Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) ENSAYO
Aguas de libertad: los ríos
del norte de Costa Rica en la
Campaña Nacional de 1856-1857
Recibido:
28 de junio, 2023
Aceptado:
13 de noviembre, 2023
Por: Luko Hilje Quirós1, Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), Costa Rica,
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5171-5079
Luko Hilje Quirós. Aguas de libertad: los ríos Resumen
del norte de Costa Rica en la Campaña Nacional de 1856-1857. Revista Comunicación. Año 44, El río San Juan, que junto con el lago de Nicaragua forman un canal interoceánico volumen 32, número 2, junio-diciembre, 2023.
natural casi completo, siempre estuvo en la mira de grandes potencias mundiales, Instituto Tecnológico de Costa Rica. ISSN:
debido a su valor geoestratégico. Por tanto, fue un elemento clave en las preten-0379-3974/e-ISSN1659-3820
siones expansionistas del líder filibustero William Walker quien, con el apoyo de los esclavistas del sur de EE. UU., se proponía conquistar las cinco repúblicas centroamericanas y anexarlas a dicho país. Aunque desde 1856 Walker tenía bajo su dominio tan importante ruta acuática, durante la primera etapa de la Campaña Nacional de 1856-1857 no se le combatió ahí, pues se sabía que invadiría Costa Rica por Guanacaste. No obstante, en la segunda etapa los mayores esfuerzos del ejército costarricense se concentraron en sus aguas, para disputarle los bastiones militares de La Trinidad, el Castillo Viejo y el fuerte de San Carlos. Para ello hubo que incursionar en el río San Juan a través de sus dos mayores afluentes, el San Carlos y el Sarapiquí, lo que representó grandes desafíos, pues los soldados costarricenses no tenían experiencia en combates fluviales, ni tampoco en una región tan desconocida. Para entender lo ocurrido entonces, en este artículo se presenta un análisis —basado en varias fuentes documentales y en visitas a ambos ríos— de los factores políticos, geográficos y humanos que propiciaron que dichos ríos fueran clave para que la región del norte de Costa Rica se convirtiera en un escenario determinante en la defensa de la libertad y la soberanía de los países centroamericanos.
Abstract
Waters for freedom: the rivers of northern Costa Rica in the National Campaign of 1856-1857
PALABRAS CLAVE:
The San Juan River, along with the Lake of Nicaragua, form an almost complete Filibusterismo, río San Carlos, río Sarapiquí, natural interoceanic canal, so that it has always been in the sights of great world William Walker, Máximo Blanco, José
powers, due to its geostrategic importance. Therefore, it was a key element in the Joaquín Mora.
expansionist pretensions of the filibuster leader William Walker who, with the sup-port of the slaveholders of southern United States, attempted to conquer the five KEY WORDS:
Central American republics and annex them to that country. Even though Walker Filibusterism, San Carlos River, Sarapiquí
had kept such an important aquatic route under his control since 1856, he was not River, William Walker, Máximo Blanco, José
Joaquín Mora
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Profesor Emérito. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). Turrialba, Costa Rica. luko@ice.co.cr
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) confronted there during the first stage of the National Campaign of 1856-1857, as it was known that he would invade Costa Rica through Guanacaste. However, for the second stage of the Campaign, the Costa Rican army conducted its greatest efforts in the San Juan River, to dispute the military strongholds of La Trinidad, Castillo Viejo and the fort of San Carlos.
To accomplish this, it was necessary to enter the San Juan River through its two largest tributaries, the San Carlos and the Sarapiquí Rivers. This represented great and dangerous challenges, since Costa Rica’s soldiers had no experience in aquatic combats, nor in such an unknown region. In order to understand what happened then, this article presents an analy-sis —based upon various documentary sources and visits to both rivers— of the political, geographical and human factors that led to these rivers being key to the northern region of Costa Rica to become a determining scenario in the defense of freedom and sovereignty of the Central American countries.
INTRODUCCIÓN
de 1849, Costa Rica era un país pujante, con una notable bonanza económica, gracias sobre todo a la exportación Existe abundante información acerca de la Campaña de café, que se había incrementado de manera ininte-Nacional de 1856-1857 contra el ejército filibustero lide-rrumpida desde unos 20 años antes (Molina, 2007). De rado por William Walker, la mayoría de la cual aparece manera más o menos coincidente, en enero de 1848, en en varios libros bastante comprensivos (Obregón, 1991; el río Americano, en la actual Coloma, California, los Montúfar, 2000; Arias, 2007b; Rodríguez, 2010). Sin empleados del inmigrante suizo John Sutter hallaron una embargo, subsisten numerosos aspectos por esclarecer, pepita de oro y, difundida la noticia poco a poco por EE.
lo cual ha generado un constante flujo de información UU., se inició un incesante flujo de personas desde la en los últimos años, especialmente desde la conmemora-costa oriental de dicho país hacia California, en lo que se ción del sesquicentenario de dicha epopeya. Asimismo, denominó la “fiebre del oro” (Rawls y Orsi, 1999).
en varias comunidades del país ha surgido un renova-do interés por conocer en detalle la manera en que su No obstante, el viaje en caravanas por tierra era muy geografía y sus pobladores incidieron en tan importante complicado y riesgoso, no solo por la distancia entre gesta patriótica.
costa y costa —casi 4700 km entre Nueva York y San Francisco, por las rutas actuales—, sino que también por En tal sentido, ante la ausencia de un texto que, de malos indígenas residentes en algunos puntos de la travesía nera sintética, abarque la participación unificada de que, al sentirse amenazados, reaccionaban con violencia los actuales cantones de Sarapiquí y San Carlos en la ante las caravanas de aventureros. Por tanto, en tan críti-Campaña Nacional, el objetivo del presente artículo es ca coyuntura, emergió la posibilidad de recurrir a una vía aportar un análisis de las razones y circunstancias po-acuática natural, como lo eran el cauce del río San Juan y líticas, geográficas y humanas que hicieron posible que su conexión con el lago de Nicaragua.
los dos principales ríos de la región del norte de Costa Rica fueran determinantes en la defensa de la libertad y Fue entonces cuando, atento a lo que acontecía, el mag-la soberanía del país. Para ello nos hemos apoyado en las nate ferroviario y naviero neoyorquino Cornelius Van-obras clásicas de Obregón (1991) y Montúfar (2000), en derbilt fundó la Compañía Accesoria del Tránsito, para las cuales se basa casi todo lo consignado en el presente movilizar gente por la llamada “vía del Tránsito” (Obre-artículo —salvo cuando se inserten otras referencias—, gón, 2001). Llegados los aventureros al puerto caribeño complementadas con algunos hallazgos propios en fuen-de San Juan del Norte (Greytown) en grandes buques, tes documentales poco o nada conocidas, al igual que en ahí se embarcaban en pequeños vapores para transitar observaciones in situ del autor durante varias visitas a los por la citada ruta hasta el puerto lacustre de La Virgen, ríos Sarapiquí y San Carlos.
desde donde, ya fuera a caballo o en diligencia, podían atravesar la porción terrestre del istmo y llegar al puerto EL CONTEXTO GEOPOLÍTICO DE LA ÉPOCA
de San Juan del Sur, donde abordaban un barco para enrumbarse a California.
A mediados del siglo XIX, seis años después del ascenso al poder del presidente Juan Rafael Mora Porras —co-En cuanto al importante puerto de San Juan del Norte, nocido como don Juanito por su pueblo— en diciembre ese punto geográfico estuvo poblado en sus orígenes por 60
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) los indios mosquitos, misquitos o miskitos (Conzemius, vil (Bolaños, 2003). Esto tendría consecuencias para to-1984); a ellos se sumaron después los zambos, resultan-dos los países de la región, de manera directa o indirecta.
tes del mestizaje entre dicha etnia y unos 200 pobladores negros que en el siglo XVII naufragaron frente a la costa Es oportuno un paréntesis aquí, para relatar que, desde del Caribe nicaragüense y se establecieron ahí.
la independencia de EE. UU., en 1776, el Partido De-mócrata —por entonces representante de los estados del En realidad, por su ubicación geoestratégica, el mencio-sur, donde prevalecía la esclavitud, asociada con la nece-nado puerto era la porción más visible del inmenso reino sidad de mano de obra para atender grandes plantaciones selvático de la Mosquitia, pletórico en riquezas natura-de algodón y tabaco— había ostentado la presidencia de les, y particularmente en maderas tropicales, muy coti-la República y la mayoría del senado (Arias, 2007a).
zadas y apetecidas por los ingleses (Obregón, 2001). Tal No obstante, el novel Partido Republicano —cuya base fue el interés de ellos por estos territorios, que en 1845
social eran pequeños propietarios del norte, dedicados el rey miskito permitió que la Gran Bretaña declarara la al comercio y la industria— había ido creciendo con tal Mosquitia como un protectorado de esta nación.
fuerza, que amenazaba con ganar las elecciones de 1860; de hecho, años después, entre 1861 y 1865, este conflicto Aún más, en octubre de 1847 las autoridades miskitas provocaría la Guerra de Secesión, cuando los sureños, comunicaron al gobierno nicaragüense que, por estar aglutinados en el amplio territorio de los Estados Con-dentro de su territorio, tomarían San Juan del Norte, de federados de América, intentaron separarse de EE. UU.
gran auge comercial entonces (Obregón, 2001). Por su-Como parte de esa pugna política, entre más estados es-puesto que esta actitud molestó mucho a dicho gobierno, tuvieran bajo el dominio de un partido, así aumentaban que decidió enviar una tropa de 500 hombres, al mando los respectivos números de representantes en el senado.
del general José Trinidad Muñoz Fernández, para recuperar el puerto. Como una curiosidad, antes de despla-Ahora bien, en cuanto a lo que significaba Centroamé-zarse hacia San Juan del Norte, él acampó con su bata-rica para EE. UU., desde varios años antes ellos estaban llón en la confluencia de los ríos San Juan y Sarapiquí, y en abierta competencia con potencias como Inglaterra y es por eso que, desde entonces, se denomina La Trinidad Francia, con miras a construir un canal interoceánico en a ese paraje ribereño.
Nicaragua —cuyo territorio poseía condiciones naturales ideales al respecto—, el cual daría un gran impul-Muñoz pudo apoderarse de San Juan del Norte, donde so al comercio. Además, varios prominentes políticos reinstaló a las autoridades locales. Al retornar, dejó una e ideólogos esclavistas, como el senador Pierre Soulé, tropa en La Trinidad, por cualquier eventualidad, pero el secretario de Guerra Jefferson Davis —quien entre apenas un mes después los ingleses no solo retomaron 1861 y 1865 fungiría como presidente de los Estados el puerto, sino que también navegaron aguas arriba y de-Confederados de América—, y los futuros presidentes rrotaron a su tropa en La Trinidad, así como en el Cas-Franklin Pierce y James Buchanan, habían venido fra-tillo Viejo y el fuerte de San Carlos (Obregón, 1991).
guando un proyecto geopolítico denominado Federación Al final, Nicaragua tuvo que ceder San Juan del Norte a Caribe, que pretendía apoderarse de toda la cuenca del las autoridades miskitas, que incluso lo bautizarían con Caribe, incluida Centroamérica (Arias, 2007a). No obs-el nombre Greytown, en honor de Sir Charles Edward tante, conocedora de sus intenciones, Inglaterra se había Grey, gobernador de Jamaica.
opuesto de manera férrea, lo que en 1850 obligó a EE.
Para retornar a la “fiebre del oro”, se prolongó unos siete UU. a suscribir el Tratado Clayton-Bulwer, que impedía años, hasta 1855, año en que ocurriría algo ominoso para a ambos países obtener provecho militar o estratégico de los países centroamericanos. Para entonces en Nicara-la región centroamericana.
gua se había alcanzado el clímax de la confrontación his-En tal sentido, la confrontación existente en Nicaragua tórica entre los conservadores y los liberales, al punto de fue una oportunidad providencial, que EE. UU. no debía que existían dos presidentes, uno de cada bando, lo cual desaprovechar para sus fines, aunque, obviamente, debía había provocado una incesante e interminable guerra ci-hacerlo de manera subrepticia.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) En ello fue clave el embajador John H. Wheeler, quien, a ingeniárselas para disfrazar el contrato por un convenio atento a los acontecimientos internos, visualizó que ha-de colonización de tierras por parte de agricultores es-bía que poner fin al impase mediante el apoyo militar tadounidenses, y así librarse de eventuales acusaciones a uno de los bandos contendientes y así garantizarse la por transgredir el Tratado Clayton-Bulwer. Fue así como construcción del canal interoceánico (Arias, 2007a). Por fundó la empresa Nicaragua Colonization Company, y tanto, contactó a William L. Marcy, secretario de Esta-pronto empezó a vender acciones de ésta, respaldadas do, a la vez que, junto con Charles Doubleday y Byron por 21.000 hectáreas de terrenos ofrecidos por Castellón Cole —compatriotas suyos que vivieron por un tiempo a Cole.
en Nicaragua, donde se hicieron amigos de los líderes liberales Máximo Jerez y Francisco Castellón—, conci-Después de incontables ardides para burlar la ley, pro-bió un plan para ayudar a este bando. Éste consistía en tegido por la oscuridad, en la madrugada del 4 de mayo el arribo de fuerzas militares no oficiales para pacificar de 1855 Walker partía junto con 57 filibusteros en el ber-Nicaragua, consolidar el proyecto del canal, y persuadir gantín Vesta. Tras casi mes y medio, el 16 de junio desa los gobernantes de los países centroamericanos para embarcaban en El Realejo, Nicaragua. Desde su llegada, integrarse a EE. UU. bajo la tutela de los estados sureños Walker impuso condiciones para mantener su batallón (Arias, 2007a); con esto último, además, los esclavistas como un cuerpo diferenciado dentro del ejército liberal tendrían más representantes en el senado.
y bajo su mando y, de manera astuta, supo acrecentar su poder paulatinamente, hasta convertirse en jefe de dicho Quizás el principal obstáculo que enfrentaba tan am-ejército, e incluso en presidente de Nicaragua en 1856.
bicioso plan era el gobierno costarricense. Esto era así En realidad, en la mente de Walker, alcanzar la presiden-porque éste había cultivado una relación comercial muy cia de dicho país no era un fin en sí mismo, sino el pues-favorable con Inglaterra, gracias a la exportación de café to jerárquico ideal para acometer el ambicioso proyecto a lo largo de dos decenios y a la importación de mercade-geopolítico concebido por los ya citados Soulé, Davis, rías desde dicho país, por lo que no se iba a prestar para Pierce y Buchanan.
favorecer a su mayor rival, los EE. UU. (Arias, 2007a), además de que Costa Rica tenía derechos sobre la ribe-Sin embargo, enterado de las intenciones de Walker y ra derecha del muy codiciado río San Juan (Obregón, sus socios, don Juanito Mora le declaró la guerra, lo que 2001).
dio origen a la llamada Campaña Nacional, que se extendería por poco más de un año, del 1° de marzo de 1856 al Es en este escenario geopolítico que emerge la figura del 1° de mayo de 1857 (Obregón, 1991).
abogado, médico y periodista estadounidense William Walker. Asentado en San Francisco de California, era el LAS CONDICIONES GEOGRÁFICAS Y
personaje idóneo para acometer el proyecto esclavista, HUMANAS DEL NORTE DE COSTA RICA
pues había encabezado tentativas colonialistas en Méxi-co (May, 2011).
A mediados del siglo XIX, el territorio de Costa Rica estaba poblado por 100.174 personas, concentradas en las Mientras ejercía el periodismo de aquella ciudad, en cuatro provincias (San José, Cartago, Heredia y Alajue-1854 había trenzado amistad con el ya citado Byron la) cuyas cabeceras se localizan en el Valle Central (Mo-Cole, gracias a que también laboró como periodista ahí.
lina, 2007); como actividades económicas, ahí predomi-No obstante, Cole además era accionista de la empre-naban la producción de café, tabaco y caña de azúcar.
sa minera Honduras Mining & Trading Company, por Esto significa que, aparte de varias haciendas ganaderas lo que, por razones de negocios, visitaba Honduras y en el departamento de Guanacaste o Moracia, algunas Nicaragua (Wells, 1978). En uno de sus viajes pudo de casi 20.000 ha (Sequeira, 1985), la mayor parte del conversar en León con Francisco Castellón Sanabria territorio nacional permanecía inculto, con una densa co-
—presidente liberal depuesto—, y le ofreció reclutar bertura de bosques prístinos.
200 mercenarios en California, a cambio de importantes prebendas para éstos (Bolaños, 2003). De regreso a EE.
En efecto, hacia el norte, y detrás de la muy alta Cordi-UU., Cole le ofreció el contrato a Walker, quien empezó llera Volcánica Central, en la que sobresalen las bellas 62
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) cumbres de los volcanes Poás, Barva e Irazú, la topogra-recurso natural perteneciente a Costa Rica, como lo era fía de sus abruptas estribaciones —cuna de varios ríos el árbol de hule o goma elástica ( Castilla elastica); éste importantes— se modera poco a poco, hasta dar lugar produce una savia o látex de inferior calidad a la del hule a una extensa región de planicies. A este aspecto pro-o caucho ( Hevea brasiliensis), de origen suramericano, piamente geomorfológico, se suma la fuerte influencia pero era muy útil para impermeabilizar telas, sandalias y del clima típico del Caribe, para dar origen a una vasta otros objetos (León y Poveda, 2000).
zona donde —en contraste con la vertiente Pacífica del país—, las lluvias son muy intensas durante casi todo el Thiel consigna que de esos árboles, “de cuya goma ha-año, sin una estación seca prolongada, predecible y bien cían su luz y de cuya corteza sus vestidos” los guatusos, definida. Todo esto redunda en la existencia de bosques tal era la devastación causada por sus explotadores, que muy densos y siempreverdes, así como en la omnipre-para entonces casi no los había “en las orillas del San sencia de cursos de agua (yurros, arroyos, riachuelos y Juan y sus afluentes inmediatos”, por lo que “los huleros ríos). Al fin de cuentas, y gracias a los cauces de nume-nicaragüenses se internaron en el territorio de los gua-rosos afluentes, todo ese volumen de agua drena hacia el tusos, atraídos por la abundancia de árboles de hule que majestuoso río San Juan que, nacido en el lago de Co-allí se encontraban, ya en la montaña, ya en los grandes cibolca o Nicaragua, vierte sus aguas en el mar Caribe.
platanares de los indios” (Herrera, 2009). A esta situación se volverá en páginas posteriores. En todo caso, Denominada con acierto terra incognita en 1862 por el llama la atención que los árboles escasearan, puesto que médico y naturalista alemán Alexander von Frantzius, para “sangrar” o extraer el látex basta con hacer incisio-desde tiempos inmemoriales la región septentrional de nes parciales en la corteza, sin tener que cortar el árbol; Costa Rica —donde se asientan en la actualidad los can-no obstante, quizás a veces se hacían ranuras en todo el tones de Upala, Los Chiles, Guatuso, San Carlos, Río perímetro del árbol, y de manera poco cuidadosa, lo cual Cuarto y Sarapiquí— estuvo poblada por los indios bo-afectaba el sistema vascular y, por consiguiente, se cau-tos (von Frantzius, 1862), ancestros de los guatusos o saba la muerte del árbol.
malekus que hasta hoy habitan una parte de esos territorios.
Ahora bien, se conocía tan poco de esa macro-región que, aunque se sospechaba que sus ríos más caudalosos No obstante, a mediados del siglo XIX permanecía des-
—el Sarapiquí y el San Carlos— vertían sus aguas en el conocida para el hombre blanco o caucásico, incluidos San Juan, lo cual podría permitir desplazarse hacia Ni-sus pobladores primigenios, de quienes se decía que eran caragua con fines comerciales, no había plena certeza al una tribu hostil, de tan solo 500 o 600 individuos (von respecto. Eso justificó que, para estimular la exploración Frantzius, 1862). Asimismo, dicho autor discute eviden-de esa región con el fin de abrir rutas que facilitaran las cias de que algunos eran rubios, e indica que fue esto lo exportaciones del país, el gobierno emprendiera varias que justificó que se les llamara “guatusos”, en alusión a acciones e iniciativas, las cuales fueron compiladas por la guatusa ( Dasyprocta punctata), roedor de pelaje algo von Frantzius (1862). Fue así como, el 20 de agosto de anaranjado. Esta creencia fue rebatida por el historiador 1821, pocas semanas antes de la independencia de Costa León Fernández Bonilla, quien en 1882 hizo una visita Rica, el intrépido Joaquín Mora, hermano de Juan Mora allá, para acompañar al obispo Bernardo Augusto Thiel Fernández —nuestro primer jefe de Estado—, así como en una jornada de evangelización. Él los describió como comerciante y exportador de zarzaparrilla ( Smilax spp.)
“robustos, ágiles, bien formados y de buen carácter. Son alcanzó la desembocadura del Sarapiquí, e incluso pudo indios puros y no blancos, como se ha dicho, aunque en navegar por el San Juan y el lago de Nicaragua, hasta algunos casos se notaba una traza de sangre blanca o ne-Granada.
gra” (Fernández, 1884).
Es oportuna aquí una digresión para indicar que, a lo lar-Por su parte, Thiel abundó en información etnográfica de go de la historia, la única vía para llegar por mar a Costa estos aborígenes (Herrera, 2009). Además, da gran espa-Rica desde Europa o de la costa oriental de EE. UU. era cio a las vejaciones sufridas por los guatusos de parte de por Puntarenas, en el océano Pacífico, para lo cual los los huleros que, provenientes de Nicaragua, extraían un barcos debían bajar hasta Cabo de Hornos (León, 2021).
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Sin embargo, también existía la posibilidad de fondear tiempo y los costos de los fletes —con miras a expor-en el puerto caribeño de San Juan del Norte (Figura 1), y tar el café por ahí— eran inmensos; al respecto, Wagner navegar por el río San Juan hasta Muelle, aunque no ha-y Scherzer (1974) consignan que un buen navío podía bía camino hacia el Valle Central del país, sino tan solo demorar unos cinco meses entre Europa y Puntarenas, una densa selva, realmente intransitable y colmada de mientras que la travesía entre Europa y San Juan del peligros. En tal sentido, resultaba ideal abrir un cami-Norte era de unos 40 días.
no entre San José y el río Sarapiquí, pues el ahorro de Figura 1. Botes, vapores y veleros en la rada de San Juan del Norte, en 1855.
TENTATIVAS DE COLONIZACIÓN
para abrir el camino y, al año siguiente, a mediados de DE LA REGIÓN NORTEÑA
abril de 1828, comunicaban al gobierno que habían En su oportuna compilación, von Frantzius (1862) concluido la apertura de una trocha hasta el río Sarapiquí, refiere en detalle cómo, desde 1825, el gobernante Juan apta para el tránsito de “bestias de carga y de silla”. Fue Mora Fernández se empeñó en abrir un camino hasta el inaugurado con una recua de 18 mulas cargadas con río San Juan, para propiciar el comercio internacional.
tabaco chircagre, el cual fue transportado hasta Muelle, Para ello ofreció varias recompensas a quienes y de ahí llevado en botes hasta Nicaragua.
emprendieran exploraciones por la región norteña, entre Tan excepcional acontecimiento justificó que, tres quienes sobresalió el alajuelense Miguel Alfaro. Con semanas después, el gobernante Mora Fernández varios expedicionarios realizó sendas tentativas en 1826
destinara un mes completo para ir a inspeccionar la y 1827, de las cuales resultó el bautizo de los primeros vereda recién abierta. En su recorrido, con gran claridad topónimos de la zona: río Paz, Isla Bonita, Cariblanco, captó lo oneroso que resultaría construir el camino Buena Vista, Cerro del Congo, San Miguel —diferente deseado, por lo que eligió una opción más inteligente: del actual—, Sardinal y Toro Amarillo. Pero, más otorgar tierras a los colonos que quisieran criar ganado importante aún, pudieron navegar hasta San Juan del y sembrar cacao, “en la región que se extiende desde Norte, que era el anhelo del gobierno.
Fraijanes e Isla Bonita hasta el río San Juan”. Es decir, Meses después, junto con Francisco Javier Alfaro, Juan además de crear riqueza para algunas personas y para el Alfaro y José Ángel Soto, logró conformar una sociedad 64
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) país, el uso del camino por parte de los colonos permitiría desde años previos como presidente y secretario de la mantenerlo abierto.
Sociedad Económica Itineraria, respectivamente, a cargo del Camino Nacional.
No obstante, la oferta no resultó atractiva, pues para entonces era muy barato conseguir terrenos estatales en Fue en diciembre de 1851 que la Sociedad firmó un zonas menos remotas. El único que se estableció, pero contrato con el ingeniero alemán Ludwig von Chamier por otras razones, fue el francés Alfonso Dumartray, von Schwieder —residente en el país desde ese mismo quien sembró caña de azúcar, a la vez que vendía dulce año— para construir un camino apto para carretas.
y aguardiente en San Juan del Norte, pero ya para 1838
Aunque contó con un jugoso capital inicial, de unos estaba abandonada su hacienda. Desde 1836 la vereda 80.000 pesos, von Frantzius (1862) argumenta que los se mantuvo tan solo como la ruta para el intercambio de fondos se administraron mal, pues se dedicó más dinero correspondencia con Europa, mediante el envío de un a salarios de algunos funcionarios que a la obra física cartero una vez cada dos meses (von Frantzius, 1862); propiamente dicha. Aunque a fines de agosto de 1853
empero, no debe haber resultado sencillo para el posta Aguilar y el secretario José Ignacio Larrea informaban desplazarse por ahí, en una zona donde la exuberante a Joaquín Bernardo Calvo Rosales —ministro de vegetación invade rápidamente cualquier picada abierta Relaciones y Gobernación— que se había completado entre la selva.
el camino de mulas hasta Muelle, en realidad faltaba mucho para culminar la obra.2 Según von Frantzius Acota von Frantzius (1862) que fue en el gobierno de (1862), el proyecto se descontinuó en 1853, y el camino Manuel Aguilar Chacón (1837-1838) que se retomó para carretas llegó únicamente hasta el Paso de El el proyecto del camino, pero que los esfuerzos de este Desengaño. Por su parte, la Sociedad se disolvió en mandatario abortaron, debido a las turbulencias políticas 1855.
asociadas con su derrocamiento por Braulio Carrillo Colina (1838-1842) y de éste por el general hondureño Al fin de cuentas, a mediados del siglo XIX se contaba con Francisco Morazán Quesada (1842).
una ruta de unos 100 km entre la capital y el embarcadero rústico de Muelle. Para hacer este recorrido, se partía del Con el ascenso al poder de don Juanito Mora, y durante casco capitalino y se atravesaba el sector de La Uruca el decenio en que gobernó el país, se impulsó de manera
—nombre de una hacienda cafetalera perteneciente a firme y decidida la apertura de buenos caminos hacia Narciso Esquivel Salazar—, para después cruzar un regiones clave, así como el mantenimiento del Camino bello puente de arco sobre el río Virilla y ascender hasta Nacional —que conectaba San José con Puntarenas—, un paraje donde había una bifurcación, donde hoy está vital para el comercio del país. Para concretar estas el cementerio Jardines del Recuerdo. El ramal de la iniciativas, se recurrió a entidades público-privadas, derecha conducía hacia Sarapiquí, a través de Heredia y es decir, de accionistas privados, pero con objetivos Barva, en tanto que hacia la izquierda corría el Camino de interés nacional, para lo cual el gobierno confería Nacional, hasta Puntarenas. Después de vadear la importantes prerrogativas (terrenos, impuestos, peajes, Cordillera Volcánica Central en el Paso de El Desengaño etc.).
y alcanzar Vara Blanca, durante la mayor parte de su En tal sentido, aunque desde 1846 se había fundado trayectoria el camino seguía el contorno del río Sarapiquí la Compañía de Sarapiquí, en realidad no entró en por su ribera izquierda, donde emergieron los caseríos de operación sino hasta el 27 de octubre de 1851, en Cariblanco, San Miguel, Rancho Quemado y La Virgen, el gobierno de don Juanito (von Frantzius, 1862).
para rematar en Muelle (Figura 2).
Estaba encabezada por el comerciante y cafetalero alemán Eduardo Wallerstein y el político guatemalteco Felipe Molina Bedoya, y después por el empresario y político Vicente Aguilar Cubero, quien fungió como su presidente. Conviene destacar que Wallerstein y Molina tenían experiencia en el ramo, pues habían fungido 2
Boletín Oficial, 24-XI-1853, No. 2, p. 6.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Figura 2. Ruta terrestre de Sarapiquí, a mediados del siglo XIX.
Es pertinente aquí un paréntesis, para aclarar que por en-ladado después más abajo en la ribera izquierda, don-tonces no existían los actuales pueblos de Puerto Viejo de se encuentra todavía”, es decir. Esto sugiere que, al y Chilamate.
crearse Muelle como un nuevo puerto —por iniciativa de dos comerciantes, como se verá pronto—, al punto de En el primer caso, von Frantzius (1862) indicaba que, la antigua garita se le denominó Puerto Viejo, y quedó puesto que en una época había contrabandistas alajue-abandonado. No obstante, en aquella época era suma-lenses que introducían al país tabaco y pólvora, en 1847
mente difícil navegar hasta Puerto Viejo pues, en las cer-el gobierno estableció un puesto del resguardo fiscal “en canías de la hacienda Pedregal —poco después de Mue-el punto que se llama hoy Puerto Viejo, que ha sido tras-lle— había inmensas rocas en el cauce, que impedían el 66
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) avance de las embarcaciones (Hilje, 2013). Sin embargo, norteña, pero abortó, ante lo cual en 1853 el gobierno debido al aumento histórico del nivel del río, esas rocas envió una comisión para evaluar la posibilidad de abrir quedaron sumergidas, lo cual permitió que Puerto Viejo el anhelado camino (von Frantzius, 1862). Al respecto, al se desarrollara poco a poco, hasta convertirse en la actual fracasar la colonia alemana en Angostura, la Compañía y pujante cabecera del cantón.3
de San Carlos contrató a von Bülow en 1854 para que realizara un estudio exploratorio del rústico camino En el caso de Chilamate, está algo cerca de donde en existente, así como del río San Carlos, que podría resultar aquella época se localizaba Rancho Quemado, que no clave para el comercio con Nicaragua. Él elaboró un era más que una rústica choza para quienes transitaban detallado informe (von Bülow, 1854), acompañado de por ahí (Hilje, 2019).
un detallado croquis, en el que no se menciona un solo Ahora bien, el principal proyecto de colonización del caserío, lo cual revela cuán despoblada estaba esa zona gobierno morista era la apertura de un camino para entonces. Eso sí, consigna la ubicación de varios cursos carretas hacia el litoral Caribe, que culminara en Moín de agua. A partir del río La Vieja —límite parcial entre o Limón, plan que inicialmente fue pactado con la los cantones de Zarcero y San Carlos—, aparecen los Sociedad Itineraria del Norte, fundada el 28 de junio de ríos Cristóbal, Luis, Los Mancos, Ronrón, Tepezcuintle, 1850; con ello se poblarían los terrenos a lo largo de la Peje, Sud, Platanar y San Carlos; el río llamado Sud ruta, dado que se entregarían predios a colonos en uno de en realidad era un brazo del río Platanar, conocido hoy sus flancos, mientras que los del otro lado se venderían, como quebrada Máquina, que tiene una longitud de unos para convertirlos en fincas agropecuarias. Sin embargo, 7 km.4
se amplió después, gracias a una ambiciosa alianza con Cabe hacer una digresión para —en retrospectiva—
la Sociedad Berlinesa de Colonización para Centro destacar que fue el ramonense Francisco Martínez quien América, para erigir una colonia alemana en Angostura, en 1850, junto con un pequeño grupo financiado por Turrialba, cuyo líder y representante en el país era el el español Ramón Toledo, descubrió el río San Carlos ingeniero Alexander von Bülow. Lamentablemente, el en las llanuras del norte, e incluso lo pudieron navegar proyecto abortó debido a varios factores, analizados en hasta su desembocadura en el San Juan. Enterado de este detalle en Hilje (2020), pero que podrían resumirse en hecho, ese mismo año recorrió la zona y se estableció que se subestimó la complejidad geográfica de la región allí el joven Victoriano Fernández Carrillo, oriundo de del Caribe, así como los costos implicados en desarrollar la capital, y fueron justamente estos acontecimientos ese proyecto. Cabe indicar que dicha iniciativa no tiene los que propiciaron que ese año se fundara la ya citada relación directa con los fines del presente artículo, compañía (von Frantzius, 1862). Es oportuno indicar aunque sí indirecta.
que en el croquis trazado por von Bülow se señalan dos Antes de continuar, es importante destacar que, años atracaderos, alusivos a estos personajes, tan importantes antes, von Bülow había estudiado en detalle la cuenca en la historia de la zona: el de Victoriano, poco después del río San Juan, al punto de que incluso había trazado de la confluencia de los ríos Platanar y San Carlos, y el un minucioso mapa, con todos sus afluentes (Molina, de Martínez, donde el río San Rafael desemboca en el 2007); apareció en su obra La importancia de Nicaragua San Carlos.
para la colonización (1849), publicada en Berlín. No Un hecho a destacar en relación con el informe de von obstante, dudamos que von Bülow hubiera recorrido Bülow es que, en congruencia con las expectativas del toda la cuenca, de modo que debe haberse basado en gobierno acerca del potencial que representaba el río San consultas con viajeros y conocedores del río, más las Carlos como vía para la exportación de bienes agrícolas pocas referencias bibliográficas por entonces existentes.
hacia Nicaragua, él aseveró que “el comercio con varios En efecto, en 1850 se había fundado la Compañía de San productos del país, como arroz, frijoles, dulce, etc., se Carlos, con el fin de abrir un camino hacia esta región extendería mucho, siendo estos frutos muy apreciados y bien pagados en todo el San Juan”. Sin embargo, según 3
Información suministrada por el botero y empresario turístico Rafael Orozco.
4
Información aportada por el topógrafo Juan Manuel Castro.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) von Frantzius (1862), la Compañía de San Carlos no un auténtico delincuente debido a que, después de recibir pudo hacer mucho en cuanto a la colonización de la zona, por adelantado los salarios para cuatro meses de sus sobre todo debido a su limitado capital; hubo apenas una subalternos, les robó el dinero y, cuando se le capturó, hacienda cacaotera, establecida en 1855. Dicho autor pudo escapar, viajar a Nicaragua, y sumarse a las filas señala que, al final, lo único que el gobierno acogió fue de Walker, en cuyo ejército ocupó un alto cargo (Hilje, la idea de von Bülow de instalar una guarnición militar 2009).
en la boca del San Carlos, pero duró pocos meses.
En cuanto al citado islote, denominado isla San Carlos Para justificar su recomendación, von Bülow especificaba por von Bülow, en realidad correspondía a la isla que en la propia boca del río había un islote de “unas Providencia o Petrona (Figura 3A). Por cierto, se cuenta cuatro y media manzanas de tierra buena y fértil”, con la con una imagen de ese punto geográfico, trazada en ventaja de que desde esa ínsula se “domina tanto la Boca aquella época (Figura 3B), aunque un poco confusa, del San Carlos cuanto la navegación del San Juan”, algo debido a algunas licencias artísticas del dibujante, en muy importante, pues en esa época estaba en su apogeo particular en relación con la localización y la fisonomía la “fiebre del oro”. Tan convincente fue, que pronto se del cerro San Carlos; esas discordancias aparecen nombró comandante de esa guarnición a su compatriota discutidas en Hilje (2014), aunque no hay duda de que el Bruno von Natzmer. Sin embargo, éste se convertiría en islote es el que está en el centro y al fondo de la imagen.
A
B
Figura 3. Boca del río San Carlos (a la derecha), con el islote Providencia hacia el centro (A), así como la confluencia de los ríos San Carlos y San Juan (B).
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Asimismo, de ese bello paraje fluvial hay de una bella la breve batalla en el estero de Sardinal, a la vera del río imagen lírica, proveniente de la mano del periodista y Sarapiquí, el 10 de abril —a la cual se aludirá pronto—, diplomático Ephraim George Squier —encargado de y la también corta batalla naval ocurrida el 23 de no-asuntos estadounidenses para Centroamérica durante la viembre en la bahía de San Juan del Sur, en el Pacífico administración de Zachary Taylor—, cuando recorrió en de Nicaragua.
bote el río San Juan, en 1849. En efecto, al arribar a ese punto expresaría que “al día siguiente llegamos al lugar No obstante, era evidente que, tarde o temprano, habría en donde las márgenes son las más altas de todo el tra-que enfrentarse a Walker y sus huestes en espacios flu-yecto recorrido, y donde el panorama es, de ser posible, viales y lacustres, pues él tenía bajo su dominio el río más bello todavía. Jamás me cansé de admirar las masas San Juan, así como del lago de Nicaragua. Esto fue así, de tupido follaje que literalmente entoldan el río, y que, por cuanto en febrero de 1856 había despojado a Vander-a la luz oblicua del sol, producen el mágico efecto de bilt de su compañía, y disponía de sus vapores como un las sombras en el agua en que se recrea el pincel de los excelente recurso para sus fines bélicos, pues con ellos pintores”.
podía trasegar soldados, armas y alimentos para aprovisionar sus tropas en su cuartel; éste se localizaba en Para finalizar esta sección, es pertinente indicar que en Granada, a orillas del lago de Nicaragua.
las publicaciones de González (1976), Girot (1989) y León (2021) hay abundante información acerca de los Ahora bien, a primera vista pareciera lógico pensar que, intentos por colonizar y desarrollar la zona norte del de manera previsora y preventiva, a Walker había que país, así como de Sarapiquí en particular, incluido el si-atacarlo en San Juan del Norte, pues era de donde reci-glo XX.
bía ayuda continua desde la costa oriental de EE. UU.
Sin embargo, el estatus político de dicho puerto era muy complejo, por varias razones de carácter internacional, LOS RÍOS DEL NORTE EN LA
CAMPAÑA NACIONAL
lo que impedía cualquier intervención unilateral de parte de Costa Rica. De hecho, tan fuerte era la autoridad de Es pertinente indicar que, a pesar de la abundancia de Inglaterra, que en 1845 había declarado el reino de la cursos de agua en la región septentrional de Costa Rica, Mosquitia como su protectorado (Obregón, 2001), del no están ahí los ríos más extensos del país, que son el cual San Juan del Norte era apenas una pequeña porción, Grande de Térraba, el Sixaola, el Reventazón y el Tem-aunque sumamente importante, por su ubicación geoes-pisque, con 160, 146, 145 y 138 km de longitud, respec-tratégica.
tivamente. Localizados al sur del país los dos primeros, el tercero vierte sus aguas en el mar Caribe y el último lo En realidad, gracias a la presencia inglesa, de manera hace en el océano Pacífico, lo cual los privó de ser rutas paulatina San Juan del Norte se convirtió en una prós-importantes durante la Campaña Nacional. Por su par-pera ciudad, con construcciones típicas de las colonias te, el Tempisque lo fue de manera marginal pues —por británicas en el Caribe (Figura 4). Aunque habitada de apenas un corto trecho— sus aguas permitieron que una manera mayoritaria por la población nativa, era bastante parte de las tropas que en marzo de 1856 se dirigían a abigarrada y cosmopolita, además de que se contaba con Liberia, en Guanacaste, navegaran de Puntarenas a los consulados y aduanas de varios países europeos (Ingla-puertos fluviales de sus dos mayores afluentes, el Bolsón terra, Francia, Prusia y España) y de EE. UU. Eso sí, la y el Bebedero.
ya citada Compañía Accesoria del Tránsito, con el apoyo de EE. UU., ejercía ahí un poder omnímodo, e incluso En realidad, la primera etapa de la Campaña Nacional, bastante arbitrario, como lo documenta en detalle Obre-que se extendió de marzo a abril de 1856, se libró en la gón (2001). Según esta autora, ello obedecía a que —en hacienda ganadera Santa Rosa, en Guanacaste, así como alianza con otros países—, Inglaterra estaba enfrascada en varias localidades de Nicaragua, de las cuales la más y concentrada en la guerra de Crimea (1853-1856), con-importante fue la ciudad de Rivas. Es decir, tuvieron lu-tra el Imperio Ruso y el Reino de Grecia.
gar en tierra firme, lejos de cuerpos de agua importantes, como ríos, lagos y mares; las únicas excepciones fueron 69
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Figura 4. Aspecto de una calle de San Juan del Norte, en la que se observa el edificio del consulado británico, al lado de un lujoso hotel.
Para retornar a la guerra que se avizoraba, nuestros al-lugareño Francisco Martínez, quien conocía como pocos tos mandos políticos y militares tenían muy claro que la zona norte del país, además de que era muy hábil para Walker invadiría el país por la frontera norte, y había que construir botes y canoas.
ir a enfrentarlo ahí. Arias (2007b) argumenta que el plan de Walker era posesionarse de Liberia, su cabecera, para Después de reunirse largamente con él, le encomendó reclamar el departamento de Guanacaste como propie-la delicada misión de liderar un batallón que se dirigiría dad de Nicaragua y, hecho esto, declarar la vía del Trán-hacia la remota zona de Sarapiquí, pero a través de San sito y las instalaciones de la Compañía Accesoria como Carlos. Don Juanito confirió a Martínez el grado de ca-sujetos de protección por el gobierno de EE. UU., por pitán y nombró como subalterno al capitán Florentino ser elementos estratégicos para la construcción del muy Zeledón Mora —quien había fungido como secretario anhelado canal interoceánico.
de la Compañía de San Carlos—, a la vez que les asignó un contingente de soldados, un cañón, otros armamentos Esto explica que el ejército marchara hacia Puntarenas y alimentos. El 21 de marzo —un día después de la bata-
—donde en algún momento se temió que Walker pudie-lla de Santa Rosa— la tropa salía de la capital con rumbo ra realizar una invasión para apoderarse de tan importan-a San Ramón, donde se le sumarían más combatientes, te puerto—, para después dirigirse hacia Guanacaste, ya para dirigirse hacia la ribera del río San Juan. Sin embar-fuera por tierra, o por el río Tempisque, como se relató go, el plan cambió posteriormente, como se verá pronto.
previamente. No obstante, no se había obviado lo que ocurría o podría suceder en el río San Juan. Tan es así SARDINAL: LA PRIMERA BATALLA RIBEREÑA
que, para cuando el ejército acampó en Atenas, en ruta hacia Puntarenas, por anticipado don Juanito había so-Antes de relatar los acontecimientos bélicos en el río licitado que localizaran en San Ramón al recién citado Sardinal, afluente del río Sarapiquí, es pertinente refe-70
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) rirse a La Trinidad, correspondiente a la confluencia del ingresar a Costa Rica (Figura 5). Por su parte, en el te-Sarapiquí con el río San Juan.
rritorio nicaragüense hacía lo propio el alemán Wilhelm Hipp para los pasajeros de los vapores que transitaban En esa desembocadura había un rancho en la ribera iz-por el río San Juan; como una curiosidad, en el hostal de quierda, que el botero cartaginés Francisco Alvarado Hipp había un asta con la bandera de EE. UU.
Mora —residente en la ribera opuesta del Sarapiquí—
alquilaba como albergue a los viajeros que deseaban Figura 5. Confluencia del río Sarapiquí y el San Juan, en 1855. El albergue de Alvarado está en primer plano y el de Hipp (con una bandera de EE. UU.) al fondo.
Gracias a su ubicación, La Trinidad era el punto de oportuno indicar que, debido al aumento histórico del ingreso a Costa Rica por vía fluvial. Sin embargo, contra nivel del río y a la inevitable erosión de ambas riberas, toda lógica, dada su importancia con fines fiscales, e donde estuvo el desembarcadero subsiste hoy una ladera incluso para la seguridad del país, en 1856 no había allí alta, en tanto que el cauce se ha triplicado, a unos 60 m.
una guarnición militar ni una garita aduanal.
Ahora bien, en Muelle el gobierno además decidió erigir Pudimos hallar la respuesta a esta interrogante en un una edificación que sirviera como almacén fiscal y como documento oficial.5 Ahí consta que en 1851 el incansable casa para los soldados que vigilaban la frontera, la cual Alvarado y el comerciante inglés Juan Marcial Young estuvo lista en marzo de 1852; en Hilje (2023) aparecen convencieron al gobierno de las deplorables condiciones los detalles de este inmueble. De dichos vigías, en 1853
para almacenar las mercaderías importadas en el Punto, los viajeros Moritz Wagner y Carl Scherzer, alemán y como le llamaban entonces. Como parte de su propuesta, austríaco, respectivamente, acotarían que eran “figuras sugirieron que se permitiera el ingreso de los botes hasta pálidas, enflaquecidas y medio desnudas”, a quienes Muelle, para descargar las mercaderías ahí, lo cual el
“en cualquier ciudad alemana se les habría tenido por gobierno acogió. En realidad, Muelle era el paraje hasta inquilinos de un hospital; pero se trataba de guerreros donde el río Sarapiquí era fácilmente navegable aguas costarricenses que estaban alojados en las cabañas con adentro, y había allí un desembarcadero rústico. Es el fin de guardar la frontera” (Wagner y Scherzer, 1974).
5
Archivo Nacional- Gobernación- 27299, 1-VII-1855, f. 1-2v 71
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Cabe indicar que, para no dejar desprotegido el sitio Francisco Martínez en Atenas, y a actuar con celeridad; de La Trinidad, se acordó mantener dos soldados ahí, ante el cambio de planes, a su lugarteniente Florentino a los que relevaban cada lunes. No obstante, pareciera Zeledón se le ordenó continuar hacia Puntarenas, para que que, quizás por exceso de confianza, esta vigilancia fue se enrumbara hacia Nicaragua, aunque las circunstancias desatendida, pues dicho punto fue tomado por el ejército lo obligaron después a dirigirse a Liberia.6 Puesto que filibustero, sin que nadie les opusiera resistencia.
era necesario responder de inmediato, resultaba urgente enviar un batallón por el camino de Sarapiquí, y no por No hemos hallado ninguna evidencia documental de la desconocida región de San Carlos. Sin embargo, la que hubiera alguna confrontación ahí, en la que nuestros estrategia no era confrontar al enemigo, pues hubiera soldados tenían todas las de perder. Lo que sí se conoce sido suicida, sino vigilar sus movimientos y, solo en caso es que en La Trinidad, el martes 18 de marzo —dos necesario, dificultarle su avance hacia el interior del país, días antes de que el grueso de nuestro ejército librara mientras se sumaban otras fuerzas, que habían quedado la memorable batalla de Santa Rosa, en Guanacaste—
de reserva en las principales ciudades del Valle Central.
el teniente filibustero John M. Baldwin despojó de la Por fortuna, el enemigo estaba en desventaja, pues no correspondencia oficial al cartero Manuel Gutiérrez, conocía nuestros territorios selváticos.
quien la traía desde San Juan del Norte, lo cual significa que los filibusteros se habían apoderado de La Trinidad.
Por tanto, se recurrió a la vía más expedita. Al respecto, se contaba con dos destacamentos, de 25 hombres Con ello, el ejército filibustero se garantizó el dominio cada uno, en Muelle y Cariblanco, encabezados pleno del río San Juan, pues ya tenían en sus manos San por los capitanes Pedro Porras Bolandi —primo Juan del Norte, y las fortificaciones del Castillo Viejo y hermano de don Juanito— y Francisco González el fuerte de San Carlos, este último en la conjunción del Brenes, respectivamente, a los cuales se sumaron 50
río y el lago de Nicaragua. Es pertinente señalar que estas combatientes, la mayoría alajuelenses, debido a que se fortalezas fueron construidas por la Corona Española consideraba que eran quienes estaban más familiarizados desde la época de la colonia, entre 1666 y 1680, para con la región de Sarapiquí; estos últimos se desplazaron defenderse de los ataques de los piratas ingleses; fue en hacia Muelle, al mando del general Florentino Alfaro el Castillo Viejo donde, en 1781, el célebre almirante Zamora, de gran trayectoria militar, secundado por el Horatio Nelson —héroe de la batalla de Trafalgar— ganó teniente coronel Rafael Orozco Rojas.
un importante combate contra las fuerzas españolas.
Poco a poco, los integrantes de los tres batallones Para retornar al acto de Baldwin, este fue un hecho confluyeron en Muelle, a unos 45 km de La Trinidad, grave para nuestro país, pues de Europa se recibía donde estaba la guarnición filibustera comandada por correspondencia sensible, alusiva a la guerra que ya Baldwin, que había que vigilar. Si bien este trayecto se había declarado a Walker. Por ejemplo, entre otras se podía recorrer en pocas horas aguas abajo, no cosas, el secretario personal de don Juanito, el francés tenía sentido construir balsas o botes, pues podían ser Adolphe Marie, había estado en su país, realizando detectados antes, y fácilmente abatidos desde tierra. Por gestiones para reclutar al experimentado militar Pedro tanto, Alfaro y Orozco optaron por abrir una picada o Barillier —pues había peleado en la ya citada guerra de trocha por la margen izquierda del río Sarapiquí, aunque Crimea—, quien había arribado al país el 14 de marzo, fuera más lento y bastante laborioso, además de que cuando nuestro ejército ya marchaba hacia Guanacaste.
podían detectar cualquier embarcación enemiga en el Y, por si no bastara con esta afrenta, esa misma semana río.
corrió el rumor de que habría una incursión del ejército filibustero por el río Sarapiquí, para avanzar por la trocha de montaña que se prolongaba hasta el Valle Central, y así atacar las ciudades de Alajuela y Heredia.
Estas situaciones de emergencia nacional obligaron a 6 Esta información consta en un diario inédito del combatiente descartar la misión que don Juanito le había ordenado a Ezequiel Herrera Zeledón, en poder de su descendiente Ana Isabel Herrera.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Al parecer, fue algún torpe botero lugareño quien (Figura 6), fueron atacados por más de 100 filibusteros, alertó a Baldwin acerca de la presencia de nuestros quienes venían en cuatro embarcaciones grandes y dos combatientes en la ribera del río. Y muy temprano en la pequeñas; algunos dispararon desde éstas, mientras que mañana del 10 de abril, cuando habían avanzado unos una columna descendió y con sus rifles atacó por tierra, 26 km rumbo a su objetivo y reponían fuerzas en un en una operación “de pinzas”.
pequeño estero en la desembocadura del río Sardinal Figura 6. Entorno donde ocurrió la batalla, delimitado por la boca del río Sardinal (a la izquierda) y una loma (a la derecha)
Después de una fiera e intensa refriega de apenas una Tamborcito no existe con ese nombre, y más bien podría hora, y a pesar de la inferioridad numérica de los nues-corresponder al caño Masaya, que dista unos 27 km de tros, los filibusteros se vieron obligados a alejarse, con la boca del Sarapiquí y desagua por su ribera izquierda.
un saldo de cuatro muertos en tierra y muchos ahogados, pues una piragua fue hundida. En nuestras filas hubo tres Para concluir esta sección, es pertinente destacar que, muertos y siete heridos, entre ellos el general Alfaro, he-manipulador de la información como era, Walker (1975) rido en la parte superior del brazo derecho desde el inicio nunca reconoció su derrota. Según él, murieron 30 o 40
de la confrontación.
costarricenses, y los demás huyeron de inmediato hacia la capital, en tanto que en sus filas solamente resultó Es oportuna aquí una aclaración en relación con el en-herido el teniente John B. Green y muerto el también torno en que ocurrió la batalla. Al respecto, del pequeño teniente William Rakestraw. En sus propias palabras, la estero que había en la desembocadura del río Sardinal, de los suyos fue una victoria que “debe ser considerada se cuenta con un testimonio del naturalista von Fran-como sin paralelo en los anales de la guerra”, pero lo tzius quien, al referirse a la hidrografía de esa zona, aco-innegable es que huyeron, mientras que los nuestros se ta que “más abajo, cuando el Sarapiquí se ha vuelto ya mantuvieron en el puesto aduanal de Cariblanco, para navegable, recibe por su flanco izquierdo las aguas de repeler cualquier intento de invasión. Por fortuna, no lo los ríos Sardinal y Tamborcito, que manan suavemente, hubo.
con poco caudal y forman hermosos esteros” (von Frantzius, 1862). Hoy ninguno de esos esteros existe, pues Aunque breve, esta victoria en las aguas del río Sarapi-desaparecieron debido a la inexorable erosión ocurrida quí tiene un gran significado histórico, pues fue esta la a lo largo del tiempo. Asimismo, cabe señalar que el río segunda vez que, al igual que en Santa Rosa tres sema-73
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) nas antes, el ejército filibustero fue expulsado del territo-Estos breves enfrentamientos fueron el preludio de la rio de Costa Rica.
tragedia humana que estaba por ocurrir el 11 de abril en la ciudad de Rivas, donde confluyeron los dos ejércitos EL VIRAJE DE LA GUERRA: EL RÍO SAN
contrincantes, con don Juanito y Walker a la cabeza, res-JUAN COMO ESCENARIO CLAVE
pectivamente. A pesar de que la batalla, iniciada muy temprano ese día, no duró más de 12 horas, fue suma-Como se indicó previamente, la primera etapa de la Cam-mente cruenta. El saldo en vidas y sufrimiento fue muy paña Nacional se concentró en los territorios de Guanacas-alto en nuestras filas, con 231 heridos y 140 fallecidos, y te y la vertiente Pacífica de Nicaragua, lo cual hizo que el no 300 heridos y casi 500 muertos, como se había creído grueso de nuestro ejército se dirigiera hacia allá.
siempre (Arias, 2007b); según dicho autor, en el bando De manera muy resumida, el 20 de marzo de 1856 había filibustero hubo 236 muertos y un número indetermina-tenido lugar la primera batalla contra las tropas filibuste-do de heridos.
ras, comandadas por el coronel Louis Schlessinger, en la Consciente de su derrota, Walker se escabulló en la ma-hacienda Santa Rosa, en Guanacaste. Puesto que dicho drugada del 12 de abril, rumbo a su cuartel en Granada.
predio ganadero había sido propiedad del suegro del ge-Por el contrario, la situación de nuestro ejército fue real-neral José Joaquín Mora Porras —conductor de nuestros mente grave, con la aparición y diseminación del bacilo batallones en ese momento—, y lo conocía como la pal-del cólera ( Vibrio cholerae) entre sus miembros. Por una ma de su mano, además de que la concepción estratégica decisión errónea —percibida como correcta entonces, y las tácticas derivadas de ésta funcionaron muy bien, cuando se desconocía la existencia de los microorganis-bastaron 14 minutos de confrontación para triunfar. Las mos patógenos—, don Juanito repatrió sus tropas, con lo acciones bélicas ocurrieron en el entorno inmediato de la cual la bacteria se propagó, hasta causar una mortalidad casona de la hacienda, donde se recurrió a fusiles, sables cercana al 10% de la población del país.
y bayonetas por parte de ambos bandos, e incluso a dos pequeños cañones que poseía nuestro ejército.
En medio de esta crisis de salud pública, así como social, e incluso económica, pues el país sufrió un descalabro Como saldo de tan cruenta batalla, resultaron 32 heri-financiero por los altos e imprevistos costos de la gue-dos y 19 costarricenses muertos, así como 26 filibusteros rra, la amenaza de Walker subsistía. Aún más, se había muertos y 19 heridos; otros 20 fueron fusilados en Libe-agravado, pues él recompuso su ejército y, con hábiles ria, posteriormente. De los casi 300 enemigos que habían ardides, exactamente tres meses después de su huida de invadido Guanacaste, unos 255 huyeron despavoridos Rivas, se convirtió en presidente de Nicaragua, el 12 de hacia Nicaragua, aunque algunos fueron capturados y julio de 1856.
fusilados. En esta ocasión Walker (1975) sí reconoció el fracaso de su ejército, e incluso encarceló a Schlessinger Por tanto, había que ir a combatirlo de nuevo, pero con para después juzgarlo, pero éste huyó hacia El Salvador.
un cambio completo en la estrategia. Esta vez estaría centrada en apoderarse de la vía del Tránsito, realmente Tras unos días de espera en Liberia, el ejército costa-esencial para el funcionamiento del ejército filibustero.
rricense reanudó su marcha hacia Nicaragua, para confrontar a Walker allá. La estrategia era apoderarse de los Al respecto, aunque el decreto de guerra fue emitido por dos puntos clave de la vía del Tránsito en el Pacífico, es don Juanito el 15 de noviembre, ya el día 2 el general decir, el puerto lacustre de La Virgen y el de San Juan José María Cañas —acantonado desde antes en Libe-del Sur, en la costa, para lo cual el 7 de abril se envió ria— había partido con unos 300 hombres hacia San una tropa de 300 hombres a cada sitio. En ambos puntos Juan del Sur, para capturar la goleta filibustera Granada.
hubo acciones. En San Juan del Sur se tomó el sitio y Aunque Cañas tomó el puerto con relativa facilidad, en se capturó a 11 filibusteros, sin necesidad de disparar, días posteriores hizo un cambio de planes, para sumarse mientras que en La Virgen, en las filas filibusteras hubo a los ejércitos aliados centroamericanos, que ya comba-seis muertos y cinco heridos, en tanto que en las nuestras tían en Nicaragua. No obstante, esta maniobra causó un hubo apenas un muerto.
serio problema, pues los filibusteros retomaron dicho 74
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) puerto. Como parte de la estrategia, se había adquirido LOS PREPARATIVOS PARA LAS
en Puntarenas un bergantín, que fue bautizado como BATALLAS FLUVIALES
Once de Abril. Comandado por el capitán peruano An-Mientras esto ocurría en el mar Pacífico, ya se había tonio Vallerriestra, con 114 soldados a bordo y artillado puesto en operación la segunda fase de la estrategia: la con cañones, al aproximarse a San Juan del Sur pensaron toma del río San Juan, es decir, los tres sitios ribereños que estaba en poder de Cañas, pero de pronto la goleta donde había guarniciones filibusteras (La Trinidad, el Granada salió a toparlos y, tras dos horas de combate, el Castillo Viejo y el fuerte de San Carlos), más un ataque bergantín se hundió, en llamas. Esa infausta noche del 23
relámpago al neurálgico puerto de San Juan del Norte, de noviembre hubo unos 60 muertos en nuestras filas, así en el Caribe (Figura 7).
como numerosos heridos y prisioneros.
Figura 7. Localización de los puntos principales de la vía del Tránsito.
Sin duda, lo más sencillo era recorrer el camino de solventar la segunda, en noviembre se había enviado Sarapiquí, hasta Muelle, y de ahí avanzar por tierra por la como explorador al teniente coronel Pío Alvarado con ribera izquierda del río hasta La Trinidad, como lo había un grupo de expedicionarios.
hecho el batallón que peleó en Sardinal el 10 de abril. El problema —según la estrategia concebida, en la que el Como el tiempo apremiaba, sin conocer lo ocurrido a factor sorpresa era clave, como se verá pronto— era la Alvarado y su séquito, el 3 de diciembre había partido de presencia del destacamento filibustero en La Trinidad, la capital la vanguardia de nuestro ejército, de unos 200
que podría percatarse del avance de nuestras tropas y, al hombres, al mando del sargento mayor Máximo Blanco entrar en combate, arruinar todo el plan.
Rodríguez (Figura 8A), mientras que la retaguardia, de 500 hombres, saldría el día 15, liderada por el ya citado Ante tan delicada situación, se consideró la alternativa general José Joaquín Mora (Figura 8B). Aunque, como de tomar primero el Castillo Viejo, y avanzar en el se verá después, Blanco fue el líder de las operaciones plan una vez que se tuviera este bastión en manos en el río San Juan, él consigna en el detallado diario costarricenses. No obstante, esta opción topaba con que escribió (Korte, 2017), que inicialmente el jefe era dos limitantes. En primer lugar, la fortaleza del Castillo el teniente coronel francés Pedro Barillier; a éste se le Viejo está en territorio nicaragüense, por lo que había conocía como el Zuavo, por el tipo de traje que solía que cruzar el caudaloso río para apoderarse de ella, y usar —con pantalones muy holgados, o bombachos—, los nuestros no tenían embarcaciones para hacerlo. En a la usanza de los soldados argelinos que integraron el segundo lugar, para llegar ahí había que penetrar las ejército francés a partir de 1830.
desconocidas y peligrosas selvas de San Carlos. Para 75
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) A
B
Figura 8. Blanco (A) y Mora (B), líderes indiscutibles de las batallas del río San Juan.
La vanguardia atravesó la ciudad Alajuela, así como los lo cual pareciera fantasioso y aventurado a primera vista, caseríos de Grecia, Barranca —cerca de Llano Boni-pero no lo fue, gracias a la sagacidad de Blanco y sus to, en Naranjo—, Laguna —en el actual Zarcero—, El colaboradores inmediatos.
Armado, la cuesta del río La Vieja, Los Mancos, el río Ronrón, el río Peje, el río Platanar y Muelle; en el río Al respecto, un hecho a destacar es que a él se sumaban Peje había una hacienda, de José María Rodríguez, en la otros jerarcas militares, como el ya citado Barillier, el cual pernoctaron. Completar este periplo les tomó una coronel George F. Cauty y el teniente coronel Joaquín semana, bajo aguaceros inclementes, mientras avanza-Fernández Oreamuno. El inglés Cauty era hijo del an-ban por la lodosa trocha de montaña, cuyo rumbo había tiguo militar Thomas Henry Horatio Cauty, quien en la trazado von Bülow dos años antes en el croquis citado capital administraba el Club de la Unión. En el caso del en páginas previas. En el diario llevado por Blanco se segundo, era hermano del futuro presidente Próspero puede captar cuántas dificultades y vicisitudes debieron Fernández Oreamuno, también combatiente en la Cam-enfrentar durante su recorrido. En cuanto a la salud del paña Nacional.
grupo, no había mucha esperanza, pues calificaba como Además, y esto es muy importante, cuando iban de ca-
“muy conocido como inepto” al médico asignado a su mino se les unió Sylvanus Spencer (Figura 9A), un es-batallón, que era el nicaragüense Francisco Bastos Rei-tadounidense que conocía al dedillo la vía del Tránsito, na, con quien tendría conflictos permanentes.
pues había trabajado para Vanderbilt, quien lo recomen-Pero venía lo peor para las tropas. Para alcanzar el río dó a don Juanito. Spencer llegó a San José a fines de San Juan y navegar por él, se requerían buenas embarca-noviembre, y de inmediato se incorporó como asesor ciones, aunado al hecho de que casi ningún soldado sa-del ejército. En palabras del capitán Faustino Montes de bía nadar. Es decir, todo era desventajoso para los nues-Oca Gamero (Figura 9B), quien nos legó un breve pero tros, pues Walker contaba con varios barcos, surtidos muy importante diario —escrito muchos años después, con leña como combustible, para transitar por el río. Sin en 1873, por insistencia de su hijo Adán—, “el gobierno, embargo —como se verá pronto—, el elemento central con el mayor sigilo, porque así era preciso para conse-de la estrategia era incautárselos, para usarlos contra él, guir su objeto, trató de tomar los vapores que en el río 76
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) San Juan servían a la Compañía del Tránsito y los que ya tremada actividad, y se puso de acuerdo con el gobierno estaban en poder de Walker. Entonces llegó a esta capital sobre el modo de llevar a cabo tal proyecto” (Obregón, un agente de dicha compañía, un hombre de valor y ex-2007).
A
B
Figura 9. Spencer (A) y Montes de Oca (B), figuras clave en las batallas del río San Juan.
Ahora bien, puesto que “con anticipación, el gobierno lo cual pareciera contradecir la afirmación previa, que había mandado a don Francisco Alvarado Mora a fabricar quizás era más bien sarcástica, algo común en él.
embarcaciones que formaban la flotilla con que el mayor Blanco fuese a acometer tan peligrosa como atrevida En relación con la confección de embarcaciones, las empresa” —según consta en un testimonio del capellán hubo de dos tipos. Las balsas consistían en troncos de Rafael Brenes (Korte, 2017)—, cuando Blanco arribó a balsa ( Ochroma pyramidale) de una longitud y diámetro Muelle, es de suponer que ya había algunas construidas, uniformes, amarrados con bejucos, o pegados a maderos pues eran clave en la estrategia preconcebida.
transversales; puesto que, en términos anatómicos, esta madera tiene muy baja densidad, es sumamente liviana Pero no fue así. Llegado el batallón de vanguardia ahí y flota con facilidad (Figura 10A). Por su parte, para el 9 de diciembre por la tarde, Blanco narra que hasta construir canoas (Figura 10B) se utilizaban troncos muy ese día “las embarcaciones en que debíamos bajar el gruesos de varias especies de árboles de la zona, como río todavía estaban por hacerse”. No obstante, el día 12
la ceiba ( Ceiba pentandra), el cedro amargo ( Cedrela consignó que “llegaron unos carpinteros a fabricar botes, odorata), la caobilla o cedro macho ( Carapa guianensis) los cuales no podrán servir hasta dentro de un mes”, y el jabillo ( Hura crepitans), a los que se les extraía la quizás porque la madera debía secarse para que pudiera médula con hacha o azuela.7
flotar de manera óptima. Asimismo, anotaba que al día siguiente “toda la tropa se ocupa en diferentes oficios, como alistar y acarrear madera para las balsas, etc.”, y fue esa tarde cuando “fue concluida la primera balsa”, 7
Información aportada por Olivier Araya (†), quien de joven con-feccionó botes y balsas en su natal San Carlos.
77
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) A
B
Figura 10. Recreación de una balsa de la época (A), así como un bote de los que navegaban entonces por el río San Juan (B).
A pesar del gran esfuerzo de los carpinteros, en el En todo caso, se ignora por qué no se envió al ramonense vívido testimonio del ya citado capellán Brenes se dice Martínez —o quizás tenía una misión en algún otro lo siguiente: “¡Qué embarcaciones! Trozos de gruesos punto—, aunque se podría especular que fue por el garrotes labrados a golpe de hacha y machete y unas idioma. Sin embargo, lo cierto es que el jefe militar improvisadas balsas formaban nuestros navíos de Joaquín Fernández hablaba inglés, además de que guerra. Marinos, ninguno: el único marino y nadador Cauty era bilingüe, y, jerárquicamente ambos estaban como Giuseppe Garibaldi era don Francisco Alvarado, más cerca de Spencer que Alvarado. Eso sí, Alvarado y el único también que hablaba el idioma inglés para Spencer eran los únicos que sabían cómo navegar en el entenderse con Mr. Spencer, hombre muy importante en San Juan, además de que lo conocían palmo a palmo, aquellas difíciles circunstancias (Korte, 2017).8 Nótese incluyendo las posiciones y movimientos del enemigo, que Alvarado era el muy experimentado botero, que de modo que sí tenía sentido que pudieran comunicarse residía en La Trinidad y navegaba con frecuencia a San de manera expedita entre ellos, sin traductor alguno.
Juan del Norte.
En cuanto al sitio específico donde se construyeron A propósito de la supuesta incapacidad de nuestros las embarcaciones, Blanco no consigna dato alguno.
combatientes para nadar, al referirse al momento en Sin embargo, según el siguiente relato de un oficial que la primera tropa se hizo al agua, el citado capellán anónimo de nuestro ejército, que integraba el batallón expresa: “Un miedo aterrador se apoderó de nuestros de retaguardia, conducido por el general Mora: “a legua soldados en los primeros momentos de la partida, y y media del [río] Platanar, a la orilla del San Carlos, está no carecían de razón porque, ¿en dónde habían visto un gran rancho del señor don Victoriano Fernández, en jamás ríos navegables?”. En efecto, la mayoría de ellos el cual viven nuestros carpinteros de ribera, que trabajan provenían del Valle Central donde, por las características por aquellos sitios. Hay allí un desmonte y una pequeña hidrológicas de tal formación geomorfológica, hay plantación de cacao. El lugar es cómodo, ventilado y varios ríos, pero ninguno es profundo, caudaloso ni pintoresco, pero cercano al raudal del Lagarto, por cuya navegable. Aún más, aunque él acota que el único que razón han preferido el desembarcadero actual, distante sabía nadar era Alvarado, quizás aludía a un nadador media legua” (Korte, 2017).9 Esto sugiere que fue la de brazada larga, pues es de suponer que muchos de choza de Fernández —el primer colono en la región, nuestros combatientes sí sabían nadar en pozas de río.
como se indicó en páginas previas— la que albergó a los 8
El casi mítico Garibaldi (1807-1882), quien incluso vivió en varios países de América y hasta estuvo en Centroamérica, fue un líder 9
Una legua equivalía a la distancia recorrida en una hora por una nacionalista y figura estelar en la unificación de Italia.
persona, calculada en unos 5 km.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) carpinteros desde la estadía de Blanco ahí. Asimismo, otro atracadero, denominado “de Martínez” en el croquis nótese que el peligro asociado con la presencia de un de von Bülow (Figura 11).
raudal tan cercano, justificó que la tropa acampara en el Figura 11. Una porción del croquis de von Bülow, en cuya parte superior se observan el río San Rafael y “El Muelle de Martínez”, y en la parte media “El Muelle de Victoriano”.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Acerca de este punto, ese mismo oficial narró que el lu-Es un río ancho y caudaloso, que cae al de San Carlos, nes 22 de diciembre —fecha en que cerca del medio-a poca distancia del paso. El resto del camino hasta el día ocurría la batalla de La Trinidad, sin que el batallón muelle corre en las vegas pantanosas del San Carlos y de retaguardia lo supiera—, “nos pusimos en marcha a el San Rafael, que se juntan en dicho muelle, formando las ocho de la mañana [desde la hacienda de José Ma-una península”. Fue de esta punta, hoy bastante alterada ría Rodríguez, en Peje]; en poco tiempo llegamos al río por la erosión y cubierta por zacatales (Figura 12A-B) de del Platanar, distante como tres leguas y media del Peje.
donde partirían las embarcaciones pocos días después.
A
B
Figura 12. Punto donde estuvo Muelle (en primer plano), en la confluencia de los ríos San Carlos (izquierda) y San Rafael (derecha) (A), así como dicho punto (marcado con una flecha) visto desde el actual hotel Tilajari (B).
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) EL DESCARTE DE LA OPCIÓN
lo sorprendió cortando lo que ellos tanto utilizan, y se DEL CASTILLO VIEJO
vengó con su flecha mortífera” (Herrera, 2009).
Es pertinente acotar que, mientras estaban estacionados Es oportuna una aclaración aquí, en cuanto a la agresi-en Muelle, el 13 de diciembre aparecieron algunos de vidad de esta etnia. Por ejemplo, von Frantzius (1862) los exploradores que habían acompañado al emisario Pío argumentaba que “la animosidad de estos indios contra Alvarado, quienes manifestaron “que venían de donde los europeos, observada con tanta constancia desde si-los indios guatusos y dicen que fueron atacados por es-glos, y su aislamiento absoluto no nos autoriza a abri-tos; que son de cutis blanco y que sus armas solo consis-gar la esperanza de que puedan establecerse fácilmente ten en flechas” (Korte, 2017). Tres días después llegó el relaciones con esta tribu”, y de ello da fe lo ocurrido a propio Alvarado, quien confesó “que había sido atacado los expedicionarios liderados por Alvarado. De hecho, por los indios guatusos, y que, por estar ellos en número en el libro sobre las visitas pastorales de Thiel (Herrera, considerable, le fue preciso salir huyendo”.
2009), Francisco Vargas, escribano de la Curia Metropo-No hemos hallado más testimonios de confrontaciones litana, hace un recuento histórico de los ataques de los con los guatusos, con excepción de uno del viajero in-guatusos a los foráneos, incluidos otros evangelizadores, glés Frederick Boyle, el cual data de 1866 (Quesada, y no omite mencionar lo ocurrido a Pío Alvarado y su 2001). Narra él que, cuando en 1856 el jefe militar Cau-gente.
ty estaba a cargo del fuerte de San Carlos, desertaron Al respecto, tal era el temor hacia los guatusos que, cuandos de sus soldados, quienes en su huida atravesaron las do Thiel incursionó en sus dominios, para evangelizar-montañas de río Frío. Capturados en San José, relataron los, ingresó con una gran comitiva, que incluía hombres que “habían pasado varios pueblos considerables en la armados. Según las palabras de su amanuense Francisco selva, cada uno rodeado de una muralla de barro, sobre Vargas, “los militares estaban a las órdenes del coronel las cuales se podían ver muchos techos de paja. Viajaban don Concepción Quesada, eran diez soldados rasos, un solo de noche y, por lo tanto, no vieron un solo indio, corneta y un ordenanza. Se encontraban además en com-aunque sus huellas eran muy numerosas. Agregaron mu-pañía de Su Señoría tres indios de Tucurrique armados chos datos más, que intentaban mostrar que los guatusos con flechas y lanzas, para proveer a la expedición de pes-eran un pueblo más poderoso de lo que generalmente se cado fresco que abunda en todos estos ríos; un indio gua-cree, y más avanzados en barbarismo”. Boyle acota que tuso [Santiago] que debía servir de intérprete; un hulero
“las autoridades de San José se mostraban satisfechas conocedor de los caminos y veredas de los indios; dos al creer que los desertores habían pasado realmente por muleros de Alajuela, total 37 personas. Se contaron las territorio guatuso”. Asimismo, en alusión a otros solda-bestias, diecisiete de silla y ocho de carga; las armas eran dos, Boyle indica que “los hombres del coronel Cauty doce rifles Remington, dos Winchester y doce escopetas, también se encontraron con los salvajes en otra ocasión total veintiséis armas de fuego. Para resguardarnos con-y regresaron al fuerte con una media docena de flechas tra un ataque nocturno llevamos seis perros acostumbra-todavía en carne propia”.
dos a la montaña” (Herrera, 2009).
En cuanto a la habilidad de los guatusos en el uso de En realidad, los guatusos no opusieron resistencia algu-flechas para la cacería y la defensa de sus territorios, el na al ingreso de Thiel y su séquito, algo difícil de expli-obispo Thiel acotó lo siguiente: “Los arcos los usan de car a la luz de lo que se conocía sobre la beligerancia pejibaye [Bactris gasipaes] con una cuerda bien tirante, esta etnia. Por el contrario —como se indicó en páginas siendo muy diestros en esta clase de puntería. Las que previas—, el historiador León Fernández los calificó usan para cazar cuadrúpedos son más pequeñas y tan como “de buen carácter”. La explicación de tan abrupto fuertes que puede traspasar un animal de una parte a otra, cambio de comportamiento la aporta el propio Thiel, a sin que se rompan. Nos cuentan que una vez encontraron partir de lo narrado a él por los indígenas.
un hulero clavado y muerto con una de estas flechas, en el árbol del que sacaba la goma. Algún indio, sin duda, En efecto, él consigna que, ante la férrea actitud defen-siva de los guatusos, armados con sus potentes y mor-81
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) tíferos rifles los huleros “se reunieron en gran número, Bolandi, para vigilar ese punto tan importante, así atacaron y vencieron a los indios, matando a un cacique.
como valorar las condiciones para el avance de la tropa.
Desde entonces han quedado los indios sin autoridad y Mientras tanto, muy temprano al día siguiente, narra que viven en diferentes grupos, los unos independientes de
“las balsas rompieron las coyundas con que Cauty tuvo los otros. Los huleros no encontraron ya dificultad nin-el error de amarrarlas, y se fueron, llevándose a éste y guna en internarse en el país de los guatusos. Atrope-tres soldados, y me fue preciso hacerlos seguir en un llaron mucho a los indios, faltando principalmente a las bote, en el cual regresaron, y mandé amarrar nuevamente mujeres. Algunos se robaron a los hijos de los indios, las balsas con toda seguridad”. Empezaba a cundir el llevándolos al fuerte de San Carlos. Encontraron perso-pánico, dada la inexperiencia de movilizarse por agua, lo nas que compraran estos inditos y entonces —llevados que provocó 13 deserciones.
por la codicia— establecieron un comercio de esclavos, principalmente de niños que robaron con mil atrocida-Ese día por la tarde-noche les “llegó un gran bote”, des a los pobres indios”. Él calculaba en más de 500
muy posiblemente del rancho de Victoriano, que era los indios raptados, de los cuales más de la mitad ha-donde los construían. Al día siguiente, “muy temprano bían muerto, debido a las muchas vejaciones sufridas.
empezamos por cargar el nuevo bote y nos marchamos.
Tan brutal era la situación, que “ahora que el hule ya Como a las ocho de la mañana cogió un remolino las comienza a escasear, el tráfico de carne humana ha to-balsas, y nos detuvo como tres horas, hasta que por mado algún incremento. Los indios están enteramente casualidad pasamos, pues no nos era posible discurrir atemorizados. No tienen armas para defenderse contra
[idear] un medio de obtener paso. Una hora después, un los huleros nicaragüenses, ni tampoco lugar seguro en su bote se abrió por el medio, quedando en dos astillas en territorio, ni para sí, ni para sus hijos”. Al respecto, Thiel medio río, pero, dichosamente, nadie pereció. Dos horas narra que un indio le contó que, mientras su padre extraía después se trabó una balsa cerca de la isla [islote] del hule, un tipo “se acercó secretamente y le partió de un Arenal, y habiéndose roto todos los bejucos con que machetazo la cabeza”. Asimismo, le refirió que, cuando estaba amarrada, hasta el extremo de salir cada palo por se aproximaban los huleros, ellos debían abandonar sus su lado, los soldados se tiraron al agua; pero esto sucedió ranchos y provisiones, lo cual los exponía a serpientes y cerca de tierra y todos salieron sin novedad”.
felinos, así como a enfermedades contraídas por estar a No obstante, tal fue el susto —totalmente comprensible—, la intemperie, cuando había exceso de lluvia.
que los miembros de la tropa empezaron a quejarse y Para concluir esta sección, lo cierto es que la hostilidad dijeron que preferían desplazarse por tierra. Ello indujo de los guatusos abortó la importante misión de hallar una a Blanco a imponer su autoridad y, de esa manera, pudo vía para que nuestra vanguardia pudiera dirigirse hacia el
“obligarla a volver a amarrar la balsa y embarcarse el Castillo Viejo, Por tanto, había que recurrir a otra alter-día siguiente”. Al amanecer y partir, lejos de mejorar, nativa, que no comprometiera lo esencial de la estrategia la situación empeoró, al punto de que “cada momento de nuestro ejército para confrontar al ejército de Walker se pegan las balsas y tenemos necesidad de demorarnos en el río San Juan.
mucho para volverlas a poner en camino. Un bote dirigido por el capitán don Jesús Alvarado ha sido varado y lleno de agua, con cuyo motivo se han perdido, casi LA PRIMERA BATALLA DE LA TRINIDAD
en su totalidad, las pocas provisiones de que podíamos A propósito de embarcaciones, durante la permanencia disponer, el parque, etc.”.
del batallón de vanguardia en Muelle en sus preparativos para la guerra, en el diario de Blanco hay varias menciones Para el día siguiente, el jueves 18, Blanco acotaba que de botes y balsas, pero más bien son colaterales.
“hoy contamos solo dos pegas de las balsas y una del bote que dirige el capitán don Jesús Alvarado. Vamos Por ejemplo, anota que el día 14 partieron seis bien: el río ya es enorme”. No obstante, tal optimismo combatientes en un bote hacia la desembocadura del se desvanecería al llegar la noche. En efecto, el día 19
San Carlos, guiados por Spencer, Fernández y Rafael anotó en su diario que “una gran creciente nos ha llevado anoche la balsa en que iban las piezas de artillería, 82
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) otras armas y la ropa de los soldados. Henos aquí con una especie de señuelo. En sus palabras, “por la noche, 70 hombres en tierra y sin recursos para fabricar otra previendo el caso de que algún vapor podía llegar a balsa”. De manera más detallada, el capellán Brenes proveerse de leña, hice embarcar la tropa, con objeto de narraría que “en una de las noches que acampábamos apoderarme de él”. Esto es confuso, pues aparentemente en las márgenes de del río, una furiosa creciente arrancó no contaba con naves para hacerlo, pero en lo que el tronco del árbol donde atracaba la balsa de la artillería sigue del relato es claro que para entonces a la tropa y se la llevó envuelta en los pliegues de sus torrentosas ya le habían enviado embarcaciones desde el astillero aguas” (Korte, 2017).
improvisado en Muelle.
Es importante destacar que este acontecimiento pudo Ese día se vivieron momentos de gran tensión entre haber dado al traste con toda la estrategia trazada los tres supuestos jefes de la misión, aunque al final previamente. En efecto, aunque Blanco no lo menciona, prevalecerían los criterios y decisiones de Blanco, quien Walker (1975) sí señala que, mientras viajaba en uno de para entonces estaba a dos semanas de cumplir 33 años los vapores hacia San Juan del Norte, Emilio Thomas de edad. Según el capitán Montes de Oca, Spencer “era observó “unas balsas sospechosas que venían flotando el jefe de la expedición” (Obregón, 2007), mientras que por la boca del San Carlos” y “aconsejó averiguar lo que Barillier era de alto rango, obviamente, y al inicio se le significaba aquel hecho extraño”, pero los oficiales del había asignado la jefatura del batallón, según el propio barco desestimaron su preocupación. Cabe acotar que Blanco (Korte, 2017). Sin embargo, “al considerar que dicho individuo, al igual que su hermano Carlos, eran por tales discusiones fracasaría la empresa”, Blanco hizo mulatos nacidos en Jamaica y residentes en Granada valer la autoridad que, “según instrucciones privadas”, desde hacía muchos años, quienes se identificaron le había otorgado don Juanito por escrito, en una carta plenamente con la causa filibustera (Jiménez, 2018).
confidencial, que el presidente le solicitó que abriera cuando ya estuviera ahí.
Para retornar a las acciones, ante la pérdida de las balsas, debieron continuar su travesía por tierra, hasta unas Así que, ya en el río San Juan, descartada la idea de cuatro leguas antes de la desembocadura del río San navegar aguas arriba para atacar el Castillo Viejo, la Carlos en el San Juan. Temprano al día siguiente, es decisión era arremeter contra la guarnición filibustera decir, el sábado 20, los nuestros reanudaron la marcha, que había en La Trinidad (Figura 13A-B), de manera y poco después del mediodía llegaron a dicho punto, sorpresiva. Eso sí, había que recorrer casi 40 km, por lo frente al cual destaca el imponente islote Providencia; que el domingo 21 navegaron durante unas seis horas conviene indicar que entre Muelle y ese punto hay 88
bajo una lluvia torrencial y, llegados cerca de las cuatro km de distancia. Ahí hallaron a Spencer y Fernández, de la tarde a la boca del río Colpachí —donde había un quienes estaban albergados en un pequeño rancho en la pequeño estero—, Blanco, Spencer, Fernández y Rafael margen derecha del San Juan.
Camacho penetraron en la montaña, para sopesar la posibilidad de llegar a La Trinidad por ahí. Después de Enterados de que a unos 800 m había una casa donde caminar unos 800 m, desecharon esta idea, pues dicho los vapores del río se abastecían de leña, Spencer dio a sitio estaba a unos 2 km. Por tanto, la tropa se embarcó, Barillier la orden de ocuparla, lo cual éste rehusó hacer, para continuar aguas abajo.
ante lo cual Blanco intervino de manera tajante, para ocuparla. Hecho esto, la idea de Blanco era usarla como 83
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B
Figura 13. La punta de La Trinidad en una vista aérea (A), así como su ubicación (a la izquierda) en la desembocadura del río Sarapiquí (B); en B, al frente se observa el territorio de Nicaragua.
Sin embargo, al salir del estero, y cuando el sol se ponía se habían mojado completamente”. Al respecto, según en el horizonte, tuvieron una muy ingrata sorpresa: el testimonio del capellán Brenes, sorprendidos ante lo
¡un vapor recorría el río! En palabras de Blanco, que presenciaban, algunos combatientes exclamaron:
“fue un gran susto para nosotros, pues, en caso de ser
“Pos hombre, ¡qué bonito es el guapor: cuánta candelita!
vistos, todo fracasaría, puesto que bastaba con que nos
¡Parece un monumento!” (Korte, 2017). Por fortuna, echaran encima el vapor, mucho más estando como se libraron de ser detectados gracias a la oscuridad, así estábamos indefensos, en razón de no poder contar ni como a que permanecieron medio ocultos, sujetados a con un tiro, porque tanto el armamento como el parque algunas ramas de la vegetación ribereña.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Un hecho a destacar es que —según Blanco—, la la otra trinchera un filibustero se alistaba para disparar su presencia del citado vapor indujo a Spencer a sugerir cañón, el cabo barveño Nicolás Aguilar Murillo (Figura que, en vez de atacar La Trinidad, era preferible 14), de apenas 22 años de edad, corrió hacia ella, le aprovechar la oscuridad para pasar por ahí de manera hundió en el cuerpo la bayoneta de su fusil y lo lanzó desapercibida y navegar directamente hasta San Juan del a un lado; tan meritorio acto justificó que en 2013 se le Norte, para apoderarse de los vapores que usualmente declarara héroe nacional.
fondeaban ahí. No obstante, Blanco desaprobó tal idea y optó por atacar La Trinidad al día siguiente. Y, puesto que la inclemente y copiosa lluvia impedía acampar en tierra, sobre todo en terrenos de por sí anegados, en sus palabras, “nos reconcentramos en los botes como a quinientas varas y en ellos pasamos la noche; “¡qué noche! bajo una nube de zancudos horrorosa y sin poder nadie moverse del lugar que ocupaba, y sin haber pasado un bocado desde la mañana” (Korte, 2017).
Al día siguiente, no había tiempo que perder. Fue por eso que “a las cinco de la mañana, todos entumecidos por la lluvia continua, la incómoda posición de toda la noche y la falta de alimentos, desembarcamos”. En efecto, descendieron de los botes y penetraron en la montaña para secar los fusiles y la pólvora mediante fogatas, con el cuidado de que la humareda no los delatara. Concluida esta labor cerca de las diez de la mañana, se enrumbaron hacia La Trinidad, a través de la montaña. Cuando habían recorrido poco más de kilómetro y medio, y a apenas unos 500 m del campamento filibustero, se detuvieron Figura 14. El héroe nacional Nicolás
para planear el ataque.
Aguilar Murillo.
Hecho esto, después de avanzar lentamente y con En la vorágine de aquella cruenta escaramuza, que se mucha dificultad por terrenos anegados y poblados prolongó por 40 minutos, no importaba que las armas de “malezas” —quizás como sinónimo de arbustos y la pólvora no funcionaran, pues nuestros soldados espinosos o con hojas urticantes—, por fin se alcanzó la eran diestros en el uso de la bayoneta, como lo habían punta de La Trinidad. Ahí, en “una explanada cubierta demostrado con creces en las luchas cuerpo a cuerpo en de platanillo”, en palabras del capellán Brenes (Korte, Santa Rosa y Rivas. Fue así como los filibusteros que no 2017), “los filibusteros se hallaban completamente murieron en tierra, terminaron ahogados en el río San distraídos alrededor de una gran mesa”, según Blanco.
Juan al tratar de escapar; dos fueron capturados, entre Obviamente, no tenían la más leve sospecha del zarpazo ellos el comandante Frank Thompson. Como saldo de que estaban a punto de recibir.
la refriega, en nuestras filas hubo apenas dos heridos, mientras que en el bando filibustero resultaron unos 60
Dada la orden de atacar, tal y como se había planeado, muertos; seis se salvaron, y después llegarían a San Juan nuestros 30 combatientes irrumpieron a trote en el del Norte. Además, obtuvieron otra recompensa, muy campamento, formados en cuatro columnas, mientras valorada en tan difíciles momentos, pues “hallamos unos disparaban sus fusiles, de los cuales apenas cinco cuantos barriles llenos de carne, y unas ollas con comida dieron fuego, debido a lo mojados que estaban. Cuando, ya cocinada, todo lo cual nos cayó perfectamente”
boquiabiertos, los enemigos reaccionaron y trataron de (Korte, 2017).
parapetarse en las dos trincheras que tenían, ya una había sido ocupada por los nuestros. Asimismo, cuando desde 85
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) HACIA EL DOMINIO DE LAS
días, así como la ausencia de luz, Blanco subió a una AGUAS DEL SAN JUAN
balsa en la que lo acompañaban Spencer, Fernández, el Con el triunfo en La Trinidad, se lograban dos rotundas capellán Brenes, cuatro oficiales y los dos prisioneros, victorias fluviales —ambas en la región de Sarapiquí—, mientras que el resto de los soldados iban distribuidos así como la tercera expulsión del territorio nacional del en cuatro botes más, al mando de Cauty, Jesús Alvarado, invasor filibustero. Sin embargo, por importantes que Francisco Alvarado y Santos Mora.
fueran, eran aún insuficientes para lograr el objetivo Llegaron de madrugada, y decidieron permanecer en mayor: la rendición y eliminación de Walker y sus las balsas. Al despuntar el alba del martes 23, sus ojos huestes.
atestiguaron lo que sus mentes sospechaban: en la Ahora bien, aunque todas las batallas —Santa Rosa, rada, amarrados entre sí, tres vapores se bamboleaban, La Virgen, Sardinal, Rivas, San Juan del Sur, Rancho totalmente vacíos. Por tanto, resultó muy sencillo Grande, Masaya, Granada, cuatro en San Jorge y dos apoderarse de ellos. Además, otro vapor se hallaba en más en Rivas— serían importantes para la capitulación el muelle, con la ventaja de que los filibusteros estaban de Walker, La Trinidad se convirtió en una especie de dormidos, por lo que también fue fácil incautarlo. En puerta para acceder al gran escenario fluvial donde se síntesis, gracias al factor sorpresa con que se actuó, tan le propinaría un golpe contundente e irreversible a las fabuloso botín se obtuvo sin efectuar un solo disparo.
aspiraciones de Walker. En tal sentido, dicha derrota Atónito ante lo que contemplaba, el agente local representó el principio del fin del sueño esclavista del de la Compañía del Tránsito, Joseph N. Scott, tocó mesiánico líder filibustero. Y esto fue así porque, como una campana de alerta, por lo que la gente empezó se verá pronto, permitió despojar a Walker de sus vapores a congregarse en el muelle. Mientras esto ocurría, poco a poco, para después usarlos como un invaluable comenzó a distribuir armas para recuperar los vapores, recurso bélico para desalojar a su ejército de los casi ante lo cual Blanco puso al frente a 20 combatientes inexpugnables bastiones del Castillo Viejo y el fuerte de nuestros. En respuesta, Scott recurrió a unas lanchas San Carlos.
cañoneras inglesas, pero Blanco lo supo disuadir, además En efecto, lograda la victoria en La Trinidad, había que de que pronto aparecieron otras balsas con soldados actuar de inmediato para continuar con la estrategia nuestros, que se habían retrasado por las dificultades de preconcebida. Y entonces resultaría más importante que navegación, ante lo cual Scott no insistió más.
nunca la figura del asesor Spencer, pues conocía todos Ahora, casi como por arte de magia —pues no hubo que los vapores que transitaban por el río y sus itinerarios, efectuar un solo disparo—, el ejército que pocas horas así como posiblemente algunas de las claves secretas —
antes carecía de una flota naval, tenía en su poder los algo esencial en una guerra— con las que sus capitanes vapores Wheeler, Morgan, Bulwer y Machuca. Ahora se comunicaban con los puestos en tierra.
sería posible combatir a Walker casi en igualdad de Fue por ello que, sin importar que se acabara de librar condiciones en las aguas del San Juan.
una dura batalla, había que continuar con las acciones Una vez más, no había tiempo que perder. Por tanto, planificadas. El tiempo apremiaba. No lo había ni a las siete de la noche los vapores ya avanzaban aguas siquiera para hacer una pausa y reponer fuerzas, pues arriba. Lamentablemente, no muy lejos del caserío de era urgente enrumbarse aguas abajo e ir a capturar los San Juan del Norte dos se averiaron y vararon, por lo que vapores estacionados en la bahía de San Juan del Norte.
la tropa debió pernoctar a bordo. Además, si bien para Antes de hacerlo, y para asegurar la posesión de La el mediodía del miércoles 24 ya los habían reparado, su Trinidad, Blanco ordenó a Barillier que permaneciera en avance era tan lento, que la Nochebuena los sorprendió ese sitio, al mando de un contingente de 30 hombres.
mientras navegaban, ya en las proximidades de La Poco después, sin importar los grandes riesgos de Trinidad.
navegar en un río tan henchido por los aguaceros de esos 86
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Reanudaron el viaje a las seis de la mañana del jueves y a primera vista una insensatez semejante expedición, 25, tras lo cual dejaron 10 soldados de refuerzo en pero los resultados fueron sorprendentes, dignos del La Trinidad, para así engrosar la tropa de Barillier.
elogio del mundo entero” (Obregón, 2007). En aquel Posteriormente, al acercarse a la isla Providencia, en entonces, los balseros debían valerse de pértigas o varas la desembocadura del río San Carlos, desde la ribera largas para maniobrar en la corriente (Korte, 2017), las derecha del río, en palabras de Blanco, “nos requiere cuales no le conferían mucha estabilidad a la balsa que una fuerza ya en actitud de combatir”. Sin embargo, no los transportaba.
era una tropa de filibusteros, sino de costarricenses que, por ignorar que los vapores eran ahora nuestros, estaban Para retornar a lo que acontecía con el batallón de dispuestos a confrontarlos. En realidad, se trataba de retaguardia en Muelle, para el viernes 26 el oficial los 70 combatientes que se habían venido a pie desde consignaba que “por más que nos afanamos en apresurar Muelle después de que la correntada los despojó de la construcción de balsas y canoas, nada se adelanta; su embarcación en el río San Carlos. Esclarecida la estamos consumiendo víveres en balde, y aburridos situación, todo fue algarabía y, como era de esperar, más de vivir en esta fangosa y triste orilla”. No obstante, al bien los subieron a bordo, para que pernoctaran bien día siguiente recibieron noticias de que los integrantes abrigados.
del grupo de vanguardia, “después de pasar indecibles trabajos, han perdido la balsa en que llevaban su Es pertinente una digresión para indicar que el batallón de artillería, y mojados casi todos los víveres, marchan retaguardia —al mando del general José Joaquín Mora—
desunidos al arbitrio de las furiosas corrientes”. De ya estaba en la zona de San Carlos, pues había arribado a inmediato, el general Mora ordenó a una fuerza de 50
Muelle el lunes 22. En el diario del oficial anónimo que soldados ir en auxilio de ellos, al mando del capitán formaba parte de este batallón se lee que, para el martes español Ezequiel Pí, para lo cual “se han tomado dos 23 nada sabían de la columna de vanguardia, y que “el botes que estaban concluidos, y se ha alistado de pronto parte de su llegada no podrá venir de la confluencia [la dos balsas”. Obviamente, se vivía en un estado de total boca del San Carlos] aquí en menos de seis días, por estar desinformación pero, por fortuna, todo se aclararía muy muy crecido el río”. Mientras tanto, ya la víspera Mora pronto.
había enviado 22 hombres, encabezados por el capitán Faustino Montes de Oca, el oficial Lorenzo Alvarado En efecto, “a las dos de la tarde había entregado a la y “un oficial granadino muy práctico en estos lugares”, corriente sus frágiles embarcaciones el capitán Pí, para abrir una picada a lo largo del río y así alcanzar el y media hora después corría desalado alarmando al San Juan. Asimismo, el resto del batallón permanecía campamento, con nuevas que parecían increíbles, en Muelle, “arreglando el campamento, limpiando las
[gracias a] un hombre que venía del río [San Juan]”.
armas y acelerando la construcción de embarcaciones”.
Dicho individuo traía la excelente noticia del triunfo costarricense en La Trinidad.
Es importante indicar que Montes de Oca fue testigo presencial de lo ocurrido ahí, además de que, muy Aún más, este oportuno informante les comunicó que posiblemente, los integrantes del batallón de vanguardia uno de los vapores, capitaneado por Francisco Alvarado, le narraron después lo sucedido a ellos pocos días venía hacia Muelle a recoger a la tropa. Esto se explica antes. Por ello, en su diario evocaba de esta manera lo porque, mientras estaba en la boca del río San Carlos, acontecido con el batallón que los antecedió: “Ya se Blanco supuso que el general Mora ya estaba en Muelle, puede figurar qué clase de flota sería aquella en que las y tuvo la excelente idea de enviar a toparlo en el vapor canoas hechas por los hacheros y carpinteros que apenas Bulwer, para evitarles las penurias de navegar por el las conocían en Puntarenas y construidas a toda prisa, enfurecido río; así consta en el diario de Blanco, quien eran ingobernables y peligrosas. Las balsas en que debía despachó ese vapor a las seis de la mañana del viernes ir la tropa iban a merced de la corriente, aún sin anclas con 26, aunque el oficial anónimo indica que fue el sábado qué poder detenerse en un punto dado y con un temporal 27.
terrible que el río estaba fuera de madre. Fue un arrojo 87
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) En realidad, el diario de Blanco es muy lacónico al diferente, además de que no menciona a Pí, contabiliza respecto, y omite referirse a lo ocurrido poco después, en nueve el número de ahogados e indica que Francisco cosa que sí hace el citado oficial anónimo.
Alvarado lanzó al agua un bote para rescatarlos, de manera infructuosa. Asimismo, relata que, para evitar un Efectivamente, este combatiente narra que, a pesar de malentendido al acercarse a Muelle, por sugerencia suya las aparentes buenas noticias, había confusión por las se envió a Francisco Alvarado en un bote y a Lorenzo tan contradictorias informaciones recibidas ese día. Por Alvarado por tierra, quienes llegaron de manera casi tanto, cuando escucharon el silbato del vapor —que simultánea y pudieron dar el aviso de manera oportuna, sonaba como un cuerno—, conforme se acercaba a para evitar otra desgracia.
Muelle, el general Mora emplazó dos cañones, formó a su tropa y ordenó abrir varias cajas de parque. Tensos Para retornar al batallón de retaguardia, pronto se y expectantes ante el ataque que podría sobrevenir, “no dispusieron a abordar el Bulwer, así como a cargar en él tardó en asomar el vapor, ostentando en su proa la bandera todo cuanto podían. No obstante, el retorno a la boca del costarricense; en la toldilla venían Francisco Alvarado, río San Carlos no sería nada sencillo.
Joaquín Fernández, y otros, entre ellos Faustino Montes de Oca y Lorenzo Alvarado, que después de haber Al respecto, son muy esclarecedores algunos comentarios abierto siete leguas [35 km] de una infernal vereda, que Montes de Oca consignó en su diario, en relación habían felizmente salido a la margen del río cuando con las dificultades de los vapores para navegar fuera del pasaba el vapor”. ¡Es de imaginar la mezcla de alivio y amplio río San Juan. En el caso particular del río San euforia, al percatarse de que quienes venían en el barco Carlos, “en verano no tiene la cantidad de agua suficiente eran sus compatriotas, y que, además, habían triunfado y en invierno es muy fuerte la corriente, y además en La Trinidad e incautado los primeros vapores!
es muy tortuoso, y por ambas cosas muy peligroso, principalmente para bajarlo” (Obregón, 2007). Él Como una curiosidad, Montes de Oca relata que su tropa abunda en detalles, al indicar que, aunque el Bulwer era había demorado cinco días en abrir la picada paralela al el más pequeño de los vapores y construido con hierro, río, y que el Bulwer los devolvió a Muelle en apenas al regresar con el batallón y sus pertrechos militares cuatro horas. Poco antes de abordar dicho vapor, al navegaba a merced de las correntadas, y a menudo su topárselo pensaron que estaba en manos filibusteras, proa embestía los paredones de ambas riberas, pues el río por lo que desde un recodo del río interrogaron a la no tiene suficiente amplitud. Tan entorpecido y dilatado tripulación, al preguntar “¿Quién vive?”. La respuesta fue su recorrido —durante el cual casi se hunden varias no se hizo esperar, cuando unas cien gargantas veces—, que les tomó tres días alcanzar el mismo punto exclamaron jubilosas y al unísono “¡Viva Costarrica!”.
desde el cual días atrás demoró apenas cuatro horas para En sus propias palabras, “esta fue la primera vez en llegar a Muelle, y viajando aguas arriba.
mi vida que creí morirme de puro gozo, al ver a bordo buenos y sanos y gritando viva Costa Rica a muchos de LA TOMA DE LAS FORTIFICACIONES DEL RÍO
los amigos oficiales de la expedición de vanguardia”
(Obregón, 2007).
Para retornar al inesperado, emotivo y épico momento en que el Bulwer se asomó al embarcadero de Muelle, se Sin embargo, no todo había sido tan feliz. Como la tropa ignora si efectivamente la bandera de Costa Rica ondeaba de Pí iba en dos botes y dos lanchas, algunos quedaron en su proa, lo cual hubiera sido muy significativo y rezagados, debido a las turbulencias del río. Fue por ello simbólico en aquel contexto particular, así como una que, al toparse con el vapor los primeros, de inmediato lo imagen de gran plasticidad artística. Lo que sí es cierto abordaron sin problema alguno. Pero, tras esto, los que es que dicha bandera no podía enarbolarse si los barcos venían en una de las balsas de súbito se asustaron y, como estaban en el río San Juan, pues había que actuar con sus rifles no estaban cargados, se lanzaron al agua, con total sigilo, para así poder capturar más vapores. Y esto un saldo de seis ahogados. Acerca de este desafortunado lo lograría Blanco de manera sorprendente, realmente episodio, narrado así por el oficial anónimo (Korte, 2017), Montes de Oca aporta una versión un poco 88
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) asombrosa, gracias a su sagacidad, así como a la oportuna típicos en ese trecho del río. Con astucia, Blanco le hizo asesoría de Spencer.
arrimar su navío, tras lo cual sus hombres lo abordaron con rapidez y lo incautaron. Hecho esto, navegaron Por ejemplo, y para comenzar, mientras el Bulwer se hacia la fortaleza y la tomaron de manera sorpresiva, preparaba en Muelle para transportar al batallón de ante la perplejidad de los residentes en algunas casas y retaguardia, el propio viernes 26 él había emprendido edificios localizados al pie de la fortaleza. En realidad, acciones en el río San Juan. Fue así como a las ocho el sitio estaba poco protegido por los filibusteros —pues de la mañana zarpó de la boca del río San Carlos hacia no imaginaban lo que sucedía en el río en los últimos el Castillo Viejo (Figura 15), a cuyas cercanías él y sus días—, además de que los centinelas que había huyeron hombres llegaron a las tres de la tarde. En ese momento despavoridos.
se percataron de la presencia del vapor Scott, estacionado aguas abajo de los muy fuertes raudales o rápidos que son A
B
Figura 15. La fortaleza del Castillo Viejo, vista desde el río (A) y en una imagen aérea (B).
89
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Además, al conocer que el vapor Ogden estaba en lago de Nicaragua. Y, como la operación militar no podía el raudal del Toro, esa misma tarde Blanco le pagó la dilatar más tiempo, a las tres y media de la tarde Blanco cuantiosa suma de 200 pesos a un nicaragüense de decidió enrumbarse hacia allá, lo cual hicieron en el la localidad para que, mediante un engaño —cuya vapor Ogden.
naturaleza no menciona—, persuadiera a su capitán de atracar en el Castillo Viejo. Nomás arribado al muelle Cuando ya había anochecido, se toparon con dos lanchas de la fortificación, el vapor fue capturado de manera grandes, provenientes de Granada y colmadas de víveres, expedita. Para captar la magnitud de dicha recompensa, las cuales fueron tomadas sin mayor dificultad, incluidos era superior al salario de un ministro de entonces, que los alimentos. Al ser casi las diez de la noche, y ya a unos correspondía a 160 pesos (Fallas, 2004).
800 m del fuerte, Blanco dispuso que unos 40 hombres navegaran hasta la ribera, al punto de La Garita, en las Después de pernoctar y reponer fuerzas en el Castillo lanchas incautadas; ellos atacarían el fuerte solo en caso Viejo, Blanco puso la mira en otro objetivo: el vapor de ser necesario.
Virgen. Dicho barco estaba fondeado también en el raudal del Toro, por lo que hacia allá se dirigió su tropa Hecho esto, el Ogden avanzó aguas arriba, y fondeó en el Bulwer. Con astucia, “al aproximarnos ocultamos frente al morro del fuerte. La tensión que se vivía en esos las tropas con unas cortinas, de manera que las cortinas minutos quedó vívidamente reflejada en las palabras de hacían creer que nuestro vapor llevaba señoras a bordo”; Blanco quien, a pesar de ser un militar de gran aplomo obviamente, se refiere a mujeres estadounidenses y sangre fría, confesó que “en estos momentos sentí que viajaban de costa a costa, a quienes les molestaba el miedo supremo de toda mi vida, viéndome bajo mucho el sol. Él describe en detalle cómo lo asaltaron, la plataforma del fuerte, en el que sabía existían dos sin incidente alguno que lamentar. Por fortuna, en sus cañones de a veinticuatro, más la guarnición que allí bodegas había abundantes provisiones, entre las que había”. En suma, “la cuestión era de vida o muerte”.
destacaban 400 rifles nuevos, cañones, avantrenes —
Para dar el siguiente y determinante paso, era ineludible especie de carritos para acarrear metralla y balas de comunicarse con el vigía del fuerte mediante una clave o cañón en el campo—, municiones, frascos de pólvora,
“santo y seña”, por estar el fuerte en el punto de entrada víveres y botellas de vino.
al lago. Dicha clave se conocía gracias al interrogatorio Estacionados en el Castillo Viejo a la espera del general hecho en días previos a los tripulantes del Scott y el Ogden.
Mora y su batallón —que tanto se atrasó, debido a lo Emitida ésta —que correspondía a pitazos—, una lancha relatado por Montes de Oca—, gracias a esa providencial se desprendió del fuerte para realizar la inspección de cornucopia, “aquí tuvimos tres días de fiesta con las rigor en ese punto; en ella venían varios soldados, junto magníficas provisiones que había en el vapor: ningún con el capitán Charles Krüger, comandante de dicho soldado volvió a beber agua, sino vino tinto hasta que fuerte. Al aproximarse al Ogden, atónito ante lo que se le dio fin” (Korte, 2017). Mientras tanto, emplazaron presenciaba, no sabía cómo reaccionar. De inmediato se los cañones en puntos clave y avizoraron otras medidas le ordenó rendirse, amenazándolo con lo numerosas que para defender el sitio ante un eventual ataque filibustero.
eran nuestras fuerzas en tierra, pues se le dijo que eran En realidad, la situación era tirante, pues se sospechaba 500 soldados —cuando en realidad, eran apenas 40—, que podría aparecer el vapor San Carlos “en busca de en tanto que en el fuerte había tan solo 72 filibusteros, los otros, pues ya había pasado más tiempo del que tenía por lo que, en tal estado de inferioridad numérica, Krüger señalado para encontrarse”.
aceptó rendirse y fue apresado, al igual que la tripulación de su lancha. Después Blanco se dirigió hacia el fuerte Se vivía un ambiente tenso, debido al retraso del general con seis de los suyos, para formalizar la rendición.
Mora y su gente, y a que estaba pendiente el elemento clave para completar la estrategia: el fuerte de San Carlos (Figura 16). Además de ser el último bastión filibustero en el río San Juan, su ubicación era realmente neurálgica, pues se yergue en la juntura del río con el 90
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) A
B
Figura 16. El fuerte de San Carlos, visto desde el río (A) y en una imagen aérea (B).
En la significativa fecha del miércoles 31 —el último en sus propias palabras, “estuvimos en orgía hasta las día del año 1856—, después de tantas tensiones y ante tres de la mañana, favorecidos por una caja de vino San la abundancia de licor, “hubo algo de embriaguez en Julián que yo tenía”.
algunos oficiales y fue, por consiguiente, mal día para mí”, en palabras de Blanco (Korte, 2017). No obstante, Con el advenimiento del nuevo año, y ya instalado el todo cambiaría de manera radical cuando el año estaba a general Mora en el fuerte de San Carlos, se empezó a punto de expirar, pues “a las doce de la noche vuelve el acondicionar éste. Como resultado de las labores de vapor Virgen trayendo al general Mora, a un coronel de limpieza del sitio, el viernes 2 a las tres de la tarde se apellido Salazar, a Clodomiro y Julián Echandi y a otros habían matado nada menos que 18 víboras, quizás oficiales, y un poco de tropa”. Tal fue el júbilo por el las muy venenosas terciopelos ( Bothrops asper), que muy anhelado encuentro de los batallones de vanguardia abundan en la zona.
y retaguardia, que ahora los ebrios serían otros pues, 91
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Es pertinente indicar que a los filibusteros presos se les se servía el bandido Walker, y los puertos militares del transportó hacia San Juan del Norte el 1° de enero, con río San Juan, están en mi poder y bajo la custodia de los la condición de que retornaran a EE. UU. Sin embargo, soldados costarricenses. No temáis ya que nuevas hordas a algunos se les incautó el uniforme, pues podría resultar de asesinos vengan a turbar vuestra tranquilidad por este útil para alguna treta de los nuestros, como en realidad lado”.
lo fue el sábado 3, para capturar el San Carlos, que era el buque más utilizado por los filibusteros, debido a su Jubiloso por tan auspiciosos acontecimientos, el 11
tamaño y velocidad. En la mañana de ese día, dicho de enero don Juanito emitiría otra vibrante proclama, vapor estaba en el lago, recogiendo en el puerto de La que comenzaba así: “Compatriotas: La gran arteria del Virgen a unos 400 pasajeros, que iban hacia la costa filibusterismo está dividida para siempre: la espada de oriental de EE. UU.; habían llegado la víspera a San Juan Costa Rica la ha cortado”. Tras efectuar un recuento del Sur, provenientes de California. No obstante, entre de las vicisitudes sufridas por nuestros combatientes sus pasajeros también figuraban un teniente y el médico y enumerar los logros alcanzados, de manera lírica del fuerte de San Carlos, por lo que el vapor debía hacer expresaba que “sobre el río de San Juan y el gran una escala ahí.
Lago no iluminan los rayos del sol otra bandera que la costarricense”.10
Por tanto, se concibió un ardid para capturarlo, con tropas localizadas en varias posiciones, incluido un grupo de A pesar de lo manifestado por ambos líderes políticos, soldados disfrazados de filibusteros, que ocupaban el por maniatado y casi asfixiado que estuviera al perder los área más visible, como lo era la explanada del fuerte.
dominios del río San Juan, Walker no iba a dejar expirar su proyecto esclavista. Por el contrario, vendería a un En efecto, como no había nada de qué sospechar, el muy alto precio su prevista debacle.
vapor “hizo una señal sonando la válvula dos veces” y se le respondió, por lo que fondeó en las cercanías del LA TRINIDAD COMO EL “TALÓN DE AQUILES”
muelle. Pronto se le acercó un bote “con dos extranjeros bien aleccionados y mejor pagados”, uno de los cuales Mientras esto ocurría, Walker y su ejército principal era el inglés Charles Stewart —un inglés muy conocido permanecían en tierra, enfrentados a la coalición de los por los filibusteros, pues tenía una posada en el Castillo ejércitos centroamericanos, lo cual había ocurrido desde Viejo, pero había decidido unirse a nuestras filas—, noviembre de 1856.
quien recogió al teniente y al médico filibusteros. Hecho esto, cuando el San Carlos ingresó en el río, desde un Por ejemplo, después de la incursión del general recodo se le atravesó el Ogden, comandado por Spencer, José María Cañas en San Juan del Sur —tras lo cual con 25 hombres y dos cañones en su poder, y lo conminó sobrevendría la tragedia del bergantín Once de Abril—, él a rendirse. Reacios a hacerlo algunos filibusteros, pronto y su tropa tuvieron una confrontación con los filibusteros se percataron de que desde el fuerte dos inmensos en Rancho Grande, en alianza con una fuerza de unos cañones de 24 —es decir, que disparan balas de 24 libras 300 nicaragüenses; el primer día el enemigo reculó ante de peso— apuntaban al vapor, mientras que en la ribera el ataque, pero al día siguiente hubo un enfrentamiento, había unos 200 rifleros dispuestos y listos para disparar.
tras el cual fue Cañas quien retrocedió hacia San Juan del Sur, después de que muchos de los nicaragüenses se Fue así entonces cómo, con la captura del vapor San desbandaron. Además, en días posteriores los ejércitos Carlos, se completaron los elementos de la estrategia aliados desalojaron a Walker de León, y lo forzaron a previamente concebida, y todo se logró —aunque replegarse hacia el sur, entre Masaya, Granada y Rivas.
parezca mentira—, sin disparar un solo tiro y sin pérdida Acosado fuertemente en Masaya, lo derrotaron ahí, y de vidas entre nuestros compatriotas. Al concretarse esto, se dirigieron a Granada, pero Walker ordenó al coronel el general Mora emitió una palpitante proclama, que se Charles Frederick Henningsen quemar la ciudad, lo cual iniciaba con las siguientes palabras: “Centroamericanos: no titubeó en hacer.
El venero que daba la vida a la siempre renaciente hidra del filibusterismo está cortado. Todos los vapores de que 10 Boletín Oficial, 14-I-1857, No. 257, p. 1.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Asimismo, ante la quema de Granada, que era donde efectuaran una inspección. Ésta demoró muchísimo, por estaba su cuartel, desde mediados de diciembre Walker lo que no fue sino hasta las once de la noche que hubo se acantonó en Rivas, que él conocía como la palma noticias: todo estaba en orden, y los tiroteos se debían a de su mano. Por su parte, a fines de enero de 1857 los que la tropa ahí estacionada había estado practicando al aliados habían hecho lo propio en el puerto lacustre de tiro.
San Jorge. Ahí debieron soportar cuatro embates del enemigo: uno recién establecidos ahí, dos en febrero y Anclado el vapor frente al estero del Colpachí, ahí uno el 16 de marzo, este último conocido como el de “la pernoctaron Blanco y su gente, y a las cuatro de la cuaresma”, por la fecha; ellos lograron salir victoriosos madrugada avanzaron hasta La Trinidad, donde los en todos.
sorprendió la alborada. Al descender, lo que hallaron fue decepcionante: “un callejoncito formado por dos No obstante, aunque las circunstancias fueran tan trincheras de vástago de plátano en veinte varas de adversas para Walker tanto en tierra como en el río San largo por tres de ancho, el piso, un lodazal que sube del Juan, aún conservaba tres factores a su favor: el continuo tobillo; enfermos, muchos, y los que no lo están, parecen y copioso financiamiento de individuos y sectores de los cadáveres ambulantes” (Korte, 2017).
estados esclavistas sureños de EE. UU., la permisividad de su gobierno, y la ausencia del ejército costarricense en Molesto y preocupado, de inmediato dio instrucciones el importantísimo puerto de San Juan del Norte.
para levantar un rancho, ejerció de médico empírico,
“aunque de medicina sé tanto como un caballo de Ahora bien, atentos a lo que intuían que podría sobrevenir decir misa”, y ordenó que el Ogden se desplazara hasta en el río San Juan, y encabezados por el general Mora los Muelle “a traer tropa de refuerzo y provisiones”; no batallones de vanguardia y retaguardia, los nuestros se había médico, pues, de los dos asignados a la expedición dedicaron a prepararse para enfrentar y resistir cualquier militar, Bastos permanecía en el Castillo Viejo y Cruz arremetida filibustera. Esto no era tan difícil de lograr Alvarado Velazco en el fuerte de San Carlos. Tan mal si estaban parapetados en las sólidas edificaciones del estaban en cuanto a alimentación, que al día siguiente Castillo Viejo y el fuerte San Carlos, pero La Trinidad Blanco consignaba en su diario que “hoy solo se han era el “talón de Aquiles”, pues todo cuanto había ahí era comido guineos verdes, uno por ración, y frijoles muy unas pocas casuchas o ranchos.
picados, y sin una gota de sal. Los soldados solicitan permiso de ir a buscar palmitos”; el palmito corresponde En efecto, en la madrugada del jueves 14 de enero se al muy apetitoso meristemo o cogollo de la palma recibió la noticia de que habría una contraofensiva Iriartea deltoidea.
filibustera, con un batallón de 300 soldados, a bordo del Rescue, un viejo y averiado vapor que permanecía En relación con esto último, cuesta entender por qué, si abandonado en la rada de San Juan del Norte, y que ellos se estaba en el territorio nacional y en el río Sarapiquí se habían empeñado en reparar.
no había presencia del enemigo, a la tropa estacionada ahí desde tres semanas antes no se le había reforzado y Por tanto, ya a las dos de la madrugada Blanco partía suplido desde el interior del país con suficientes vituallas, en el Ogden, junto con varios oficiales y 20 soldados.
medicinas, uniformes, cobijas, tiendas de campaña, etc.
Llegados a las seis de la mañana al Castillo Viejo para aprovisionarse, a las tres de la tarde recalaron en el estero Cabe acotar que aún en esos días la ruta de Sarapiquí del Colpachí. Nomás aproximándose a este punto, de tan era por la que se enviaba el correo a San José, como malos recuerdos, desde un bote que navegaba cerca de lo manifiesta Blanco en su diario. Se podría suponer la otra ribera, a gritos les advirtieron que no fueran a La que ello tal vez había obedecido a lo demorado de las Trinidad, pues al mediodía se habían escuchado disparos comunicaciones con la capital, pues cuando el Ogden de fusiles y de cañón. Por tanto, ante la sospecha de la arribó a Muelle —enviado por Blanco—, ya había ahí presencia de filibusteros ahí, Blanco envió a un oficial y 250 combatientes, enviados al mando del coronel Pío dos soldados en bote hasta kilómetro y medio antes de La Fernández. Eso sí, llegaron sin provisiones, lo cual Trinidad, para que desde ahí penetraran en la montaña y complicó las cosas en términos logísticos. Para paliar 93
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) esta emergencia se compraron cinco novillos, traídos poco después de establecerse en La Trinidad, Blanco desde Muelle por ocho hombres —en una travesía de había enviado a un oficial y unos pocos soldados a San cinco días, vadeando ríos crecidos—, así como una gran Juan del Norte a efectuar indagaciones. Dos días después cantidad de plátanos a un individuo apodado Petacas o ya se sabía que el ataque era inminente, lo cual fue Petaca, la cual permitió alimentar a la tropa por dos días.
corroborado por varios informantes que, provenientes de dicho puerto, transitaban por las proximidades de Al leer el diario de Blanco, pareciera colegirse que a La Trinidad. Por consiguiente, Blanco se dispuso a este nicaragüense, cuyo nombre era Felipe Mena, se le acondicionar bien el sitio, mientras aumentaban de pagó en efectivo y de inmediato. No obstante, pudimos manera imparable las cantidades de enfermos y de localizar un documento en el Archivo Nacional, el cual deserciones.
revela que ello no ocurrió sino un año después.11 Dice así: “Son data doscientos diecinueve pesos satisfechos Bajo torrenciales e incesantes aguaceros, tanto llovía a los Sres. Felipe Mena y Leandro Mena, por útiles y en esos días, que Blanco había acotado que “hoy el víveres que suministraron a la tropa que se hallaba en el campamento es una laguna”, el viernes 16, mientras punto de la Trinidad y por el valor de un bongo [canoa]
que en días sucesivos comentaba que “sigue la lluvia y con su correspondiente cadena y ancla de hierro, de este la tropa está a la intemperie. Hoy, enorme creciente del modo: al primero noventa y nueve pesos; y al segundo Sarapiquí y el San Juan hasta mandarnos al extremo de ciento veinte pesos, según el comprobante marcado con meterse el agua por la boca de los cañones y obligarme el número 64. = [¿Martín?] Echavarría”. El hecho de que a descargarlos”, así como “sigue la lluvia, por lo que el aparezcan sus firmas en el expediente, demuestra que trabajo no puede adelantarse como se quiere”, a la vez incluso tuvieron que viajar hasta la capital para que les que “se comienza a empapar el rancho y falta la palma saldaran la deuda.
[para el techo]”, hasta llegarse al punto de que a tres de sus hombres que venían en una balsa por el Sarapiquí, Es oportuno un paréntesis, para referirse a Felipe Mena,
“les ha costado mucho trabajo atracar aquí porque el río pues tuvo otro gesto loable con nuestras tropas. En está grande”. En síntesis, agua, agua y agua por todas efecto, cuando la balsa arrastrada por la corriente del río partes.
San Carlos el viernes 19 de diciembre quedó al garete en el San Juan, tanto avanzó —con el riesgo de delatar a nuestros soldados— que, por fortuna, recaló en la LA FEROZ CONTRAOFENSIVA FILIBUSTERA
ribera derecha del río, cerca del rancho de Mena, quien No es del caso relatar aquí los pormenores de la angustiosa la mantuvo escondida entre la vegetación ribereña, para espera en La Trinidad, pues el lector interesado puede después entregarla a los nuestros, con los dos cañones, consultarlos en Korte (2017), sino más bien captar el las otras armas y la ropa que portaba. Su rancho se contexto en que debieron hacerle frente al enemigo, en localizaba después de La Trinidad, según los testimonios condiciones fluviales por ambos flancos, en las que no se del capellán Brenes y del oficial anónimo varias veces tenía experiencia alguna.
mencionado (Korte, 2017), lo cual significa que la balsa transitó frente a La Trinidad, pero quizás de noche, lo En realidad, para lo que estaba por venir, de poco serviría cual evitó que la vieran los filibusteros ahí presentes. Una la astucia harto demostrada por Blanco en semanas pregunta que subsiste es cómo sabía Mena que la balsa previas. Sería un combate frontal e inmisericorde, a era nuestra, si para entonces se ignoraba por completo fuego cruzado, en el cual vencería el bando que tuviera que nuestro ejército estaba en las proximidades del San mayor poder destructivo.
Juan.
Eso sí, lo que Blanco ignoraba es que tendría que Ahora bien, para retornar a los preparativos ante el enfrentarse no solo al teniente coronel Samuel A.
esperado ataque de los filibusteros, con el fin de conocer Lockridge y sus soldados, que venían a bordo del de primera mano acerca de sus planes, ya el viernes 16, recién restaurado vapor Rescue, sino que también a un batallón adicional de 180 soldados, comandados por el 11 Archivo Nacional- Hacienda- 12340, No. 78, folio 29, 15-I-1858.
coronel Henry Theodore Titus. Este contingente había 94
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) arribado en el Texas, un buque procedente de Nueva de Nicaragua y la otra con vista a la ribera derecha Orleans, el cual había fondeado en San Juan del Norte el del Sarapiquí—, el estado de tensión se mantenía. Por 4 de febrero, y además traía ocho cañones y abundantes ejemplo, el lunes 2 de febrero Blanco anotaba que víveres (Walker, 1975). Esto revela cuánto apoyo recibía
“amanece lloviendo y nosotros siempre en alarma Walker de los esclavistas de su país, quienes estaban aguardando a los filibusteros”. Además, dos días después dispuestos a pagar cualquier precio con tal de salvar su acotaba que “seguimos aguardando a los filibusteros, los ambicioso proyecto geopolítico.
cuales, según noticias, están a nuestras puertas; pero no tenemos ni un bote para explorar el río”. Asimismo, una A propósito de navíos, es pertinente una digresión para semana después, el martes 10, insistía, al expresar que indicar que, por sus características de vapor oceánico, el
“el enemigo sigue fortificándose impunemente pues, Texas no podía ingresar en las aguas del río San Juan, a causa de no tener nosotros embarcación alguna para que sí eran aptas para vapores que, aunque pequeños, pasar el río, no podemos ni molestarlo”. Al respecto, podían transportar unas 200 personas, más sus equipajes llama la atención que —aún a riesgo de perderlo por y la carga. Estos últimos vapores eran de fondo plano y un ataque del enemigo—, el general Mora no destinara sin quilla, además de que funcionaban con propulsión uno de los vapores para que, de manera preventiva, se trasera, todo lo cual les impedía navegar en el mar; es mantuviera localizado poco antes de La Trinidad, para por esto que la Compañía del Tránsito debía traerlos disuadir a los filibusteros e impedir su avance, tanto por desarmados, para ensamblarlos en San Juan del Norte.12
agua como por tierra.
Para retornar a la expectación que se padecía en La Fue a la una de la tarde del viernes 6 que el vapor Rescue Trinidad, en un ambiente de gran tensión e incertidumbre, se apostó frente a La Trinidad, y así “principió el enemigo de manera regresiva nuestros combatientes contaban las sus fuegos de artillería, rompiéndonos la casa principal; horas —ya no semanas ni días— en que se apostaría el les contestamos y se empeñó el combate”. Es decir, hubo vapor Rescue frente a la punta de La Trinidad, con el intercambio de cañonazos, pero el vapor se alejó cuando objetivo de bombardear las endebles casas y ranchos del un escuadrón de 50 hombres al mando de Desiderio campamento, asaltar el sitio y apoderarse de él.
Selva empezó a dispararle desde la ribera izquierda del Sin embargo, es pertinente indicar que los filibusteros no río, donde Blanco lo había estacionado, en previsión de buscaron un ataque frontal al inicio, sino que, precavidos, un ataque. Sin embargo, dicho escuadrón después debió primero tantearon cómo estaban las condiciones para cruzar fuego con un destacamento de filibusteros que conocer la posible reacción de los nuestros ante una antes había descendido del Rescue, avanzado por tierra y confrontación formal, y que su arremetida fuera exitosa.
acantonado casi frente a La Trinidad. Aunque Blanco no Fue por ello que, el miércoles 28 por la mañana, el indica cifra alguna, señala que “en este día los filibusteros Rescue se había acercado, pero sin llegar frente al tuvieron más pérdidas que nosotros”; no obstante, dicho campamento, sino que permaneció oculto en alguna de comentario denota que esta fue la primera confrontación las curvas del río cercanas a La Trinidad. En palabras de fluvial en la que murieron combatientes nuestros, pues Blanco, “la detonación de un cañonazo sobre nosotros, no los había habido en Sardinal ni en la primera batalla me hizo conocer que se aproximaba un vapor de guerra de La Trinidad.
rompiendo las hostilidades” (Korte, 2017). Acto seguido, En realidad, aunque por un factor táctico el enemigo
“continuó un cañoneo de parte de los filibusteros, pero reculó, ya no se movería más de ahí. De hecho, en un no nos ofendían sus balas; mandé hacer una descarga de recodo del río, como a kilómetro y medio de La Trinidad, nuestros cañones, más bien para limpiarlos y por decirles establecieron un campamento o centro de operaciones,
« aquí estamos» que por hacerles daño, en razón a la que ellos llamaban Fort Anderson (Korte, 2017); con distancia. Ellos se retiraron”.
este nombre se honraba al coronel Frank Anderson, En los días subsiguientes, mientras se mejoraban las notable comandante filibustero.
trincheras del campamento —una frente al territorio Ellos dieron una tregua de día y medio a los nuestros, 12 Información aportada por Werner Korte.
y poco antes del mediodía del domingo 8 de febrero 95
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) efectuaron una nueva incursión, “con un vapor armado destructiva contra instalaciones del campamento, lo cual
[el Rescue] con artillería y una columna por tierra lograron de manera parcial; las palanquetas usualmente como de 400 hombres”; es pertinente indicar que esta se empleaban para derribar mástiles de barcos o provocar aseveración aparece casi idéntica en el diario del capellán serios daños en estructuras terrestres.
Brenes. Blanco, quien disponía de apenas 120 hombres, tres cañones, 15 balas de cañón y no tanta munición para Es pertinente destacar que los cañonazos procedían de la los rifles, dio la orden de economizar pólvora, y tirar ribera izquierda del río —del llamado Punto Cody por solamente si se tenía plena seguridad de acertar y matar.
los filibusteros— y no del Rescue; esto obedeció a que el Aunque el enemigo disparó, “no se nota gran empeño coronel Chatham R. Wheat había capturado dos cañones en derrotarnos, y creo que su objeto es inspeccionar mi de los costarricenses, dejados ahí por el oficial Desiderio posición para algo más formal después. A las dos horas Selva, además de que había elaborado proyectiles se retiraron”.
para éstos. El hecho de que Blanco no mencione la participación del Rescue, sugiere que una de las cosas Hay un hecho que amerita ser relatado, y es que, según que aprendieron los filibusteros de sus ejercicios militares Blanco, el miércoles 11 arribó a La Trinidad, procedente previos fue que era mejor no exponer su único vapor a del fuerte de San Carlos, un vapor conducido por los cañonazos de los costarricenses, y mantenerlo un Francisco Alvarado, el mayor conocedor de todos los poco alejado del teatro de los acontecimientos. Según recodos del río, desde La Trinidad hasta San Juan del Korte (2017), en La Trinidad había varios cañones Norte; del diario de Herrera (1956) se colige que era el grandes, que, de haber sido bien utilizados, podrían haber Bulwer. Él traía 50 soldados, con la orden de sumarlos destruido el Rescue, pero los filibusteros se empeñaron a 50 aportados por Blanco, “con orden de atacar a en mantener un denso fuego de rifles para impedir que los filibusteros” (Korte, 2017). No obstante, ambos los artilleros costarricenses pudieran hacer uso de las consideraron insensato “que 100 hombres que llegan piezas.
por dentro de la montaña, puedan asaltar a 700 que se hallan bien atrincherados”, por lo que desecharon Las acciones se incrementaron poco a poco conforme la idea. Obviamente, ya era muy tarde para desalojar avanzó la mañana. Mientras surcaban el aire abundantes de las riberas del río al enemigo. Cabe acotar que el balas desde la ribera izquierda del San Juan, Blanco Bulwer retornó al fuerte de San Carlos el viernes 13 por ordenó disparar de manera comedida los fusiles y la la madrugada, e informó que los filibusteros “se están metralla de los cañones, para economizar sus escasas fortificando en las inmediaciones de La Trinidad. Se oye, municiones. Sin embargo, todo empezó a complicarse dicen, el golpe de las hachas en la montaña” (Herrera, aún más cuando, unas horas más tarde, un batallón 1956).
filibustero avanzó desde el San Juan y por la ribera derecha del Sarapiquí, para disparar desde ese flanco Por una infeliz coincidencia, más o menos a la misma contra los nuestros, que respondieron con balas y hora ocurría el despiadado desenlace. En efecto, entre la metralla, pero el poder de fuego del enemigo era cerrada oscuridad, a la que se sumaba una densa neblina, mucho mayor. Curiosamente, Blanco no menciona la a las cinco de la mañana del viernes 13 —día en que presencia de una barcaza que portaba cañones, pues los Titus celebraba su cumpleaños 34— en el paraje de filibusteros tenían “una chata armada con artillería”; ésta La Trinidad se oyó un disparo de fusil, como ominoso fue observada días antes por un emisario que él envió a preludio de lo que estaba por venir.
espiar con la ayuda de un catalejo, desde el único bote que tenía.
Alertadas nuestras tropas y llamadas a combate por Blanco, casi de inmediato sobrevino una lluvia de Es oportuno aquí un paréntesis, para referirse a balas, que Blanco calculó en unas 400 o 500, a las algunos aspectos hidrográficos que permiten entender que se sumaron tres cañonazos con palanqueta. Esta mejor cuán eficaces podían ser los disparos de ambos última consistía en dos balas de cañón soldadas a un bandos. Al respecto, Blanco indica que el río Sarapiquí trozo de metal, o dos mitades de bala unidas por una tenía entonces una amplitud de unos 90 m cerca de su cadena (Korte, 2017), para así aumentar su capacidad desembocadura, en contraste con los casi 180 m que 96
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) alcanza en la actualidad; es decir, hasta hoy su cauce se recibió la respuesta de don Juanito, quien le manifestó ha duplicado en ese punto, debido a la erosión de ambas que “todo es de mi aprobación. Usted ha actuado riberas. Asimismo, es de suponer que algo análogo ha conforme lo demandaban las circunstancias. Nada ha ocurrido con el San Juan a lo largo del tiempo, cuya perdido usted de la misma opinión que siempre me ha amplitud actual es de 197 m poco antes de La Trinidad, merecido”. Además, conocedor de la muy delicada y y de 214 m poco después de dicho punto. En relación riesgosa tarea encomendada a Blanco, agregaba que con los rifles de nuestros compatriotas, el fusil de chispa
“desde que supe lo indefenso del punto [La Trinidad] por tenía un alcance eficaz de unos 100 m, mientras que el del su mala situación, esperé que no podríamos defenderlo Minié P-53 era de 300-500 m. Esta última cifra también contra fuerzas superiores”.
es válida para el rifle Mississippi, en manos de los filibusteros, aunque también en las de los costarricenses, Para concluir esta sección, poco antes de abandonar La pues en diciembre se habían incautado 400 rifles de estos Trinidad y mientras aún había luz, Blanco envió tres al vapor Virgen.13
emisarios a pie, para que fueran a topar un vapor que vendría con refuerzos, de modo que no cayera en manos Para retornar a la batalla, fue una debacle. En clara del enemigo. Al respecto, según el diario de Herrera inferioridad de soldados y de armas, era imposible (1956), quien por entonces estaba en el fuerte de San defender el campamento, al punto de que “a las dos Carlos, sin saber que el bastión nuestro había caído, “se de la tarde ya el enemigo, con su artillería, nos había fue el Bulwer. Lleva órdenes para el comandante de La echado encima las casas”. Por tanto, sin siquiera dónde Trinidad para atacar inmediatamente a los filibusteros”.
poder albergarse, dos horas después Blanco reunió a Sin embargo, en el diario de Montes de Oca se especifica sus oficiales, y en conjunto acordaron aprovechar la que el general Mora envió al inglés Cauty en el vapor oscuridad para replegarse hacia el interior del país.
Morgan para auxiliar a Blanco, y que unos 5 km antes Mientras llegaba la noche, racionaron las municiones y de La Trinidad se lo toparon los emisarios de Blanco, dispararon, pero tan solo para hacerle creer al enemigo quienes le narraron la situación, por lo que pudieron que ahí estaban, y que al día siguiente reanudarían devolverse a tiempo (Obregón, 2007). Es curioso el fuego. Lo más sorprendente es que, a pesar de tan que Herrera anote que el domingo 15 “ha venido el nutrido fuego de parte del enemigo, en nuestras filas Morgan con la noticia siguiente: no llegó el vapor ni a hubo apenas siete muertos y once heridos, dos de ellos La Trinidad”, lo cual sugiere que se equivocó en cuanto de gravedad.
al dato previo, al consignar al Bulwer como el vapor enviado el viernes 13.
Blanco y su tropa recularon hacia Muelle. En total oscuridad, y sin saber por dónde avanzar, como guía se valieron del único novillo que tenían reservado para EL DECISIVO TRIUNFO EN EL CASTILLO VIEJO
alimentarse. Apenas medio durmieron, en plena montaña, Tras una victoria casi espectacular, lograda en menos de temerosos de ser perseguidos por los filibusteros. Para un día, con el ansiado bastión de La Trinidad ya en su empeorar las cosas, a la noche siguiente el novillo fue poder, los filibusteros percibieron que la recuperación de devorado por un felino, quizás un jaguar ( Panthera onca) la muy estratégica vía del Tránsito sería asunto de pocos o un puma ( Puma concolor), por entonces comunes en días. Por tanto, “a la mañana siguiente, Titus remontó el la zona.
río con unos 140 hombres en el pequeño vapor Rescue, Una vez en Muelle, Blanco escribió mensajes para don con el objeto de atacar el Castillo [Viejo]” (Walker, Juanito Mora y el ministro de Guerra, el coronel Rafael 1975).
Escalante Nava. Dolido y derrotado, manifestaba su Para conocer lo acontecido ahí, por fortuna, el varias disposición de afrontar las consecuencias legales y veces citado capitán Montes de Oca, quien era el militares de haber abandonado su posición. Dos días comandante de esa fortaleza, nos legó un recuento —
después, cuando ya iba en camino hacia la capital, aunque no tan detallado como el diario de Blanco— de los sucesos de esos días (Obregón, 2007).
13 Los datos hidrográficos fueron aportados por el geógrafo Nelson Arroyo, y los de armas por Werner Korte.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) Con tanta celeridad deseaban los filibusteros recobrar lo mientras que decenas de filibusteros desembarcaban y perdido, que el lunes 16, apenas tres días después de la disparaban, hasta tomar las instalaciones de la Compañía batalla de La Trinidad, el vapor Rescue se apostaba frente del Tránsito y el Hotel Nicaragua, perteneciente a John al Castillo Viejo. Para peores, en ese momento —por Edward Hollenbeck, estadounidense de origen alemán.
diversas circunstancias—, había apenas 22 combatientes Como estos edificios estaban al pie de la loma donde se nuestros en el sitio, con lo cual la derrota era inevitable.
asienta el fortín (Figura 17), les permitía refugiarse ante cualquier ataque de los compatriotas nuestros para, poco Ese día, para romper fuegos, el Rescue lanzó un cañonazo a poco, escalar hasta la fortaleza.
que, por fortuna, pasó por encima de la fortaleza, Figura 17. Instalaciones de la Compañía del Tránsito, al pie del Castillo Viejo.
Es preciso hacer una digresión, para indicar que antes entregó fósforos a dos soldados, para que les prendieran había ocurrido un hecho de suma importancia. En efecto, fuego oportunamente y retornaran de inmediato a su la víspera había llegado Cauty en el vapor Morgan, tras trinchera.
su fallido intento de auxiliar a Blanco en La Trinidad, y le ofreció a Montes de Oca quedarse ahí. Éste lo acogió de Montes de Oca narra que, una vez que los filibusteros inmediato, le asignó 12 soldados y un cañón. Asimismo, se congregaron en las instalaciones de la Compañía del en el Morgan envió hacia el fuerte de San Carlos a Tránsito, Cauty les disparó metralla con un cañón, a algunos residentes locales —incluidos Hollenbeck y apenas unos 10 m de distancia, por lo que “fue terrible el su esposa Elizabeth Hatsfeldt, que se identificaron con destrozo y los que quedaron trataron de ampararse detrás nuestra causa—, para no exponerlos al peligro. Hecho de las casas, de donde se les hacía un fuego mortífero de esto, como en el muelle estaban los vapores Scott y
[desde] el Castillo” (Obregón, 2007).
Machuca —ambos averiados, pero que los filibusteros Aunque la secuencia de acciones no está clara en su podrían reparar—, ordenó colocarles zacate seco y leña relato, al parecer, para entonces ya se había ejecutado impregnados con alquitrán y aguarrás, para incendiarlos la orden de incendiar los vapores averiados. Dicho acto tan pronto como el enemigo desembarcara; además tuvo otras consecuencias imprevistas, pero positivas.
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Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) En efecto, al verlos comenzar a prender fuego, los En efecto, al mediodía del miércoles 18, desde la filibusteros corrieron a sofocar las llamas, lo cual espesura cercana a la fortaleza, se escuchó una fuerte lograron con el Scott, pero a un alto costo en vidas, pues voz en inglés, ante lo cual Montes de Oca le solicitó a desde el fuerte les disparaban. Fue entonces cuando, al Cauty traducir lo que decían. Se trataba de que levantara percatarse de lo que hacía el enemigo, el valiente Cauty una bandera blanca, en señal de paz momentánea, lo se arrastró de manera temeraria, a pesar de los balazos, cual también hizo el enemigo. Él aceptó. Durante esa hasta un poste donde estaba sujetado el Machuca, y le breve tregua, Montes de Oca y el temible Titus se vieron soltó la cadena, para que la corriente del río lo arrastrara cara a cara, en presencia de Cauty como traductor. El hacia el recién apagado Scott. Aunque los filibusteros mensaje de Titus era tajante: le concedía un plazo de pudieron liberar éste para que las llamas del Machuca apenas media hora para rendirse. Para amedrentarlo, no lo alcanzaran, tomó rumbo aguas abajo y se atascó argumentaba que “ya le había llegado artillería capaz de entre unas piedras, a unos 40 m, por lo que era posible echar a tierra el Castillo”. Montes de Oca sospechó que dispararles desde la fortaleza.
más bien se trataba de una treta de Titus para esperar más hombres y pertrechos, y para que su tropa pudiera Por su parte, el Machuca quedó al garete, pero la pernoctar en una casa de la Compañía del Tránsito que corriente lo llevó “casi debajo del corredor de la casa se había librado del fuego, para así dejar de dormir en la de la Compañía, la cual era de tejamaní y las llamas montaña y bajo la inclemente lluvia.
muy pronto se comunicaron y poco después todos los edificios ardían furiosamente”; es oportuno señalar que Es oportuno destacar que, días antes, al percatarse de su el tejamaní o tejamanil corresponde a tablitas parecidas a situación desventajosa, Montes de Oca había solicitado tejas, casi siempre de madera de pejibaye. Aterrorizados ayuda al general Mora, para lo cual de manera subrepticia por las indetenibles llamas, los filibusteros se refugiaron envió un bote al fuerte de San Carlos, tripulado por en las montañas de los alrededores. Tan voraz fue el tres soldados, para comunicar esta necesidad. Apenas incendio, que “todo amaneció en cenizas”, en palabras le fue posible, Mora despachó el vapor Morgan, con de Montes de Oca.
62 refuerzos, municiones y víveres. No obstante, se mantuvo aguas arriba, un poco alejado de la fortificación, En síntesis, a pesar de la desproporcionada desventaja por consejo de Montes de Oca, quien también le había inicial en hombres y en poder de fuego, los pocos indicado que enviara un bote a dar una señal una vez que combatientes nuestros habían sacado la faena, gracias el Morgan llegara al punto convenido.
también al fortuito incendio de las instalaciones de la Compañía del Tránsito. Con tan favorable saldo bélico, Para retornar al parlamento entre Montes de Oca y Titus, es de suponer que Montes de Oca pecó de ingenuo el primero le indicó “que tenía todo lo necesario para pues, al creer que los filibusteros habían huido, tomó las sufrir el sitio por mucho tiempo” pero que, aún en caso cosas con calma. De hecho, temprano al día siguiente, de no estarlo, necesitaba la autorización del general Mora el martes 17, dispuso enterrar a los dos muertos que para entregar el Castillo Viejo. Titus accedió a concederle hubo en nuestras filas y ordenó destazar una vaca, para un plazo de 12 horas, pero Montes de Oca solicitó 24
el almuerzo.
horas para tenerle una respuesta, confiado en que era un plazo suficiente para recibir el auxilio del general Mora.
Sin embargo, no habría tal almuerzo, pues no Con esto, los filibusteros pudieron pernoctar en un lugar habían terminado de desmembrar la res, cuando los abrigado la noche de ese miércoles.
sorprendieron abundantes disparos de fusil desde un promontorio vecino —conocido como la loma de Cerca de la medianoche, desde la atalaya de la fortaleza Nelson—, localizado a unos 80 m. Tan profusa fue la el centinela captó un bote aguas arriba, el cual emitía balacera que “ya nadie podía sacar un sombrero sin una señal luminosa, al rotar la nave para que se vieran que fuese atravesado de un balazo: estábamos sitiados sus respectivas luces de proa y popa. Dubitativos y lo peor era que no podíamos ver al enemigo, porque todos, Cauty sí interpretó de forma correcta esa señal, estaba cubierto con el monte”. Y tan adversa situación pero transcurrieron los minutos y las horas sin que el persistiría por más de un día.
vapor Morgan apareciera. En medio de gran tensión 99
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) y expectación, se llegó a pensar que, por un problema En cuanto a estos fugitivos, Montes de Oca acota que de incomunicación, al no haber respondido de alguna
“el vapor filibustero no los llevó a San Juan y solo pudo manera esa señal del bote, los emisarios habrían supuesto salvarse el coronel Titus”, quien “supo esconderse bien, que el fortín estaba en manos filibusteras, y entonces se pues nuestra gente que lo persiguió no lo pudo encontrar habían alejado.
y fue el único que se escapó”. En realidad, esto no es verídico, pues se sabe que huyeron muchos enemigos.
La angustiosa y asfixiante espera se prolongó hasta Aún más, Montes de Oca afirma que, con sus acciones, el alba, y no había visos de que mejorara, con lo cual
“les había quitado unos 400 hombres”, al ejército quedaría sellada la suerte de los nuestros y el Castillo filibustero, la cual es una afirmación ambivalente, pues Viejo en manos enemigas. Sin embargo, a pesar de la sería cierta si es que hizo huir a esa cantidad de enemigos, desesperanza que sentían, todo viraría, y de manera pero no en cuanto a que ellos hubieran muerto, pues, si súbita.
no, no habría manera de explicar de dónde salieron los En efecto, al ser las nueve de la mañana, cuando se muchos filibusteros que se reagruparon poco después en disponían a almorzar, el silencio del entorno fue roto por el islote Providencia, frente a la boca del río San Carlos.
abundantes e incesantes disparos de fusil, que incluso Cabe indicar que la tropa estaba al mando de Lockridge, perforaron la tienda de campaña bajo la cual la tropa se y muy desmoralizada, según lo comenta Walker (1975), protegía del sol y la lluvia. Presa del pavor, su primera quien a su vez indica que “era tal la hostilidad que había reacción fue creer que los filibusteros habían violado contra Titus, que éste dejó el mando y se fue aguas la tregua pactada pero, en medio del desconcierto y el abajo, con ánimo de seguir hasta Rivas por Panamá”.
asombro, al ruido de las detonaciones se sumó el grito Se desplazó hasta allá en el vapor Rescue, y “al llegar a colectivo de “¡Viva Costa Rica!”, proferido por las San Juan del Norte, la insolencia con que habló a uno de entusiastas y clamorosas gargantas de los 62 combatientes los oficiales británicos fue motivo de que lo arrestasen que se desplazaban cuesta arriba —después de haber durante algunas horas”. Lo cierto es que hasta ahí llegó avanzado cuatro horas por la ribera del río—, para la infausta aventura guerrera de Titus en el río San Juan.
alcanzar la fortificación. Tanto se magnificó ese grito de Aunque tiempo después llegó a Rivas —como se lo guerra, que Montes de Oca acotó que “parecía que eran había propuesto— y presentó a Walker un informe de 500 hombres”.
lo ocurrido, éste no le creyó su versión de los hechos, Estupefactos y desconcertados, así como sin saber y poco a poco cayó en desgracia. Años después se cómo reaccionar ante la inesperada incursión de los involucraría en la Guerra de Secesión, en el bando de los nuevos y corajudos refuerzos, los filibusteros huyeron confederados o esclavistas, lógicamente.
despavoridos hacia donde primero pudieron. En Durante su extensa permanencia en el islote Providencia, realidad, salieron en una verdadera estampida hacia los Lockridge levantó algunos ranchos y barricadas, para bosques aledaños al río, donde “deben haber muerto de defenderse de cualquier ataque, así como para repeler hambre, pues en aquellas montañas no se encuentran a quien tratara de incursionar por el río San Carlos. La ni pacayas”, en palabras de Montes de Oca, quien elección de este islote como campamento fue una idea envió grupos de soldados todos los días, sin poder dar bien concebida pues, al poseer este punto, el ejército con ningún filibustero; por cierto, la alusión a pacayas filibustero tenía en su poder las bocas de los dos ríos por ( Chamaedorea spp.) es un poco irónica pues aunque los cuales podrían llegar refuerzos, pertrechos y víveres algunas producen cogollos comestibles, están lejos de al ejército nuestro, así como la correspondencia oficial, ser tan apetitosos como el del ya citado palmito, o de la tan importante en tiempos de guerra.
súrtuba ( Geonoma interrupta). Es oportuno destacar que Walker (1975) criticó la extraña actitud de los suyos, que Asimismo, Lockridge replanteó la estrategia mientras huyeron sin siquiera formarse una idea aproximada del esperaba más reclutas, al igual que abundantes armas y número de soldados costarricenses que, obviamente, era vituallas, que llegarían de vuelta con el Rescue, además bastante inferior al de los suyos.
de que ahora contaba con el vapor Scott, rescatado del fuego días antes. La estadía se prolongó por casi mes 100
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) y medio, pues abarcó el resto de febrero y todo marzo.
Para retornar al Castillo Viejo, llegado el día del ataque, Walker (1975) anota que la tropa estaba muy diezmada que estaba planeado para el jueves 2 de abril, la numerosa por deserciones y enfermedades, pero logró completar fuerza filibustera desembarcó de manera furtiva en las unos 400 soldados con la llegada de unos 130 hombres, inmediaciones de la fortaleza y escaló la loma de Nelson.
provenientes de Mobile (Alabama) y Texas, al mando de No obstante, narra Walker que desde ahí observaron William C. Capers y Marcellus French, respectivamente.
que los costarricenses habían limpiado la vegetación Entre los texanos había “muy buenos elementos”.
del perímetro y colocado obstáculos con troncos y piedras, los cuales dificultaban acercarse al fortín o, si Es decir, la situación no era nada optimista para nuestras se hacía, era muy peligroso hacerlo. Es decir, fue una fuerzas, por entonces a cargo de Cauty, pues a Montes de excelente táctica disuasiva pues, “después de reconocer Oca se le había nombrado comandante del vapor Virgen, la posición enemiga, Lockridge consideró imprudente con funciones en el lago de Nicaragua. Por cierto, con correr el riesgo de un ataque, y habiendo reunido a los suspicacia y determinación él hizo abortar un plan de principales oficiales para pedirles su opinión, todos Walker para tomar dicho vapor cuando, en el puerto de estuvieron de acuerdo en la conveniencia de retirarse sin San Jorge, 75 filibusteros bien seleccionados por Walker atacar al enemigo. Esta resolución era juiciosa, porque el dijeron que se rendían y solicitaron transporte hacia San resultado casi inevitable de un ataque a las fortificaciones Juan del Norte, con la aviesa intención de tomar el fuerte costarricenses habría sido una derrota”. Además, y así lo de San Carlos; en realidad, eran impostores y estaban reconoce Walker, tras aludir una vez más a la torpeza de armados con pistolas, por lo que se las decomisaron y se Titus, “el estado moral de la tropa de Lockridge no era les llevó a Tortuga, para que se internaran en el territorio como para empeñarla en una empresa azarosa”.
de Costa Rica (Obregón, 2007).
En realidad, Walker faltó a la verdad. El esfuerzo y la Conviene mencionar que en el diario del capitán Herrera preparación de los suyos habían sido tales, que no iban hay varias menciones de este pequeño puerto lacustre.
a desistir tan fácilmente de sus empeños. Lo cierto es De hecho, él mismo regresó a la capital a partir de que intentaron atacar la fortaleza y hubo cruce de fuegos, ahí, tras cruzar las haciendas Las Ánimas y El Pelón, pero pronto percibieron que nuestros combatientes la ciudad de Liberia y la hacienda San Jerónimo, para estaban muy bien preparados y los derrotarían. Así que, después tomar un bote en el puerto fluvial de Bebedero y decidieron alejarse, sabiéndose perdedores. Apátridas, navegar por el río Tempisque y el golfo de Nicoya hasta como eran muchos —Jiménez (2018) documentó que Puntarenas (Herrera, 1956).
entre los filibusteros había representantes de 34 países—, En realidad, esa fue la ruta que permitió el abastecimiento no tenían idea de lo que es el amor a un terruño, el cual de nuestras tropas, acantonadas tanto en el istmo de se defiende al precio de la vida misma; éstos no eran más Rivas como en el río San Juan, sobre todo cuando que mercenarios o “soldados de fortuna”.
las desembocaduras de los ríos Sarapiquí y San Juan Como síntesis de lo que parecía una victoria fácil en el fueron tomadas por los filibusteros. Al respecto, en el Castillo Viejo, pero que quedó arruinada gracias a la diario de Montes de Oca se menciona que desde ahí sabia conducción y preparación de Cauty, así como a se enviaba y recibía la correspondencia oficial, a la vez la bravura de nuestros combatientes, el propio Walker que se recogían víveres (Obregón, 2007); en cuanto reconocería que “aquella muchedumbre poseída de a estos últimos, es lógico suponer que provenían de pánico se creía perseguida de cerca por los costarricenses, Guanacaste. Igualmente, el capellán Brenes indica que y la desesperación de salvarse que cada cual tenía en una ocasión se le envió como emisario a la capital, y aumentaba el miedo de los demás” (Walker, 1975).
partió de ahí; en consecuencia, el gobierno despachó un batallón de 500 hombres, al mando del coronel Alejandro Es importante indicar que, en realidad, de este episodio Escalante Nava, quien en Tortuga fue recibido por su bélico se conoce muy poco de primera mano. Esto se hijo Clodomiro —de iguales apellidos—, por entonces explica porque, de las cuatro crónicas que existen sobre comandante del vapor Virgen (Korte, 2017).
los sucesos en el río San Juan, los diarios de Blanco y del oficial anónimo del batallón de retaguardia quedaron 101
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) truncos en febrero, mientras que el del capellán Brenes tres. Este fue el tercer encuentro armado ocurrido en La es un relato ininterrumpido y sin fechas, así como no Trinidad.
tan puntilloso como esos dos. Por su parte, el capitán Herrera no menciona del todo el ataque al Castillo Viejo, Superado este último obstáculo, Cauty remitió un aunque en esos días él estaba en el lago, a bordo del mensajero a Muelle, para solicitarles que enviaran vapor Virgen.
soldados a proteger el sitio, y avanzó con su tropa hacia San Juan del Norte. Por fortuna, se cuenta con un muy detallado informe de lo acontecido allá, gracias al propio LA DESBANDADA FILIBUSTERA
Y EL FINAL DE WALKER
Cauty, que aparece íntegro en Montúfar (2000).
Tras este nuevo y vano intento de tomar el Castillo Viejo, En él se capta que, aunque Cauty y su tropa iban con una es más que claro que los bríos por recuperar la vía del actitud confrontativa, dado que, por orden del general Tránsito se habían desvanecido. De hecho, al lamentarse Mora, “debía perseguir a los invasores y procurar que allí de tan onerosas como fallidas tentativas, Walker (1975) no pudieran volverse a organizar” (Montúfar, 2000), en diría que “si este esfuerzo y estos gastos se hubiesen hecho San Juan del Norte la situación era muy distinta, y hasta tres meses antes, los [norte] americanos habrían quedado favorable. En efecto, enterada la población —gracias a establecidos en Nicaragua de manera inconmovible”.
un informante— de que nuestros soldados se acercaban en plan de combate, al arribar a la bahía el vapor Así que, sin arrestos para continuar peleando, los Morgan fue rodeado por varios barcos británicos, con la filibusteros la emprendieron aguas abajo, hacia San
“intención de impedir un conflicto con los filibusteros Juan del Norte, a bordo de los vapores Rescue y Scott.
que ya se hallaban desarmados”, según le indicaron los Para empeorar las cosas, cuando el Scott se aproximaba ingleses a Cauty. En todo caso, éste avanzó e incautó el a La Trinidad, su caldera explotó, con un saldo de vapor Clayton, que estaba anclado frente al poblado.
unos 30 muertos, en tanto que otros 80 resultaron con quemaduras de diversa gravedad.
No obstante, y hecho esto, John Elphinstone Erskine, capitán del buque británico H.M.S. Orion solicitó a Es decir, todo iba de mal en peor para los filibusteros, y Cauty dialogar, pues él ya había allanado el camino ahora sí que la derrota era irreversible y definitiva. Por para poner fin al conflicto armado en el río San Juan. De tanto, enterados del nuevo fracaso del enemigo en el hecho, en días previos había interactuado mucho con los Castillo Viejo, una semana después, el jueves 9 de abril, filibusteros, entre quienes había criterios disímiles acerca una tropa nuestra encabezada por Cauty zarpó hacia de su futuro, pero la gran mayoría estaban enfermos, San Juan del Norte en el vapor Morgan, para asestarles heridos o hartos de pelear, por lo que anhelaban retornar el golpe final. Además del arrojo y compromiso harto a EE. UU. Fue así como el lunes 13, a bordo del citado demostrados en las batallas previas, Cauty tenía la navío (Figura 18), se firmó un acuerdo para repatriar ventaja de ser bilingüe, factor clave para negociar la a Lockridge y sus secuaces, de modo que pocos días rendición del enemigo.
después unos 350 filibusteros partieron en los vapores Tartar y Cossack. En una escala efectuada en el puerto Puesto que para llegar a San Juan del Norte era inevitable de Aspinwall o Colón, en Panamá, dieron una muestra pasar frente a La Trinidad, que aún estaba en poder de más de su conocido comportamiento, al provocar serios los filibusteros, se debía actuar con mucha discreción.
disturbios, con un saldo de numerosos muertos y heridos.
Por tanto, Cauty hizo desembarcar un comando un poco antes, para valor la situación. Por fortuna, al explorar el Es oportuno indicar que, mientras peleaba en tierra sitio notaron que en La Trinidad no quedaba guarnición contra los ejércitos centroamericanos, pues enfrentó alguna, y todo cuanto había eran cinco individuos que muy cruentas batallas en varias localidades, desde marzo habían huido de la tropa y se entretenían haciendo tiro al Walker y sus fuerzas se habían acantonado en Rivas, blanco. Aún así, opusieron resistencia, por lo que ocurrió como se indicó en páginas previas. Lo secundaban una breve escaramuza, como resultado de la cual uno Henningsen y el capitán John P. Waters. Aunque ahí se murió, otro fue herido, y quedaron prisioneros los otros le atacó, no se logró el éxito deseado. No obstante, como 102
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) consecuencia de las acciones bélicas en el río San Juan, el 23 de marzo, con un saldo muy desfavorable para ya no podía recibir soldados, pertrechos ni víveres por el éstos. Ante este fracaso, hubo una nueva arremetida el río San Juan, por lo que estaba sitiado, aunque confiaba 11 de abril, fecha seleccionada en conmemoración de la en que Lockridge tendría éxito en retomar el control del victoria costarricense de un año antes en dicha ciudad.
río.
Conducidos los ejércitos por el general Mora, quien en marzo había cruzado el lago hasta San Jorge para asumir Al clarear el domingo 5 de abril, Walker se enteró sus funciones, el ataque se prolongó por cuatro horas, del nuevo fracaso en el Castillo Viejo, ocurrido tres con el lamentable saldo de 80 muertos y 179 heridos, días antes. Sin embargo, aún así, contaba con unos debido a discrepancias de enfoque entre Mora y los jefes 600 soldados, y se empeñó en resistir la inminente de tres de los otros ejércitos.
embestida de los ejércitos centroamericanos, ocurrida Figura 18. El Orion, en el cual se pactó el retiro de los filibusteros.
Recuérdese que fue dos días antes que Cauty había por muchos de sus soldados y totalmente aislado, a navegado hacia San Juan del Norte para dar el golpe Walker no le quedaba más futuro que su capitulación, final, y que Lockridge el lunes 13 aceptó partir con enjuiciamiento y fusilamiento. Sin embargo, desvalido su gente hacia EE. UU. Es decir, Walker ignoraba y muy deprimido, le llegó una providencial y excelente esto, pero lo supo cuando los días transcurrieron y su noticia: la goleta de guerra St. Mary`s esperaba por él en aislamiento era absoluto. Fue entonces cuando los altos San Juan del Sur. Enviada por el gobierno de EE. UU., mandos de los ejércitos centroamericanos adoptaron la había fondeado ahí desde el 6 de febrero, y su capitán decisión de obligarlos a rendirse por hambre, para lo Charles Davis tenía instrucciones secretas para negociar cual distribuyeron panfletos en los que se informaba que, la rendición de Walker, la cual además fue muy sui a quienes se rindieran se les respetaría la vida y se les géneris.
transportaría de manera gratuita hacia EE. UU.
Como estaba muy deprimido, Walker delegó las Tan oportuna medida rápidamente provocó deserciones negociaciones en sus lugartenientes Henningsen y masivas en las filas filibusteras, de modo que, abandonado Waters, quienes tiempo después le llevaron excelentes 103
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) nuevas: se le respetaba la vida y ni siquiera se le entre Costa Rica y Nicaragua eran muy tensas, de lo cual enjuiciaría. Además, por solicitud suya, no debería se aprovechó Walker para apoderarse del Castillo Viejo rendirse ante Mora —en su condición de jefe supremo y capturar cuatro vapores, que le permitirían empezar a de los ejércitos centroamericanos—, sino ante Davis.
dominar el río; esto ocurrió el 4 de diciembre de 1857.
Finalmente, por una cuestión de honor, se le permitiría abandonar Rivas con espada y revólver al cinto. Tal fue Ante este panorama, el gobierno de EE. UU. envió a San su desfachatez, que incluso solicitó que le entregaran la Juan del Norte, con órdenes de intervenir, al Wabash y goleta Granada, lo cual le fue denegado.
al Fulton, buques de guerra bien artillados. El comodoro Hiram Paulding, del primero, despachó 350 hombres En realidad, cuesta entender que se le hicieran tantas aguas arriba, a la vez que apostó varios botes artillados concesiones, después del irreparable daño infligido a hacia un campamento instalado por Walker para esperar nuestros países, en los ámbitos humano, económico nuevos reclutas. Ante estas acciones, Walker debió y político. Esto le costó muy fuertes críticas al general rendirse el 12 de diciembre, y fue trasladado hacia EE.
Mora, por haber accedido a negociar en esos términos, UU. Llegado allá, su recibimiento fue apoteósico, tras lo pero él alegó que deseaba evitar un mayor derramamiento cual, mediante artilugios legales, sus influyentes aliados de sangre y un perjuicio aún mayor a la economía de lograron que Pauling fuera sancionado y suspendido nuestros países. Es evidente que se equivocó pues, aunque temporalmente, por haber capturado a Walker en aguas en efecto Walker abandonó Nicaragua, su intromisión en que no fueran las marinas. Asimismo, como esta vez la vida política de nuestros países no concluyó ahí. Por Walker no se libraría de ser enjuiciado, logró que se el contrario, en EE. UU. se le recibió como un héroe, le juzgara en un tribunal de Nueva Orleans, donde él especialmente en ciudades del sur, como Nueva Orleans.
y sus aliados tenían la influencia necesaria para evitar Y, como su aventura expansionista no debía fenecer, sino que fuera castigado; en efecto y, como era de esperar, más bien fortalecerse, tiempo después, tanto ahí como en en junio de 1858 se le absolvió de la acusación de haber Nueva York y Washington, empezó a acopiar fondos y violado la Ley de Neutralidad de EE. UU., lo cual fue reclutar soldados, para retornar a Centroamérica.
festejado con desfiles y celebraciones.
Para entonces, recién había dejado la presidencia Obstinado y megalómano, Walker no podía ni debía cejar el sureño y esclavista Franklin Pierce, pero fue en sus empeños expansionistas y, tras una pausa de dos reemplazado por su correligionario James Buchanan, años, el 9 de junio de 1860 zarpaba de Nueva Orleans, partidarios ambos del proyecto de la Federación Caribe, para reanudar su aventura. Esta vez lo acompañaban 92
mencionada al inicio de este artículo. Aunque debían mercenarios, quienes después de una escala en las islas mantenerse al margen del conflicto bélico provocado por de Roatán, en Honduras, se desplazaron hasta el puerto Walker, debido a la Ley de Neutralidad de 1818 (Arias, de Trujillo, donde saquearon casas y robaron dineros de 2007a), ambos fueron más que permisivos con él, por la aduana, los cuales pertenecían al gobierno británico.
razones obvias. Lo cierto es que bastaron siete meses Intimado por el capitán Norvell Salmon —de la fragata para que, esta vez desde Alabama y a bordo del vapor inglesa Icarus— para que se rindiera, aceptó hacerlo pero, Fashion, Walker volviera a Nicaragua, a la cabeza de apenas pudo, escapó. Esto desató una feroz persecución 270 filibusteros bien apertrechados.
de la fragata a lo largo de la costa, mientras que un grupo de soldados hondureños lo seguía mediante pequeñas Enterado de sus intenciones, don Juanito Mora embarcaciones. Localizado por fin en el río Tinto, fue emprendió una fuerte campaña diplomática junto capturado. El 6 de setiembre Salmon lo entregó a las con otros países centroamericanos, para presionar al autoridades de Trujillo, donde se le encarceló, enjuició gobierno de EE. UU., que se vio obligado a actuar. Por y condenó a muerte.
tanto, envió a San Juan del Norte la fragata de guerra Saratoga. Pero Walker la eludió de manera astuta, En la mañana del miércoles 12 de setiembre, mientras mediante botes pequeños, y así sus hombres pudieron era conducido a un sitio público, hizo gala de sus ingresar en el río San Juan. Lamentablemente, por malos habilidades histriónicas: avanzaba con un crucifijo en entendidos en cuanto a asuntos limítrofes, las relaciones su mano izquierda, al cual miraba absorto, a la vez que 104
Revista Comunicación. Año 44, vol. 32, núm. 2, julio-diciembre 2023 (pp. 59-107) un cura caminaba y rezaba a su lado. Asimismo, una AGRADECIMIENTOS
vez llegado al punto donde se le fusilaría, ya frente al pelotón, le pidió al sacerdote que repitiera en voz alta Dedico este artículo a la memoria de Olivier Araya Pie-que se declaraba católico e imploraba perdón. Tanta dra, sancarleño de nacimiento y sarapiqueño por adop-teatralidad no le sirvió de nada, pues muy pronto las ción, quien no solamente sabía labrar la tierra, sino que secas e implacables detonaciones de los fusiles acabaron también entonar con su guitarra patrióticas canciones, con su vida, algo que en realidad debió de haber ocurrido brotadas de su alma y de su mano; los ecos de su voz aquel 1° de mayo de 1857 en Rivas.
perviven tanto como los de las balas que un día liberta-ron a nuestra patria en La Trinidad.
CONSIDERACIONES FINALES
Agradezco a León Santana Méndez, Pedro Rojas Guz-Otrora desconocida y hasta temida por el hombre blan-mán y Vanessa Rodríguez Rodríguez, de la Municipa-co, varias circunstancias asociadas con la Campaña Na-lidad de Sarapiquí, su constante apoyo para efectuar cional de 1856-1857 hicieron que la vasta zona de bos-recorridos anuales por el río Sarapiquí, así como a Ed-ques primigenios delimitada por la Cordillera Volcánica gardo Vargas Jarquín y Fabián Vargas Hernández (Insti-Central y el río San Juan, se convirtiera en un escenario tuto Tecnológico de Costa Rica, Sede de Santa Clara), el determinante de dicha epopeya, la cual culminó con el apoyo para visitar la desembocadura del río San Carlos.
desvanecimiento de la aventura expansionista y escla-Asimismo, a Werner Korte Núñez, Raúl Arias Sánchez, vista liderada por el filibustero William Walker.
Ana Isabel Herrera Sotillo, Juan Manuel Castro Alfaro, Nelson Arroyo González y Rafael Orozco Reyes, En realidad, era baja la posibilidad de éxito de tan deli-la valiosa información aportada. A Werner Korte, Raúl cada misión, debido no solo a las dificultades de transitar Arias y León Santana, la revisión del primer borrador del por tan impenetrables y peligrosas selvas, sino que tam-presente artículo. A Rosa Elena León Sorio (Biblioteca bién a la impericia de nuestros soldados para emprender Nacional), la consecución de algunos documentos, y a acciones bélicas en ambientes fluviales.
Theresa White, la revisión del resumen en inglés.
Sin embargo, ante tales adversidades y urgencias, ellos En cuanto a las ilustraciones, dos corresponden a pintu-aprendieron a pilotear botes y canoas, e incluso a con-ras, de Carlos Aguilar Durán (10A) y Manuel Carranza ducir vapores. Y emergieron líderes valientes, astutos y Vargas (†) (8B), facilitadas por su autor y por Esteban hasta temerarios, entre quienes sobresalieron Máximo Carranza Kopper, respectivamente. De las demás, unas Blanco, José Joaquín Mora, Faustino Montes de Oca, son del autor del artículo (2, 3A, 6, 7, 11, 12A-B, 13B), George Cauty y Sylvanus Spencer. Asimismo, con ex-mientras que otras provienen de los archivos del Museo cepción de los desertores —que fueron muchos, y hasta Histórico Cultural Juan Santamaría (1, 3B, 5, 8A, 9B, es entendible, aunque no justificable, que lo hicieran—, 15A, 16A, 17), aportadas por Antonio Vargas Campos; los que se mantuvieron en cada uno de los frentes de de la Municipalidad de Sarapiquí (3A, 13A),tomadas batalla dieron abundantes y fehacientes muestras de por Elvin Hernández Loría; de la Editorial de la Univer-bravura y fervor patrio; aunque héroes anónimos en su sidad de Costa Rica (4, 10B), gracias a Alberto Murillo mayoría, para la historia su gesta ha quedado encarnada Herrera y Aída Elena Cascante Segura; del Instituto Ni-en la figura epónima del humilde cabo barveño Nicolás caragüense de Turismo (INTUR) (15B, 16B), facilitadas Aguilar Murillo.
por Anascha Campbell y Jael Raquel Mendoza Miranda, así como a Alberto Sediles Jaén (Universidad Nacional En síntesis, fueron la visión, el temple y la entrega de Agraria), quien ayudó en los contactos pertinentes; y de tantos combatientes, las que hicieron que los cauces, los internet (9A, 14, 18).
caudales y las corrientes de los ríos San Carlos y Sarapiquí se convirtieran en el espacio y el medio para pre-servar la libertad y la soberanía de Costa Rica y, en gran medida, de los demás países centroamericanos.
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