional, saqué mi cama portable y
se secaran, parcialmente metidas en cartuchos de papel y
empecé a inflarla, para diversión de todos los habitan-
colocadas en las supuestas camas, que no eran más que
tes del rancho, quienes se quedaron boquiabiertos, pues
marcos de madera recubiertos con cueros de res.
no podían entender cómo funcionaba al ser inflada con
Apenas terminé de hacer esto, llamaron a almorzar. No
un fuelle en miniatura. Nunca olvidaré los rostros de esa
deseaba esperar más en cuanto a saber el precio diario de
gente, conforme yo iba inflando cada una de las tres sec-
mi estadía. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no te-
ciones de esa cama, así como cuando la coloqué sobre la
ner que reírme ante cualquier ocurrencia de mi anfitrión.
hamaca. Mientras hacía esto, escuché comentarios como
Hice mi pregunta con claridad. No podía creer lo que es-
“Eso es agradable, muy cómodo”, o “Sí, los alemanes
cuché. Dijeron que, cuando llegamos, ellos estaban ocu-
tienen en sus mentes trucos que les permiten vivir en este
pados sembrando maíz en San Miguel y que, no sé por
país, mejor que como lo hacemos nosotros mismos”.
qué razón, eso les había impedido responder. Entonces
insistí, ante lo cual la ama de casa manifestó que tenía
un año de no confesarse y que en estos días tenía planea-
9
Derivada del enebro ( Juniperus communis), este tipo de ginebra es un licor tradicional en los Países Bajos, Bélgica y las zonas
10 Se trata de Bactris obovata, en tanto que la otra podría ser adyacentes del norte de Francia y el noroeste de Alemania.
Geonoma congesta o G. cuneata.
84
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 5. Frutos y hojas de Bactris obovata (A), así como hojas de Geonoma congesta (B).
Fuente: Dick Culbert (A) y Emmanuel Rojas (B).
do visitar a su confesor en Heredia, pero al enterarse de
de todos los colores posibles.11 Eran bastante mansos y
nuestra llegada se vio obligada a posponer su confesión
constantemente estaban entre mis pies, mientras consu-
por cuatro semanas más. De inmediato empezó a enu-
mían los fragmentos de las muestras vegetales que yo
merar su larga lista de pecados y, lo quisiera yo o no,
descartaba o, incluso, lo que se me caía. Además, mor-
tuve que escucharlos todos, como si fuera su confesor.
disqueaban las carpetas con las muestras, al igual que las
partes verdes que sobresalían de dichas carpetas, lo que a
La situación continuó así por largo rato. Hicieron todo
su vez provocaba serias peleas entre ellos. Debido a que
tipo de cálculos para determinar la tarifa, y me hablaron
la puerta no podía ser cerrada —pues no la había, sino
de esto y de lo otro para enredarme y me olvidara del
tan solo el marco—, incluso ingresaron terneros, que
asunto. Pero cuando don Manuel y su esposa pensaron
también masticaron cuanto sobresalía de las carpetas.
que ya me había apaciguado, de nuevo planteé mi pre-
gunta. No obstante, para tener una respuesta, antes debí
Frente al rancho había una especie de patio cercado con
escuchar chácharas acerca del bisabuelo y la bisabuela,
palos. En la mañana del 13 de mayo tomé prestados unos
así como de otros asuntos de la familia; más de lo que yo
trozos de madera e hice una plataforma a unos cinco pies
deseaba. En realidad, el monto a pagar no era muy eleva-
por encima del suelo, para poder secar al sol el material
do, como lo suponía yo, al pensar que todas sus evasivas
que había recolectado.
tenían como fin cobrarme una gran suma de dinero.
Con la esperanza de que todo estaría a salvo aquí, me en-
Encima de esto, finalizado el tiempo para almorzar, vol-
rumbé hacia el bosque en la ribera del río Sarapiquí don-
ví a mi aposento. Pero… ¡qué susto cuando entré ahí!
de, una vez más hallé plantas raras y hermosas, y de don-
Imagínense: una gallina madre con su prole de polluelos
de pronto regresé bien surtido de muestras. Pero, ¡qué
estaba en la cama donde puse las semillas, y todas ha-
grande fue mi asombro cuando fui a buscar mis prensas
bían sido abiertas y picoteadas en su interior. Las recogí
con plantas, para colocar las cosas nuevas! Faltaban dos
y traté de agruparlas por su similitud, pero tuve que en-
de ellas. Una vaca había entrado al patio, que no siem-
frentarme no solo a los perros, sino que también a los
pre estaba bien cercado, y había jalado los papeles, que
pollos, que permanecían husmeando entre mis pies.
posiblemente había olfateado. Una vez en el suelo, los
cerdos las habían cogido y arrastrado por el fango. Pude
Pero este estaba lejos de ser el único problema. El pro-
pietario era un gran aficionado a los conejillos de indias,
de los cuales tenía en su rancho al menos medio centenar,
11 Se trata del cobayo, cuilo o cuy ( Cavia porcellus). Aunque Wendland no lo menciona, es de suponer que los comieran, como su-
cede en América del Sur, de donde esta especie es originaria.
85
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) hallar una entre la suciedad, y la otra en un prado frente
primero es el más común en áreas urbanas. A ellos se
al rancho.
refiere Hoffmann como “un verdadero beneficio para el
país, por lo que nunca se les da muerte” (Hilje, 2006).
Durante mi ausencia, los perros también habían ingre-
Además, comenta que “es un espectáculo muy cómico
sado en mi cuarto. Allí tenía yo dos frascos de vidrio,
cuando ellos, bajo el calor del mediodía y en largas
dentro de una pequeña caja colocada en el suelo, y en los
hileras, el uno junto al otro están posados durmiendo
que solía colocar rizomas de plantas vivas.12 Los perros
sobre las cumbres de los techos, con las cabezas
habían quitado y devorado unos trozos de vejiga que ser-
debajo de las alas; tan pronto como se mojan, con las
vían como tapones. Pude hallar los frascos, y colocarlos
alas extendidas inmóviles se sitúan allí mismo para
con las carpetas de nuevo. A los perros aquí los alimen-
secarse. Los compatriotas los llaman entonces «águila
tan sobre todo con plátanos crudos o cocidos, y rara vez
prusiana»”; esto era así porque en el centro de la
consumen carne u otros alimentos, por lo que siempre
bandera de Prusia, que constaba de dos franjas negras
tienen hambre, debido además al gran número que man-
laterales y una central blanca, había un águila negra
tienen aquí. Incluso los he visto comer maíz crudo en la
imperial con las alas desplegadas.
mazorca, y hasta cuero sin curtir.
Si un animal muere sobre un camino, ahí permanecerá,
El hecho de que haya tantos perros en estos asentamien-
pues nadie hace el menor esfuerzo para orillarlo, aunque
tos se debe también a la protección de las personas de los
sea muy desagradable para los viajeros, ya que los caba-
depredadores silvestres, pero hay una razón adicional.
llos, y aún más los burros, se niegan a pasar por donde
Debido a que nunca quedan totalmente llenos, el hambre
están los esqueletos blanqueados, aunque se haga todo
los obliga a buscar otros alimentos, y es así como en-
esfuerzo. A veces se puede resolver esto, al dejar que una
cuentran y consumen alimañas dañinas, como serpien-
bestia de carga ya cansada e indiferente continúe hacia
tes, además de carroña y sustancias animales putrefactas.
adelante, seguida por la cabalgadura de uno, pero la ma-
En eso también ayudan los cerdos, pollos y patos, que
yoría de las veces uno tiene que desmontar y jalar de la
abundan en los asentamientos.
rienda a su mula, o hacer un largo desvío.
A los animales mencionados se suman los zopilotes, sin
El 14 de mayo llovió casi todo el día, y no pude reco-
duda uno de los animales más útiles en los países ca-
lectar mucho. Como me ha sucedido en días como este,
lientes. Puesto que ellos mantienen limpias las calles, los
estaba muy ocupado como para ponerme a secar el papel
europeos los llaman “ayudantes de policías”, de mane-
algo humedecido. El piso del rancho era adecuado para
ra jocosa. Puedes encontrarlos en las cercanías de todo
hacer esto, pero tan solo unos pocos días después empe-
asentamiento humano, pero son particularmente abun-
zaron a aparecer gatos y a echarse sobre ellos, por lo que
dantes en las ciudades, pueblos y sus alrededores, don-
todos los días me estropeaban algunos.
de suelen posarse sobre los techos y en los árboles, a la
espera de un bocadillo. Si un animal grande, como un
Ese mismo día, un caballero alemán que había conoci-
perro, una res, un caballo o una mula muere, nadie se
do en San José llegó a nuestro rancho, pues iba hacia
toma la molestia de enterrarlo, sino que es traído a la
Europa a través de Sarapiquí y San Juan del Norte. Me
periferia de la ciudad y colocado en algún terreno baldío.
preguntó si deseaba una botella de cerveza, ante lo cual
Tan pronto como el cadáver ha sido depositado ahí, los
saqué mi imitación del queso Limburger [o Limberger],
zopilotes, que son capaces de oler un cadáver desde una
para reciprocar su gesto. Mientras comíamos, nos diver-
distancia increíble, vuelan desde todas las direcciones, y
timos mucho, y hasta nos sentimos medio transportados
en pocos días no queda más que el esqueleto del animal,
a Europa. A su vez, con gran amabilidad se ofreció para
que después es completamente descarnado por todo tipo
llevarte una carta, que espero hayas recibido bien.13 Aun-
de moscas, hormigas y gusanos.
que me resultaba muy difícil escribirte esos renglones en
ese momento, no quería perder la oportunidad de enviar-
En Costa Rica hay tres especies de estas aves carroñeras:
te mis noticias desde este paraje silvestre. Debo contarte
el negro (Coragyps atratus), el cabecirrojo (Cathartes
que no podía usar mi dedo índice, porque esa mañana
aura) y el rey de zopilote (Sarcoramphus papa). El 12 Un rizoma es un tallo que crece de manera subterránea y hori-13 Aquí alude a una mujer llamada Ruth, que no fue posible identifi-zontal, como el del jengibre.
car.
86
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) me puncé su articulación superior del dedo con una es-fueron los iniciadores de esta desgracia: quizás fueron
pina de una Bactris (palma), y estaba muy hinchado, lo
los gatos los que habían arrojado la carne sobre la mesa,
que me causaba mucho dolor. Sin embargo, dos días des-
para beneficio de los perros. A pesar de mi molestia, no
pués el dedo estaba totalmente recuperado.
pude evitar reírme cuando mi compañero, mientras tra-
taba de reanudar los hilos del cordel que sostenía el trozo
Al día siguiente, mi compatriota partió temprano. Ape-
de carne, concluyó con un “Así son las cosas”.
nas lo hizo, como parecía que iba a llover fuerte todo el
día, rápidamente me marché a recolectar, aunque fuera
Decidí dar un paseo por el bosque, y regresé al rancho
por una hora. No obstante, pronto la lluvia me obligó a
con una hermosa bromelia. Al examinarla con más de-
devolverme. Al regresar, encontré a Jäger dando vueltas
talle, pues me sobraba tiempo, ya que estaba lloviendo
y contrariado. Percibí un olor fuerte, y pronto me entera-
de nuevo todo el día, como si el 13 de junio ya hubiera
ría de lo sucedido.
llegado, resultó ser una especie perteneciente al género
Ananassa, posiblemente.14 Es una especie hermosa, pero
En efecto, mientras él estaba atareado preparando un ave
no comestible, y mucho más hermosa que la Ananassa
para embalsamarla, así como sentado a tan solo medio
[ Ananas] bracteata que se cultiva en jardines europeos.
metro del fogón, no se percató de lo que sucedía, sino
Aquí de vez en cuando se utiliza como una planta para
hasta que el ama de casa llegó por el otro extremo del
cercas vivas, pues sus hojas, de unos siete pies de altu-
rancho para decirle que algo se estaba quemando. Fue
ra tienen fuertes espinas en sus márgenes; de su centro
entonces cuando se dio cuenta de que algunas prensas
emerge una inflorescencia con forma de corona, de un
con plantas estaban demasiado cerca del fogón, y algu-
pie de altura, con brácteas rojas y brillantes. En realidad,
nas capas ya ardían. El gran valor de esas muestras lo
las flores son amarillo-verdosas y se ven muy bonitas
puso en el dilema de dejarlas incinerarse o echarles agua,
entre las brácteas de colores brillantes.
con lo que se estropearían aún más. Por fortuna, cuando
llegué, él ya había alejado las prensas de las inmediacio-
Pareciera tratarse de una identificación errónea de
nes del fogón y, como el material ardía muy lento, bastó
parte de Wendland. Es más probable que sea Aechmea
con asperjarle un poco de agua para apagar el fuego. Para
magdalenae (Figura 6). No se conocen especímenes
mi alivio, al quitar el papel quemado, noté que el daño no
de esta planta recolectados por Wendland. Denomina-
era cuantioso. Aunque en días previos había percibido
da pita, es pariente la piñuela (Bromelia pinguin), y se que Jäger no estaba muy bien de olfato, jamás hubiera
utilizaba para hacer cercas vivas, debido a sus fuertes
imaginado que no tuviera la capacidad de oler un papel
espinas; además, es una excelente fuente de fibras para
absorbente cuando se quema. Entonces me quedó claro
confeccionar bolsos y otros objetos personales.
por qué esta persona tenía la manía de probarlo todo.
Esa misma tarde hubo otra tormenta, de las que ocurren
En la mañana del 16 de mayo, él me despertó, maldi-
con cierta frecuencia aquí. Son espantosas, no solo por la
ciendo antes del amanecer. Imaginé que algo malo había
fuerte y densa lluvia, sino que también por la incesante
ocurrido. Cuando le pregunté por qué estaba haciendo
rayería y los ensordecedores truenos. Me recuerdan las
tanta alharaca, su respuesta no fue nada agradable: “Los
tormentas de Quickborn.15
malditos perros se comieron la mitad de la carne”. Co-
rrecto. Así fue: un trozo de carne ahumada, de ocho li-
Esta vez, los moradores de los ranchos se reunieron para
bras —un lujo en aquel paraje—, que habíamos colgado
orar, mientras invocaban a todos los santos. Por la noche
del techo para librarlo de cualquier ataque, estaba en el
saqué una nueva vela de estearina, pues siempre las car-
suelo, mientras que un montón de hambrientos de cuatro
go conmigo, aunque el viaje sea corto, y le pedí al ama
patas tenían ese manjar en sus hocicos; una porción ya
14 Para el 13 de junio de 1857 se había especulado que un co-
había sido devorada por ellos. Por fortuna, pudimos re-
meta destruiría el mundo. En los días previos, la amenaza fue
cuperar una porción de la carne.
difundida por muchos periódicos en todo el mundo, a partir de un
artículo escrito por Matthew Laensberg en el Leige Almanac, de Bélgica.
Sin embargo, nos resultaba inexplicable cómo la carne
se había desprendido del techo. Pero así sucede en este
15 Se refiere al libro Quickborn, que no debe confundirse con la ciudad homónima, mencionada en el primer artículo de esta serie.
lugar. Lo que pareciera imposible para cualquiera, aquí
Dicho libro, cuyo autor Klaus Groth, fue publicado en 1853. Groth
es totalmente posible. En todo caso, los perros y los gatos
fue un poeta regional alemán, que escribió en la lengua alemana
baja, a la cual también se aludió en dicho artículo.
87
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 6. Aechmea magdalenae. Fuente: Dario Taraborelli, https://www.inaturalist.org/photos/58391046
de casa un tizón para encenderla. Ella manifestó que se
géneros conocidos. Sin embargo, al cortar ahora una in-
vería muy hermosa en su iglesia, y de seguro se habría
florescencia, con inmensa satisfacción pude determinar
puesto muy contenta de tener una, pero yo no tenía sufi-
que correspondía a un nuevo género. Al analizarla con
cientes para regalarle una.
mayor detalle observé diferencias marcadas con géneros
como Geonoma y Manicaria, y concluí que, más bien,
Las velas de estearina estaban hechas de grasas y acei-
es afín al género Calyptrocalyx, originario de la India
tes vegetales o animales, en lugar de la parafina habi-
Oriental.
tual. En cuanto al sebo citado posteriormente, tiene va-
rios usos, como cocinar y elaborar velas y jabones; para
Se trata del género Welfia. De hecho, el espécimen tipo
obtenerlo, la grasa de res o de cerdo se cocina hasta
de Welfia georgii, hoy llamada W. regia (Figura 7), fue que quede líquida, y después se deja enfriar. En aquella
recolectado en esos días. Cabe acotar que, en efecto,
época ya se importaban quinqués —prototipo de la lám-
Welfia y Calyptrocalyx se parecen mucho superficial-para de querosén—, cuyo combustible era el aceite de
mente, y en ambos géneros las flores aparecen en tríadas,
ballena, también importado.
insertas en fosas profundas.
Temprano al día siguiente, el 17 de mayo, salí con Jesús,
Al mediodía estalló otra violenta tormenta eléctrica, pero
el hijo del anfitrión, a talar una espléndida palmera que
después el cielo se despejó y aproveché para ir de nuevo
había visto el día anterior. La pudimos localizar de nue-
al río Sarapiquí, con Jesús. Mientras estaba recolectando
vo en el bosque, y pronto la cortamos, pues ya no soy
plantas, Jesús se dedicó a pescar en el río y, con tanto
tan considerado como cuando estaba en Izabal. Ya había
visto algunas plantas jóvenes pero, según su altura y as-
pecto, no me era posible clasificarlas en ninguno de los
88
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 7. Welfia regia. Fuente: Emmanuel Rojas.
éxito que, con la ayuda de un arpón hechizo, pudo captu-
Este insecto (Tunga penetrans) representaba un se-
rar un pez grande, parecido a una carpa, de once libras.16
rio problema en zonas rurales. Vivía en los corrales y,
aprovechando que la gente andaba descalza, la hembra
Por las tardes y las noches, el ama de casa se la pasaba
fecundada se introducía bajo la piel y, al producir los
haciendo velas de sebo. Aunque nunca había visto esta
huevos, ya grávida, formaba una gran protuberancia
elaboración antes, me hubiera gustado no haberlo cono-
(pozola), a veces del tamaño de una arveja. Causaba
cido, pues el olor del sebo casi me hace salir del rancho.
mucho dolor, además de que era común que las perso-
Esa noche descubrí una nigua (pulga de arena) en la arti-
nas fueran infectadas por varias niguas.
culación inferior del dedo meñique; la detecté por el do-
El 18 de mayo talamos otra palma grande, una
lor que me causaba este nuevo inquilino. En particular,
Acrocomia. Era muy espinosa, y Jäger tuvo la desgracia
los europeos recién llegados son los que más sufren con
de punzarse la pierna con una espina, lo que le causó
el ataque de estos insectos. Como regla general, entran
mucho dolor, sobre todo cuando la herida se infectó.
por los pies, pero pueden afectar todas las demás partes
del cuerpo; conozco a varias personas, sobre todo muje-
En realidad, Wendland se refiere a Astrocaryum y no
res, que han sufrido mucho con estos animales. La nigua
a Acrocomia, especie restringida a las zonas secas en
es pequeña, apenas visible, pero se engorda muy rápido,
las tierras bajas del Pacífico. De hecho, en esos días él
tan pronto como se alimenta. Hecho esto, de inmediato
recolectó al menos un ejemplar de Astrocaryum. Cabe
coloca huevos en la herida que causa, que se infecta con
destacar que las únicas palmas grandes y espinosas a
prontitud. Sin embargo, se pueden quitar fácilmente con
lo largo de la ruta de Wendland pertenecen a dicho gé-
un alfiler.
nero, y la más grande de ellas —la única que necesita-
ría ser talada— es Astrocaryum confertum.
16 Sin duda, el muy apetecido bobo ( Joturus pichardi), según el experto Arturo Angulo.
89
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Cuando volvimos al rancho, don Manuel había regresa-tencia “¡Una culebra! ¡Una culebra!”, nos sacó como
do de La Virgen, donde había ido por unos días a hacer
un rayo, y todos nos armamos de inmediato, lo mejor
unas diligencias. Había traído frutos de pomarrosa (man-
que pudimos. Cogí el sable de mi compañero, que era
zana rosa, Jambosa vulgaris o Eugenia jambos) para su lo que más cerca tenía, y me dirigí al campo de batalla.
familia.17 Como nunca había probado esta fruta, supuse
Al aproximarnos los primeros, la culebra huyó hacia un
que su nombre se deriva del color rojizo del fruto. Pero
arbusto que estaba cerca. Tras una prolongada búsqueda,
eso no es así, sino que el nombre alude a su sabor que,
después nos percatamos de que estaba en ese arbusto,
por extraño que parezca, sabe exactamente a como huele
camuflada entre el follaje.19 Al descubrirla, don Manuel
la rosa musgo. Pero prefiero el aroma del musgo que el
subió al arbusto y le dio un golpe fatal. Medía entre tres
sabor de esa fruta.
y cuatro pies de largo, con el lomo verde y el vientre
blanquecino. Minutos más tarde, estaba en una botella
La Virgen era el asentamiento más cercano a Muelle,
con alcohol.
salvo por la existencia de una sola choza en Rancho
Quemado —cerca del actual pueblo de Chilamate—,
Uno de los mayores problemas que uno debe soportar
lugar que desapareció cuando se reorientó parcialmen-
aquí cuando desciende de súbito de una región fría a una
te el camino a Sarapiquí, a fines de 1853 (Hilje, 2019).
cálida, es la aparición de un sarpullido en las extremi-
Actualmente el pueblo más cercano a Muelle es Puerto
dades superiores e inferiores. A mi compañero y a mí
Viejo, cabecera del cantón de Sarapiquí
nos dio picazón muy temprano en el viaje, y nos costaba
mucho esfuerzo evitar rascarnos, aunque digan que ha-
En general, hasta hoy no puedo otorgar a las frutas tro-
cer eso provoque mayor inflamación. Pero… ¡maldita
picales la atención que otros visitantes les dan. En mi
sea, no rascarse cuando pica! Debo decir que a menudo
opinión, nuestras frutas, como una buena pera, un Reine
lo he hecho, con el mayor placer y sin consecuencias ad-
de Claude [una ciruela], un buen melocotón o un Made-
versas.
leine Blanche [una uva], superan por completo a las fru-
tas de aquí. Las únicas que he probado aquí y que tienen
El 19 de mayo fuimos al bosque de nuevo, temprano.
mejor sabor que las nuestras son las naranjas, las piñas
Cortamos una Iriartea, género de palma del cual hay dos
y los plátanos.
especies que, ya como grandes palmeras, pueden distin-
guirse muy fácilmente por su aspecto externo. La gen-
La docena de naranjas se puede comprar por dos “gil-
te aquí conoce muy bien ambas especies y sabe cómo
ders” en San José, pero hacia la costa no valen nada.18
describir sus diferencias a quien lo pregunte. A uno le
En cuanto a la piña, dudo mucho que, aún con todo el
llaman el dulce, y al otro el amargo, porque el primero
cuidado que podamos darle, nunca lograremos el aroma
tiene un corazón dulce, mientras que el otro es amargo
que tiene aquí. En San José los frutos son caros, porque
en todas sus partes. Para mí fue difícil, sobre todo al prin-
se traen desde la costa, aunque son más baratos que en
cipio, distinguir las plantas jóvenes de ambas especies
Europa; por una hermosa piña de unas dos o tres libras,
y a menudo las confundía, pero los lugareños nunca se
uno paga alrededor de dos “gilders”, mientras que en la
equivocan.
costa Pacífica de Guatemala o El Salvador, por el mismo
precio se puede comprar una docena de frutas hermo-
Iriartea deltoidea (Figura 8A) es la única especie de
sas y grandes. Por su parte, el plátano ocupa el pináculo
este género en Costa Rica. La especie es muy común
entre todas las frutas tropicales. Bien maduro y asado al
a lo largo de la ruta que Wendland tomó, al igual que
fuego, con cáscara o hervido, o en rodajas y asado, para
la superficialmente similar Socratea exorrhiza (Figura
mí es el mayor de todos los manjares; tiene un sabor ma-
8B), que Wendland reconoció con claridad como una
ravilloso, incluso si se come crudo.
segunda especie de Iriartea. La especie “dulce” es I.
deltoidea, mientras que la “amarga” es S. exorrhiza.
La súbita algarabía de gallinas y pollos en el patio llamó
La planta que fue “cortada” en este día tendría que ser
la atención de los moradores de los ranchos. La adver-
I. deltoidea.
17 Lo más probable es que fueran frutos de manzana de agua
( Syzygium malaccense), nativa de Malasia.
19 Según el experto Alejandro Solórzano, posiblemente se trataba
de una lora falsa ( Leptophis spp.), de las que hay varias especies 18 El “gilder” o “gulden” equivalía a un centavo de oro.
en el país.
90
Revista Comunicación. Volumen 32, año 44, número 1, enero-junio 2023 (pp. 76-111) Figura 8. Iriartea deltoidea (A) y Socratea exorrhiza (B).
Fuentes: Scott Zona (A) y Daniel Garrigues, https://www.inaturalist.org/observations/85961372 (B).
La que cortamos hoy era delgada. Su tronco medía más
crece en un lugar abierto, donde la silueta de la inflores-
de cien pies de altura, pero tenía un diámetro de ape-
cencia contrasta con el horizonte.
nas nueve a once pulgadas, y no podría ser considerado
como una de las más altas. Sus raíces de apoyo salen del
Apenas terminamos de talar los árboles, el cielo abrió
tronco y pueden medir más de diez pies; son tan duras
todas sus compuertas y no dejó de llover por casi todo
que, al tratar de cortarlas con cuchillos muy filosos, éstos
el día. Con un tiempo así, es realmente agradable rela-
rebotan y les dejan tan solo una leve cicatriz. El tronco
jarse en un sencillo rancho y rodeado por el bosque pri-
también es muy duro en su circunferencia más externa,
migenio, sobre todo cuando se ve que no se puede hacer
donde los haces de los vasos conductores, parecidos al
más en las labores de recolección. Por el contrario, todo
hierro fundido, se encuentran juntos; sin embargo, en el
comienza a podrirse y a volverse mohoso. Usted puede